Las formas de canonización de la novela colombiana en las historias literarias (1908 - 2006) - Núm. 10-2009, Enero 2009 - Revista Co-herencia - Libros y Revistas - VLEX 71784556

Las formas de canonización de la novela colombiana en las historias literarias (1908 - 2006)

AutorGustavo Adolfo Bedoya Sánchez
CargoDocente de la Universidad de Antioquia. Co-investigador del Grupo de Investigación Colombia: tradiciones de la palabra gustavoadolfo00@yahoo.com
Páginas128-141

El presente texto hace parte de los resultados del Proyecto de Investigación "Los géneros literarios: catalizadores de la dinámica interna literaria" (2007-2009, Codi, Universidad de Antioquia), del Grupo de Investigación Colombia: tradiciones de la palabra (Reconocido ante Colciencias). Una versión preliminar fue presentada como Ponencia en el XXV Congreso Nacional de Lingüística, Literatura y Semiótica. 150 años del natalicio de Tomás Carrasquilla, celebrado en la ciudad de Medellín y organizado por la Universidad EAFIT, la Universidad de Medellín y la Universidad de Antioquia.

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El que lee debe elegir, puesto que literalmente no hay tiempo suficiente para leerlo todo, aun cuando uno no hiciera otra cosa durante todo el día.

Bloom, 1995: 25.

Introducción

La idea de una historia de la literatura colombiana quedó planteada en el Encuentro Nacional de Investigadores en Literatura1, y se ratificó en el I Coloquio Nacional de Historia de la Literatura Colombiana2. Entre ambos eventos han transcurrido treinta meses, en los cuales la propuesta terminó cobrando solidez. Hoy, más que una idea aislada de un grupo de docentes, se trata de un proyecto interinstitucional, interdisciplinario y colectivo. Por ello es gratificante advertir en los eventos y las publicaciones literarias, un renovado interés por la investigación historiográfica. Así, las presentes páginas se confiesan deudoras del mismo ánimo, e intentan reflexionar en torno a los procesos internos de construcción de una historia de la literatura colombiana, exactamente, en las condiciones que han llevado a las historias literarias a rescatar algunas obras sobre otras3.

División, clasificación y enseñanza de la literatura

Aunque en otros momentos se ha hablado de la importancia, para una historia de la literatura, de los conceptos "periodización" y "canon literario"4, poco se ha argumentado acerca de la sociedad indisoluble que ambos conforman: entre los dos conceptos prima una urgencia, el afán didáctico o el afán por la enseñanza de lo literario. Este es el propósito de las divisiones y los listados, tal como lo plantean, por ejemplo: Wellek (1985), Estébanez (1996) y González: "Pensamos que solo se puede conocer una literatura en la medida en que se vaya construyendo con ella y a partir de ella, un todo Page 129 estructurado y sistematizado. La unidad orgánica del sistema puede satisfacer las exigencias de la razón para explicar y comprender la dispersa realidad empírica" (González, 1985: 18).

La periodización y la "canonicidad", en últimas, buscan ofrecer un sistema coherente y maleable de lo que se debe aprender, leer, reconocer y enseñar por literatura. Son, o por lo menos deberían ser, construcciones ideológicas que implican una declaración exacta de principios internos para organizar y enseñar el hecho literario.

El canon literario Algunas singularidades

Como lo ha señalado Sullà (1998b), la palabra canon viene del griego kanon que alude a una vara, caña o regla (recta y de madera) utilizada para medir. Bloom (1995) y Montes (2000) exponen que la misma palabra viene del latín canonem, que significa igualmente "regla", pero también "precepto" o "norma". Se utilizó en principio para designar el catálogo de libros sagrados de diversas religiones. Al ingresar a otros discursos, como el literario, terminó haciendo alusión a un listado preceptivo, cerrado y normativo de, por ejemplo, lo que se debía pensar como literatura: "Una lista o elenco de obras consideradas valiosas y dignas por ello de ser estudiadas y comentadas" (Sullà, 1998b: 11)5. Muchos parecían considerar tal listado como dado a priori por la misma literatura, como si entre las obras literarias algunas sobresalieran casi automáticamente, sin necesidad, por ejemplo, del juicio crítico. Parecían conferirle algún tipo de acción extraterrena al simple pasar del tiempo, de la Historia, que se iba a encargar de seleccionar, calificando y descalificando las diversas obras literarias.

