Disgregaciones sociológicas sobre la configuración del sistema mundo apuntes para la construcción de una perspectiva interdisciplinaria - Núm. 7, Diciembre 2007 - Criterio Jurídico - Libros y Revistas - VLEX 43886731

Disgregaciones sociológicas sobre la configuración del sistema mundo apuntes para la construcción de una perspectiva interdisciplinaria

AutorCarlos Andrés Charry Joya
CargoAntropólogo con Opción en Historia de la Universidad de los Andes
Páginas224-242

Antropólogo con Opción en Historia de la Universidad de los Andes. Especialista en Teorías y Métodos de Investigación en Sociología y Magíster en Sociología de la Universidad del Valle. Profesor del Departamento de Sociología de la Universidad de Antioquia. E-mail: ca_charry@yahoo. com y/o cscharry@antares. udea. edu. co

El siguiente documento es el resultado de las indagaciones adelantadas por el autor en el marco del desarrollo del Grupo de Estudios e Investigaciones en Teorías Sociológicas del Departamento de Sociología de la Universidad de Antioquia.

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Introducción

La configuración de las Ciencias Sociales (CS) ha sido un proceso ambivalente, marcado por la constitución -un tanto aleatoria- de interés y prácticas académicas de distinto orden. Por una parte, es importante señalar que en este proceso formativo la organización disciplinar de las CS calcó el modelo de formación de las tradiciones o "culturas" de conocimiento clásicas de la Ilustración: la Filosofía y de las Ciencias Naturales; cuyas formas y modos de acercamiento a la "realidad" estaban inscritas entre la consideración de fenómenos particulares y/o en la creación de leyes o teorías del conocimiento de carácter universal. Hacia el siglo XIV la Filosofía fue la rama del conocimiento que abrió el debate con las formas tradicionales del conocimiento, la teología y la escolástica, planteando la necesidad de volver al uso de la razón secular, de la hermenéutica y la intuición empática como ejes centrales en la construcción del conocimiento. Hacia el siglo XVI un grupo de intelectuales insatisfechos comenzaron a criticar el "subjetivismo" del conocimiento filosófico. Partiendo de la idea de generar un mayor distanciamiento con los fenómenos, postularon la necesidad de encontrar metodologías de acercamiento en las que la medición de lo repetitivo y de lo invariable podría dar origen a un conocimiento universal de los fenómenos, principalmente de los fenómenos de la naturaleza.

Esta tensionante configuración de los modos de construcción de conocimiento dio vida a dos tradiciones que permanecerían invariables a lo largo del tiempo, una de carácter idiográfico, que hace énfasis en el contexto, en lo particular, en lo único e irrepetible, propia de la tradición hermenéutica de la Filosofía; y otra nomotética, en donde lo repetitivo, lo constante y lo universal se constituyen en la principal herramienta del saber. 1

Hacia finales del siglo XVIII un conjunto de acontecimientos tales como la Revolución Francesa, la Revolución de los Estados Unidos y el posterior establecimiento durante el siglo XIX de los estados nacionales a lo largo y ancho del mundo occidental, comenzaron a indicar la necesidad de generar un conocimiento especializado sobre las sociedades y los cambios que estas sufren. Aparecen así las CS como una forma aparentemente innovadora de construcción de conocimiento, innovación que era resultado de la objetivación de un campo de Page 225 estudios poco convencional como lo era el estudio de las transformaciones sociales. Sin embargo, la constitución de este grupo de disciplinas se dio en medio de un contexto intelectual marcado por el positivismo impuesto por las Ciencias Naturales, disciplinas que habían logrado un mejor posicionamiento ante la opinión pública; pues, establecieron un fuerte vínculo entre el conocimiento y el ideal de progreso, fundado en el presupuesto de que la ciencia y la técnica lograrían un mayor dominio del hombre sobre el mundo que le rodeaba. 2

En medio del irreconciliable divorcio entre las dos culturas, la nomotética y la idiográfica, se fueron formando las CS, dando pie a un variado espectro de disciplinas (Derecho, Sociología, Economía, Ciencia Política, Antropología e Historia) en una espiral ascendente cuyo punto crítico comenzó a mediados del siglo XIX y terminaría en la segunda posguerra de mediados del siglo XX. Este periodo, además, de ser testigo de una de las más fuertes transformaciones de las estructuras universitarias, convencionalmente divididas entre facultades de Ciencias y de Humanidades -dando paso a una tercera facultad de Ciencias Sociales- fue a su vez testigo de la organización de las CS entren CS nomotéticas y CS ideográficas. La Sociología, la Economía y la Ciencias Política se fueron inscribiendo en el paradigma nomotético, a través de pretensión de generar un conocimiento universal sobre cada uno de los fenómenos que analizaban. La Antropología, la Historia y los denominados Estudios Orientales, se fueron inscribiendo en el paradigma idiográfico, en donde el análisis de lo particular, del contexto, adquirió una mayor importancia. 3

