Conflicto, guerra y víctimas: una aproximación interdisciplinaria - Libros y Revistas - VLEX 517129970

Conflicto, guerra y víctimas: una aproximación interdisciplinaria

AutorRocío Vásquez Fruto
CargoPsicóloga y Abogada, Magister en Educación y Especialista en Familia y Gestión de Proyectos Educativos
Páginas243-264

Ver nota 1

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Introducción

El conlicto es inherente al ser humano. Así lo han demostrado los estudios e investigaciones que han construido la teoría del conlicto, desde diferentes autores y desde diferentes perspectivas disciplinares, como sociología, psicología, y aún desde el campo jurídico, que explica el conlicto como resultado de la violación de los derechos humanos, el incumplimiento de obligaciones y contratos. Esa existencia permanente y natural del conlicto sustenta además la necesidad del Derecho como garante de la solución pacíica, democrática y lo más cercana posible a la justicia.

La guerra cuestiona al ser humano en lo más profundo de su ser, por que la guerra no permite ser, ni es humana, en el sentido virtuoso del término. La guerra cuestiona la ética del género humano. Cabe entonces preguntarse si la guerra degrada a los humanos, hombres y mujeres, o si es consecuencia de su degradación.

De los conlictos en que se usa la violencia y que generan una guerra, son protagonistas las víctimas, representadas en actores o partes del conlicto, en ocasiones, o en quienes conforman la sociedad civil. Este protagonismo de las víctimas es reciente en lo que concierne al reconocimiento de sus derechos y a un papel relevante en el proceso penal, más allá de la importancia que tenía como agente que podía poner en movimiento el aparato estatal de justicia o desde el punto de vista probatorio.

Analizar la problemática de las víctimas, el conlicto y la guerra, y los avances en la regulación de sus derechos, es la propuesta de este artículo, revisando cada concepto y contextualizándolo en el caso colombiano principalmente.

Metodología: El proyecto, de cuyo marco de referencia surge este artículo, se ha desarrollado desde el paradigma cualitativo, con un diseño de campo de tipo explicativo. Las técnicas de investigación utilizadas son la encuesta, la entrevista y el análisis jurisprudencial.

El Conflicto

Uno de los principales retos de una sociedad que se dice civilizada, radica por un lado, en aceptar los conlictos como parte de la vida y de

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la dinámica de las interacciones. y por otro, en comprometerse con la solución pacíica de los mismos. La aparición del conlicto ha sido constante en la historia de la humanidad y así los plantea la Defensoría del Pueblo en su texto sobre Mecanismos Alternos de Resolución de Conlictos: "El conlicto hace parte constante de la interacción humana. A través de la historia se reconoce el lujo continuo de acontecimientos conlictivos a niveles e intensidades diferentes" (Robayo Castillo, 2006, p. 16).

Con frecuencia surge la pregunta sobre ¿qué pasa en una comunidad para que se divida, fraccione o se una en contra de otra?, ¿qué pasa por la mente de quienes impulsan, deienden y participan en una guerra? Al respecto, Sigmund Freud dice:

Hemos averiguado que son dos cosas las que mantienen cohesionada a una comunidad: 1) La compulsión de la violencia, 2) Las ligazones de sentimiento -técnicamente se las llama identiicaciones- entre sus miembros. Ausente uno de esos factores, es posible que el otro mantenga en pie a la comunidad. Desde luego, aquellas ideas solo alcanzan predicamento cuando expresan importantes relaciones de comunidad entre los miembros (Freud, 1932).

Más adelante, desde la sociología se realizan importantes aportes al estudio del conlicto desde diferentes perspectivas, como la teoría estructural funcionalista que deine el conlicto como desarmonía, anormalidad, disfuncionalidad en la sociedad, teniendo en cuenta que esta es una totalidad, llamada sistema, que además incluye otros subsistemas o componentes básicos que son: sistema económico, sistema político, sistema familiar, sistema educativo y de creencias. Estos subsistemas son interdependientes, por lo cual todos tienen responsabilidad e inluencia en el mantenimiento del orden social o en el desorden social creado por el conlicto, desde esta visión. Merton, "al analizar la relación del individuo con los valores de su sociedad y con los medios de que dispone para realizarlos, muestra que el conlicto o contradicción entre valores y medios es fuente de desviaciones de las conductas individuales" (Arnoletto, s.f.).

Suárez deine el conlicto como un proceso interaccional, que como tal nace, crece, se desarrolla, se estanca; es decir, se vuelve estacionario, se transforma o se disuelve, para desaparecer temporal o de manera deinitiva.

