Una revision bibliografica de los estudios comparativos. Su evolucion y aplicacion a la ciencia de las bibliotecas. - Vol. 32 Núm. 2, Julio - Julio 2009 - Revista Interamericana de Bibliotecologia - Libros y Revistas - VLEX 227387566

Una revision bibliografica de los estudios comparativos. Su evolucion y aplicacion a la ciencia de las bibliotecas.

AutorFuentes-Romero, Juan Jos

Resumen

A partir de una presentación de la historia del método comparativo en diversas disciplinas científicas (ciencias naturales, sociología, pedagogía, literatura, etc.), se analiza la importancia de su uso en las ciencias bibliotecológicas. Se ha optado por un estudio diacrónico, de modo que partiendo de los primeros trabajos sobre la cuestión (Krzys y Litton), se han analizado las definiciones e ideas esenciales de estudiosos tales como Foskett, Shores y, sobre todo las obras fundamentales de Simsova y Periam Danton. El artículo constituye una amplia revisión bibliográfica del método comparativo, considerado como de muy fructífera aplicación en las ciencias de las bibliotecas.

Palabras clave: estudios comparados, investigación comparada, ciencias de la información, bibliotecología

Abstract

From a presentation of the history of the comparative method in diverse scientific disciplines (natural sciences, soeiology, pedagogy, literature, etc.), this article analyzes the importance of the use ofthe above mentioned method in the library sciences.

It has been chosen a diachronic study of the question, so that departing from the first works on this matter (Krzys and Litton), there have been analyzed the definitions and essential ideas of such experts as Foskett, Shores and, especially the fundamental works of Simsova and Periam Danton.

Keywords: comparative studies, comparative research, information science, librarianship

Introducción

La comparación aparece como un proceso típico y esencialmente humano, es una acción constante en nuestro mundo y se utiliza casi para cualquier actividad. Se compara a los países entre sí: su economía, infraestructura, comunicaciones, para seguir avanzando. Resultan más que evidentes las diferencias de un país respecto a los demás pero, ¿qué provoca que unas naciones evolucionen más rápido que otras?, ¿qué factores han influido a lo largo de su existencia de modo que han desviado los caminos de las diferentes sociedades?

Para responder a estas preguntas es necesario comparar, puesto que teniendo conocimiento de situaciones anteriores y de otras sociedades, podemos llegar a esbozar una guía para solucionar un problema concreto. Para poder dibujar los escenarios futuros en los que se insertan los centros, en este caso las bibliotecas, es necesario conocer previamente su contexto histórico, económico, político, cultural y social, y emplear la información siguiendo una metodología concreta cuyos antecedentes inmediatos (los del método científico), se remontan a filósofos como Aristóteles.

En el acontecer histórico se han producido avances, muy especialmente en lo que se refiere al mundo del conocimiento, que han ido transformando la manera de pensar de los profesionales, de modo que la perspectiva que guía su conocimiento ha variado a su vez la concepción de los métodos estrictamente científicos. Tradicionalmente eran considerados así aquellos métodos que tenían como principal característica la reproducibilidad, ligados esencialmente a las ciencias naturales, y en concreto a la física. Con la llegada de corrientes filosóficas como el positivismo (y a través de su principal representante, Comte), surge una nueva polémica científica: en las ciencias sociales la característica de la reproducibilidad no puede darse como en las ciencias naturales, y por lo tanto se cuestiona que el método utilizado en las primeras sea científico.

En función de lo expuesto podemos señalar cómo la biblioteconomía comparada ha tenido un camino difícil. Si al principio ya eran cuestionados los estudios comparados en ciencias como la educación o la sociología, mucho más lo han sido en ciencias más recientes como la biblioteconomía (1).

Existe, además, otra polémica relacionada con la autenticidad del método comparativo. Algunos autores afirman que la comparación es inherente a cualquier procedimiento científico, es decir, que el método científico es inevitablemente comparativo, puesto que para verificar una hipótesis es necesario comparar los resultados obtenidos después de manipular determinadas variables y observar los resultados. Pero esto no supone que siempre que se compare se haga siguiendo unos procedimientos científicos. Para que esto ocurra se tienen que dar los siguientes pasos, presentados de una manera breve y general: determinar los objetos a comparar; en qué aspectos son comparables y, además, seguir unas estrategias de análisis para llegar a unas conclusiones.

Por lo tanto, no se entiende aquí ningún tipo de comparación inconsciente, es decir, que no sea premeditada en función de unos objetivos más o menos hipotéticos y previamente establecidos. En este sentido hay que admitir la comparación tal y como indica Sartori:

> implica el uso de parámetros (perspectiva y proporciones) recabados de casos comparables, y el empleo de categorías de análisis no idiográficas, es decir, derivadas de alguna teoría general o de algún esquema conceptual (framework) generalizante>>. (2)

Esto quiere decir que debe existir una estructura comparativa, resultado de un análisis y una clasificación previos a la descripción y yuxtaposición de la información. Es necesario conocer previamente lo que se va a comparar y la situación en la que se encuentra el objeto de estudio.

