Eduardo Carranza y la situación de su poema "Romanza del día no deseado" - Núm. 4-2006, Enero 2006 - Revista Co-herencia - Libros y Revistas - VLEX 76845054

Eduardo Carranza y la situación de su poema "Romanza del día no deseado"

AutorÉrika Lisset Atehortúa Baena
CargoMagíster en Literatura colombiana, Universidad de Antioquia. Docente. erika.atehortua@gmail.com
Páginas216-231

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I Introducción

Dirigida por Jorge Gaitán Durán, Mito, revista colombiana de la cual salieron 42 números, pretendió encontrar el perfil ideal del intelectual de la literatura: Gaitán Durán "poeta y ensayista, crítico de la obra propia y ajena, claramente definido en los límites del campo literario, no por indiferencia con respecto a la política sino por concentración y autodelimitación" (Jiménez, 2001, p. 157), y esto bajo el lema "Las palabras están en situación". Es la palabra y no otra cosa el objeto del escritor, como se lee en la presentación de la revista en su primer número. En esa publicación aparecieron, entre otros, textos como El coronel no tiene quién le escriba, de García Márquez; la Memoria de los hospitales de ultramar, de Alvaro Mutis; fragmentos de la novela de Alvaro Cepeda Samudio, La casa grande, y colaboraron en ella Hernando Valencia Goelkel, su codirector, Fernando Charry Lara, Pedro Gómez Valderrama, Eduardo Cote Lamus, Marta Traba, Rafael Gutiérrez Girardot, Danilo Cruz Vélez, Héctor Rojas Herazo y Jorge Eliécer Ruiz. Entre los colaboradores latinoamericanos y españoles de Mito, se cuentan: Octavio Paz, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Alejandra Pizarnik, Alejo Carpentier, Juan Lizcano y Jaime García Terrés. Aunque se ha hablado de un grupo Mito, e incluso de una generación Mito, refiriéndose a los poetas coetáneos de Gaitán Durán y por él convocados a la revista, las páginas de ésta eran muy "flexibles" (cfr. Cobo Borda, 1993), y allí convivían desde Baldomero Sanín Cano hasta los nadaístas; desde León de Greiff y Jorge Zalamea hasta Eduardo Carranza, poeta piedracielista.

Pero ¿qué hacía el último poeta mencionado -Eduardo Carranza- en Mito? ¿Qué textos publicó allí? ¿En qué consistía su propuesta poética? Para dar respuesta a estas preguntas, se presentan a continuación algunas consideraciones sobre el autor y sobre el movimiento al cual perteneció; luego se analizará su único poema publicado en Mito: "Cuando" o bien, "Romanza del día no deseado", como sería denominado posteriormente. Dicho análisis se hará siguiendo las indicaciones de Heinrich Lausberg (1984), Antonio Quilis (1985) y Tomás Navarro Tomas (1986), principalmente.

II Consideraciones sobre el autor

Eduardo Carranza nació en Apiay (Meta) el 23 de julio de 1913. Hizo sus estudios en la Escuela Normal de Bogotá y ejerció durante años el profesorado, enseñando literatura colombiana, latinoamericana y española en universidades y colegios en la misma ciudad y en universidades chilenas y españolas. Dirigió las siguientes publicaciones literarias: Revista de las Indias, Revista del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, "Suplemento Literario" de El Tiempo y Revista de la Universidad de Los Andes. Page 217

En 1939 inició, en compañía de Jorge Rojas (fundador), Arturo Camacho Ramírez, Antonio Llanos, Aurelio Arturo, Gerardo Valencia, Carlos Martín, Tomás Vargas Osorio y Darío Samper, el movimiento poético llamado "Piedra y Cielo", al cual se atribuye gran importancia en la historia literaria de Colombia en los últimos años. Tuvo siempre una muy intensa actividad como orador, conferenciante, polemista1 y escritor literario. Publicó varios libros, entre otros: Canciones para iniciar una fiesta; Seis elegías y un himno; Ellas, los días y las nubes; Azul de ti - editado por la Universidad de Salamanca con prólogo de su rector, Antonio Tovar- y El olvidado, precedido de un ensayo crítico de Dámaso Alonso. Escribió habitual-mente en el diario El Tiempo de Bogotá y esporádicamente en A. B. C. de Madrid y en El Nacional de Caracas. De su obra (verso y prosa) se han ocupado los críticos más eminentes de España e Hispanoamérica. En 1967 se editó en Madrid su libro La poesía del heroísmo y la esperanza, prosas de exaltación hispánica. A principios de 1971 aparece -con gran éxito de crítica2-, en Madrid también, una antología -Los pasos cantados- de su poesía en verso (1935-1970). En 1972 publica en Bogotá una colección de trabajos en prosa, Los amigos del poeta, con un estudio previo de Joaquín Piñeros Corpas. En 1974 aparece uno de sus libros esenciales: Hablar soñando y otras alucinaciones. Y a finales de 1975, un poemario titulado Epístola Mortal y otras soledades, con prólogo de Fabio Lozano Simonelli. Muere en Bogotá el 13 de febrero de 1985 (su epitafio dice: "Aquí espera Eduardo Carranza").