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Considera el conlicto como un proceso dinámico en que las acciones y reacciones son recíprocas entre las partes del conlicto, así se trate de dos o más personas o de cualquier clase de grupo, grande o pequeño. En todo caso, en el conlicto predominan las interacciones antagónicas sobre las cooperativas. Este antagonismo es necesario en la sociedad, pues de alguna manera son las tensiones las que hacen pensar al ser humano y crear aplicaciones nuevas de cosas conocidas o nuevas respuestas para situaciones problémicas. Al respecto, Marines Suárez (1999) planteó a inales del siglo XX que "para que se mantenga un sistema es necesario que se mantengan sus elementos como diferentes", pues "el antagonismo... es uno delos elementos de la evolución... los antagonismos son parte integral de los sistemas, de nuestro contexto" (p. 72).

Bajo los anteriores parámetros y aun cuando las posiciones referenciadas son diversas, se encuentra un elemento común, y es el hecho de considerar el conlicto como algo inherente al ser humano y a las relaciones que entre ellos establecen.

"El conlicto es una realidad permanente de la vida que obstaculiza o perturba las normales relaciones entre las personas y que es percibido, por quienes participan en la acción social desde ámbitos opuestos, como un obstáculo para la realización de sus propósitos. En este sentido, cada quien se aferra dogmáticamente a sus intereses, perspectivas y puntos de vista, absolutizando o negando los del opositor. El resultado es, evidentemente, la incomprensión, la intolerancia y la violencia (Robayo Castillo, 2006, p. 16).

Estanislao zuleta (1994), ha expresado su convicción acerca de que el conlicto y la hostilidad son fenómenos que ayudan a crear y a sostener el vínculo social, como la interdependencia misma, literalmente expresa "el conlicto y la hostilidad son fenómenos tan constitutivos del vínculo social, como la interdependencia misma, y que la noción de una sociedad armónica es una contradicción en los términos". Comenta este reconocido autor: "Ahora sabemos por una amarga experiencia, que este abismo de la acción, con sus guerras santas y sus orgías de fraternidad no es una característica exclusiva de ciertas épocas del pasado o de civilizaciones atrasadas en el desarrollo cientíico y técnico que puede funcionar muy

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bien y desplegar todos sus efectos sin abolir una gran capacidad de inventiva y una eicacia macabra" (2001, p. 11).

Puede pensarse entonces que el lazo social no solo sufre las consecuencias de la violencia, sino, que en ocasiones se vale de ella para fortalecerse, a través de justiicaciones de la misma o de la necesidad de defenderse de un enemigo común.

Las situaciones de conlicto pueden estar relacionadas con situaciones consideradas injustas por un grupo o algunos grupos en desventaja con respecto a otros grupos. Esta desventaja puede estimarse por las condiciones de vida, la falta de oportunidades, la discriminación de que son objeto algunos grupos por parte de otros, la exclusión social, entre otras circunstancias que generan condiciones de injusticia. Aparece así, la injusticia o la falta de justicia como una situación relacionada con el conlicto, especíicamente como un factor generador de conlicto en la sociedad. De tal manera que en el análisis del conlicto, resulta pertinente, tener en cuenta el concepto de justicia.

Para los teóricos de la justicia como Rawls, la deinición de lo que es justo pasa por la igualdad de oportunidades, por una igualdad en el punto de partida para cada ciudadano. Sin esta igualdad se puede generar inconformidades que afectan o amenazan la estabilidad de dicha sociedad.

A partir de esta posición, podría inferirse que las sociedades que ofrezcan mejores condiciones de justicia serían menos proclives a los conlictos, pues los grupos humanos encontrarían en gran medida, satisfechas sus expectativas y necesidades. Así se evitaría el resentimiento social, la desesperanza o sensación de impotencia que experimentan los grupos en condiciones extremas de desigualdad que los coloca en situación de marginalidad y exclusión social. Esta perspectiva de la justicia corresponde a la justicia social y ofrece una explicación del conlicto y una lectura muy interesante de la dinámica social.

Relacionar el conlicto con la justicia, puede no solo explicar el conlicto y su escalada, sino que puede servir de argumento de justiicación de las agresiones y del uso de la violencia que en su modalidad más grave se maniiesta en la guerra.

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La ineicacia de la justicia como sistema o actividad pública, podría ser otro factor asociado al surgimiento de los conlictos, lo cual se explica por el hecho de no encontrar los ciudadanos facilidades para acceder a la justicia y lograr la satisfacción de su necesidad de resolución de sus conlictos o de reivindicación de sus derechos, ante lo cual pueden acudir a la violencia como método de solución y alcanzar justicia por su propia mano. Frente a esta situación que ha vivido Colombia, al igual que otros países, se han desarrollado una serie de políticas, estrategias y programas que han tenido como objetivo facilitar el acceso a la justicia...

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