De hecho, siguiendo el discurso de Sartori entraríamos en la lectura de clásicos como Durkheim o Lasswell en lo referente a que el enfoque científico es inevitablemente comparativo, llegando a esta conclusión:

> (que es tal porque es consciente) y otra cosa es avalar una comparación > y por ello mismo presente y operante por definición. No. El comparativista inconsciente, o subconsciente, no compara nada y no subroga nada. En efecto, con base en la afirmación de que todos somos >, ha florecido una lujuriosa selva oscura de hipótesis y de generalizaciones que no son más que patentes necedades que no resistirían un momento si fueran expuestas al control comparativo>>. (3)

A pesar de los debates, es evidente que resulta posible aplicar el método científico, y en concreto el comparativo, a la investigación en las ciencias sociales. Además, y desde un planteamiento puramente pragmático respecto a las bibliotecas, los beneficios de esta aplicación repercuten en una mejor planificación y evaluación de los centros, en un conocimiento profundo de los mismos y de la sociedad en la que se ubican. Aportan una visión global de la situación de las bibliotecas, de la profesión, o del tratamiento de determinados problemas bibliotecarios en otras culturas y países.

  1. El método comparativo en las ciencias naturales

Francesc Raventós es uno de los pocos autores españoles que se remontan a la analogía como primer antecedente del método comparativo, un concepto que ya estaba presente en Platón: >. (4)

Por lo tanto la analogía se da cuando existe correlación entre las partes de un sistema y las distintas partes que conforman otro u otros sistemas. Esto no significa que los dos sistemas sean exactamente iguales, lo que se correspondería, según la distinción escolástica, con el término unívoco, ni tampoco que sean totalmente diferentes (término equívoco).

Otra distinción importante, sobre todo en el campo de las ciencias naturales y concretamente en el de la anatomía y la biología, es la que se hace entre órganos homólogos y análogos. Los órganos homólogos tienen un mismo origen evolutivo pero diferentes funciones, mientras que los análogos tienen una misma función pero difieren en su origen evolutivo.

El criterio de validez de la analogía, como explica Raventós, no viene dado por el número de caracteres coincidentes, sino por su calidad. (5) En consecuencia, para comparar es necesario que exista una relación de analogía entre las diferentes realidades. Esta relación es la base de la comparación, que permite establecer correspondencias entre esas realidades, pudiendo así establecer grupos y clasificarlas.

Estas breves reflexiones son necesarias antes de conocer los antecedentes del método comparativo, puesto que dichos antecedentes no hacen referencia a una armazón común comparativa, no tienen verdadero carácter comparativo, sino que en su mayoría son descriptivos y, por lo tanto, no considerados como aplicaciones de este método. Ésta es la principal razón de la discrepancia entre diferentes profesionales en cuanto a su nacimiento.

Simsova sitúa el origen del método comparativo en la Anatomía de 1675 (6), pero hay autores, como José María López Piñeiro, que discrepan y matizan más el nacimiento del método:

>. (7)

Este autor afirma que la obra de Volcher Coiter (Diversorum animalium ansceletorum explicationes, 1575), fue pionera en este ámbito. Se trata de un holandés que disecó en Bolonia numerosos anfibios, reptiles, aves y mamíferos, comparando sus esqueletos con el humano y confeccionando una tabla de las diferencias anatómicas. No obstante, el citado López Piñero sostiene que realmente el primero que propuso explícitamente un programa de anatomía comparada fue Marco Aurelio Severino, en su obra Zootomia Democritaea, 1645. (8) Durante la segunda mitad del siglo XVII confluyeron varios factores que propiciaron un decisivo impulso a las ciencias, y también a la anatomía comparada. La constitución de diferentes sociedades, como la Royal Society de Londres, o el Jardín du Roi de París, junto con >, ayudan a la aparición del término 'anatomía comparada' en 1681. Un microscopista lo utiliza por vez primera en un estudio dedicado al estómago y los intestinos.

Pero se considera como el auténtico primer tratado de la disciplina, al elaborado por Georges Cuvier, Leçons d'anatomie comparée, entre 1800-1805. Parte de la relevancia de su obra reside en la exposición del principio de la correlación de las partes orgánicas. (9)

El propio Cuvier lo explica de manera general al principio de su obra haciendo una comparación entre la alimentación de las plantas y los demás seres orgánicos que sí poseen movimiento propio. (10) Para Cuvier la anatomía comparada no sólo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR