Clínicas jurídicas: una alternativa posible para una educación emancipadora
| Autor | Tamara Luisina Mascareño Varas |
| Páginas | 208-237 |
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1.3.2. Clínicas jurídicas: una alternativa posible
para una educación emancipadora
Tamara Luisina Mascareño Varas*
La ignorancia no es necesariamente un punto de partida,
puede ser un punto de llegada, el des-aprendizaje
en un proceso de aprendizaje reciproco
(Sousa Santos y Meneses, Epistemologias do sul, 2010)
Introducción
Uno de los temas que actualmente más preocupan a la sociedad es la famo-
sa “crisis de la justicia y del derecho”. Entendemos por crisis una etapa de
cambios, un periodo vertiginoso, donde es necesario un cambio, en general,
de una estructura que en consecuencia derivará en el cambio de la realidad
afectada, desde un punto de vista positivo en una evolución de ella.
Es evidente que la sociedad en la que vivimos pasa por una etapa de
inconformidad, donde la justicia no es ecaz para resolver los conictos
que se le plantean, reina la incredibilidad social y la corrupción es moneda
corriente; sin embargo, como dice Sousa Santos, necesitamos de eso, una
sociedad inconforme que tenga voluntad de luchar y formar una sociedad
mejor (Sousa Santos, s.f.).
* Abogada egresada de la Universidad Nacional de Catamarca, Argentina. Estudiante de doc-
torado “Direito, justica e cidadania no século ” en la Universidad de Coimbra, Portugal. Estudia
las clínicas jurídicas como tema de tesis doctoral.
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Entonces, haciendo un análisis positivo de esta situación, podemos
arriesgarnos y decir que tanto el derecho como la justicia están en un pro-
ceso de evolución, un proceso de elaboración de alternativas. Una alterna-
tiva podría ser partir de la base de esas instituciones, de conceptos, teorías
y, por qué no, crear metodologías alternativas que se adecúen a las nuevas
exigencias de la sociedad. Hasta ahora el mundo que conocemos en el plano
jurídico es la visión positivista del derecho, y el paradigma que gobierna es
el formalismo jurídico, lo que nos lleva a concebir al derecho como un todo
hermenéutico, ordenado y único.
Esta concepción tradicionalista del derecho es la que fracasa hoy en
día, es la que no da respuesta a las necesidades sociales, es la que necesita
de cambios, y creo que es a donde debemos dirigirnos, es decir, a la raíz, que
en nuestro caso sería la enseñanza del derecho. Si no educamos abogados
orientados a la justicia social, cómo queremos que después ello acontezca.
Tenemos que sembrar lo que queremos cosechar.
Si queremos una sociedad más participativa, si queremos abogados
más preocupados por las necesidades sociales, si queremos mayor acceso a
la justicia, tenemos que trabajar para ello. Una de las metodologías en las
cuales deposito toda mi conanza, y creo profundamente que puede ser
una alternativa progresista para el momento de crisis que vivimos, es el
método clínico.
1. Desarrollo
1.1. Método clínico
Las clínicas jurídicas son un método alternativo de enseñanza del derecho
que interrelaciona la práctica con la teoría, su objetivo es que los estudiantes
de derecho aprendan trabajando con casos particulares, sean reales o simu-
lados, aplicando y reexionando sobre la normativa y la doctrina estudiadas.
Las clínicas surgen como laboratorios de reexión sobre la práctica
legal y, como procesos pedagógicos innovadores, constituyen un nuevo tipo
de educación que permite a los estudiantes de derecho “conectarse” con la
realidad y con el contexto que los rodea, creando así un verdadero entrena-
miento académico, reexivo y crítico.
Desde mi punto de vista, las clínicas jurídicas tienen por objetivo
dos grandes resultados: por un lado, enseñar a los estudiantes de derecho
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