Esta artificiosa división se vio intensificada por la consideración de unos objetos de investigación que eran "propios" de cada disciplina, la cultura (de las sociedades primitivas) para la Antropología, las formas de organización social (de las sociedades modernas) para la sociología, el Estado para la Ciencia Política, la economía para los economistas, el "pasado" para los historiadores; y por la construcción de unos métodos de investigación característicos de cada saber: la etnografía y el análisis documental para los antropólogos y los historiadores, mientras que las CS nomotéticas se apropiaron de los métodos de investigación cuantitativos para la investigación de sus respectivos objetos de investigación, pues estos eran vistos como más "objetivos". Page 226

Desde 1945 el posicionamiento de las CS comenzó un nuevo ciclo, auspiciado por el papel que empezarían a cumplir los diferentes estados del mundo occidental, que, a partir de un renovador intento por reposicionar los valores y principios de la modernidad de estabilidad institucional y progreso socioeconómico -esta vez a través del ideal de desarrollo-, encontraron en las CS un aliado estratégico para la implantación de los valores y de las políticas de la estructura usualmente conocida como Estado de Bienestar. En esta configuración la Economía, la recién formada Ciencia Política, la Sociología y la Historia retomaron la bandera nacional e hicieron del estado y de los problemas de las distintas sociedades nacionales su principal foco de interés científico. Los estudios sobre la pobreza, las migraciones, el crecimiento económico de las naciones, lo rural vs. lo urbano, los partidos políticos y las instituciones, pasaron a crear campos de subespecialización en cada una de estas disciplinas, intensificando así las divisiones que anteriormente se habían establecido entre CS nomotéticas e ideográficas. La sociedad nacional, o en su defecto, el Estado y su relación con otros Estados, se volvió el principal referente de conceptualización y análisis de los científicos sociales, bajo el referente de un contexto institucional (el Estado de Bienestar) que duró muy poco, pues hacia los años 70 tanto los expertos como la gente del común se encontraron con la incapacidad del Estado de cumplir con las expectativas de estabilidad y crecimiento sostenido que había generado el ideal de desarrollo. 4

Tal y como lo planteó hace una década la Comisión Gulbenkian para la reestructuración de las Ciencias Sociales, liderada por I. Wallerstein, la reorganización de este grupo de ciencias debe estar sustentada en la creación de unos métodos y teorías de acercamiento distintas a las tradicionalmente construidas por la Filosofía y por las Ciencias Naturales, lo cual infiere también un cambio sobre los parámetros de objetividad que debe perseguir este conjunto de saberes. Por esta vía, dicha transformación pasa por una desestatización del conocimiento, que implica una ruptura con el pensamiento estadocéntrico que ha marcado la constitución misma de las CS, y que, necesariamente, infiere el abandono de éste como el principal referente de estructuración y cambio social, pasando a considerarlo como uno entre otros procesos y dinámicas.

Es por ellos que afirmaba Wallerstein que:

El estadocentrismo de la ciencia social tradicional era una simplificación teórica que incluía la suposición de espacios Page 227 homogéneos y equivalentes, cada uno de los cuales constituía un sistema autónomo que operaba en gran medida por medio de procesos paralelos. Las limitaciones de este tipo de simplificación deberían ser aún más evidentes en el estudio de sistemas sociales históricos complejos de lo que lo fueron en el estudio de fenómenos atómicos y moleculares, en los cuales tales métodos hoy son vistos como algo del pasado. 5

En este sentido la situación que atraviesan las CS, por un lado, y la situación que atraviesa el que ha sido en las últimas décadas su principal objeto de interés (el Estado), obliga a considerar del algunas preguntas: ¿Qué está pasando con las CS, cuando el Estado está dejando de ser el referente obligado de integración social? ¿Cuál ha sido el campo de fuerzas establecido entre el Estado, la globalización y el cambio social que se imponen en la configuración del mundo contemporáneo?, y ¿cómo ha afectado tal configuración el funcionamiento mismo de los estados y de los movimientos sociales?

De modo recurrente las perspectivas sociológicas contemporáneas han tratado de dar algunas respuestas, muchas de las cuales si bien apuntan a un diagnóstico generalizado sobre la situación del mundo contemporáneo, ofrecen a su vez un campo diverso de posibles soluciones. Es por ello que el objetivo de este artículo es hacer un recorrido de carácter exploratorio por las perspectivas sociológicas contemporáneas, empezando por los planteamientos...

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