Carranza, el poeta piedracielista

En el ámbito de la poesía colombiana, a Eduardo Carranza se lo ubica dentro del grupo de los piedracielistas (1935-1945), vocablo que denominó a quienes en Colombia, buscando una nueva sensibilidad, trabajaron por realizarla mediante composiciones publicadas en nueve cuadernillos, cuyo título Piedra y Cielo recordaba la obra de Juan Ramón Jiménez. Dichos cuadernillos datan de 1939. Anteriores a ellos, con Espejo de naufragios (1935), Canciones para iniciar una fiesta (1936), La forma de su huida (1939), se había iniciado la publicación de creaciones de un Page 218 grupo de jóvenes conformado por Camacho Ramírez, Carranza y Rojas. Este último se considera fundador de la agrupación.

Alrededor del piedracielismo se forjaron dos grandes caminos: el americanismo, con Pablo Neruda, y el hispánico tradicional. La primera vía la asume Arturo Camacho Ramírez y la segunda Eduardo Carranza. Los demás poetas tendrán matices de uno y de otro, pero con una tendencia a recrear a América desde Europa.

Carranza aseguró que Piedra y Cielo se trataba de un movimiento de restauración hispánica y neoclásica, entroncada con la poesía española, en especial con los intentos peninsulares de revaloración del gongorismo. Conservar esta tradición, aunarla al canto a la patria y oponerse con ella a la "grandilocuencia encorbatada" o a los lugares comunes de los modernistas colombianos, fue su propuesta poética.

Pero si bien esta propuesta no consistía en crear una poesía intelectual, como pudo ser la de Mito, a Piedra y Cielo se le reconoce que "aparece como una excepción en la historia literaria de Colombia, al surgir como un conjunto generacional vinculado por nexos exclusivamente poéticos" (Jiménez, 2002, p. 114). Además, entre 1937 y 1947, este grupo publicaría en numerosas revistas literarias del país sus reseñas y notas críticas, convirtiendo a la generación de Piedra y cielo casi en una institución canonizadora de la poesía colombiana (2002, p. 137).

Jorge Gaitán Durán, entre otros poetas postpiedracielistas, vio en Eduardo Carranza una figura ejemplar. Desde mediados de los cuarenta, Gaitán hizo presencia permanente en el campo literario como poeta y como crítico. Eduardo Carranza fue el "padrino" del recién llegado. Consagró el libro de poemas de Gaitán, Insistencia en la tristeza, con una reseña escrita en forma de carta al autor, publicada a comienzos de 1947. Se gestó entre ambos una gran amistad; de ésta darían fe tanto el prólogo al libro de Carranza, Diciembre azul, como el poema "Palabras de amistad a Eduardo Carranza", ambos escritos por Jorge Gaitán Durán. Así mismo, es posible que no sólo por lo que significó el movimiento piedracielista para la poesía colombiana (que fue esencialmente renovador, no revolucionario), sino por la amistad y quizá la gratitud que le debía Gaitán a Carranza, se publicó en Mito Nº 22 y 23, 1958 - 1959, el poema "Cuando"; y en los números Nº 41 y 42, 1962, la carta de Carranza a Gaitán, "Palabras de un poeta a otro poeta", en la que elogia la obra del joven escritor, fundador de la revista Mito. Page 219

III Análisis del poema Romanza del día no deseado de Eduardo Carranza

Romanza del día no deseado

... Gallo que mi pesar has denunciado,

lucero que mi luz va oscureciendo,

y tú, mal sosegada y moza aurora:

Si en vos cabe dolor de mi cuidado,

id poco a poco el paso deteniendo,

si no puede ser más, siquiera una hora.

Gutierre de Cetina

Cuando

el sueño te rodeaba todavía

como una distancia, misterioso,

de una fosforescencia tibia y lenta

como una luna solamente tuya,

en un vaho de nácar soñoliento

desvaneciéndose.

Cuando

se entreabrían tus ojos estrellados

trayendo a nuestra orilla, ya azulada,

el último destello del ayer:

lo que era, ¡y entonces no sabíamos!,

el por siempre jamás.

Cuando

volvía tu sonrisa entredormida

emergiendo del sueño más hermoso

y sobre los tejados, sobre el campo,

lo nocturno, los sueños y los besos,

se evaporaba.

Cuando

el último lucero hacía más vasto

y solitario el cielo

y una raya de luz en la ventana

era el alba del día no deseado

que un abrazo quería detener

y volver al aroma de la noche.

Cuando

cuando cantaba un gallo sobre el pueblo,

cuando...

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Primera impresión del poema

El poema, Romanza del día no deseado, escogido para este análisis, fue tomado de: Carranza, Eduardo (1983) Hablar soñando. Antología. México, Fondo de Cultura Económica. Éste presenta una variación en relación con la versión publicada en Mito. En los Nº 22 y 23 de dicha publicación se encuentra el poema de la siguiente manera:

Cuando

Cuando

el sueño te rodeaba todavía...

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