Finalmente se produjo lo que se ha denominado "cuestionamiento del canon", o para ser más exactos, el cuestionamiento de las obras al que un canon en específico le confería cierta dosis de confianza. La razón pareció ser la misma para los diversos listados o cánones: los criterios que sirvieron para evaluar las obras canónicas perdieron su antigua fuerza y credibilidad, o en su defecto, surgieron nuevos criterios de evaluación de las obras, mucho más aceptables para el momento. De esta forma desaparecieron algunas obras literarias del listado canónico y empezaron a surgir otras: poco o totalmente desconocidas para el público lector corriente. Page 130

El anterior momento tiene un protagonista muy puntual: el profesor Walter Mignolo, quien hizo evidente los procesos de desestabilización de las obras canónicas desde los años 19706. Sus conclusiones ayudaron a comprender que el canon siempre va a ser parte del corpus, no su oposición o antítesis. Tal propuesta, como se sabe, correspondió de forma directa a lo que se ha dado en llamar Estudios Culturales, en donde pareciera no existen límites que restrinjan la escogencia de un objeto de estudio o el procedimiento a seguir para su evaluación. Por ello el análisis de lo literario desembocó, no en la anulación de un listado por otro, sino en la ampliación de los listados y en la incursión del análisis literario o cultural, cuyos objetos irían a ser las obras pertenecientes al corpus. La idea, como ellos mismos lo han expresado, estaba centrada en ofrecer una "lectura descolonizada" de algunas obras, e incluso textos "marginales" o "subalternos"7.

Actualmente, las consideraciones acerca del canon son diversas. Algunos intentan desmitificarlo porque lo consideran un elemento peligroso, altamente ideológico más que literario. Es el caso de Cairo (2001), para quien los críticos literarios de la primera mitad del siglo XIX, crearon un canon en la historia de la literatura brasileña, influenciados por las ideas de la crítica romántica europea, la cual contribuía a la construcción de la identidad nacional. En palabras del autor, a pesar de las diversas lecturas y relecturas a dicho canon, en la actualidad (2001) la naturaleza de tal listado permanece vivo, y por ello una tarea vital del crítico literario sigue consistiendo en conferir características nacionalistas a los objetos literarios8:

"Esses criticos e historiadores, inspirados nas ideais românticas européias, estabeleceram um cânone para a literatura brasileira, formado por autores e obras mais representativos do que entendiam por brasilidade, uma idéia geral do país baseada na necessidade de expressar características nacionais, diferençando-se assim das origens das demais literaturas européias" (2001: 7).

En la misma línea de sentido, Pineda en su trabajo histórico-literario La fábula y el desastre (1999) ya había establecido que el canon es:

"Una gran estructura racional jerarquizada, generalmente impuesta por un centro de poder, en la que todas las categorías funcionan bajo una lógica rigurosa. Dentro de esta estructura, cada obra ocupa una posición rígida e inmodificable. El objeto es probar una "verdad" a la cual se le otorgan Page 131 pretensiones científicas, de objetividad. Además, el canon moderno lleva implícitos los valores morales que se quieren imponer en la sociedad, y las obras que se seleccionan no tienen otra razón que la de respaldar y ejemplificar el canon" (Pineda, 1999: 15)9.

Finalmente, Moreno (2003) expresa la no existencia de una teoría objetiva que permita establecer un listado de obras exactas, ya que cada listado es producto de las ideologías, como de los estereotipos y los prejuicios.

Para escapar del canon-impuesto, Pineda (1999) establece el concepto "cánones sueltos", una serie de listados opcionales para el público10. Propuesta similar a la de Bloom (1995), quien en principio también supone el peligro de un canon construido con una razón activista o ideológica, y finalmente presenta sus argumentos para justificar la existencia de muchos listados, entre ellos, el suyo:

"El canon, una palabra religiosa en su origen, se ha convertido en una elección entre textos que compiten para sobrevivir, ya se interprete esa elección como realizada por grupos sociales dominantes, instituciones educativas, tradiciones críticas o, como hago yo, por autores de aparición posterior que se sienten elegidos por figuras anteriores concretas" (Bloom, 1995: 30).

El canon de Bloom, precedido por la figura máxima de Shakespeare, se establece por la ilación de influencias: autores y obras que sirvieron como modelo en la configuración de la literatura shakesperiana, y autores y obras que lo aceptan o lo rechazan como modelo (hasta el momento de crear, por ejemplo, una tradición). El fundamento de tal propuesta descansa en el papel activo dado desde hace muy poco tiempo a la lectura, ya que es ella la que hace que una obra aparezca como respuesta a otras. También, dice Bloom, juega un papel importante la memoria como encargada de despertar el ejercicio de la lectura de las obras reconocidas. Esta lectura de la literatura, como los "cánones sueltos" propuestos por Pineda, rechaza la clasificación literaria desde las consideraciones periodológicas tradicionales, tales como las históricas o las estético-literarias de los...

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