El futuro de las revistas de ciencias económicas en Colombia
Autor | Joan Miguel Tejedor Estupiñán |
Cargo | Magíster en Derechos Humanos y economista |
Páginas | 221-236 |
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EDITORIAL
El futuro de las revistas de ciencias económicas en Colombia
http://dx.doi.org/10.14718/revnanzpolitecon.2015.7.2.1
Joan Miguel Tejedor Estupiñán*1
El 27 de enero del 2015, el Índice Bibliográco Nacional (IBN Publindex) divulgó el listado de revistas
indexadas en la primera actualización del 2014, en el que se reconocen 542 publicaciones cientícas
editadas por diferentes instituciones, en su mayoría de educación superior, investigación y desarrollo en
Colombia. Encontramos allí 28 revistas en categoría A1, 138 en A2, 131 en B y 245 en C (Colciencias,
2015), y ello es muestra de un avance signicativo de estas publicaciones en comparación con las 515
revistas indexadas en 2013, y mucho más sí lo confrontamos con las 91 revistas indexadas en 2002,
cuando apenas una revista estaba en la categoría A1, 9 revistas en la categoría A2, 7 en la categoría B
y 74 en la categoría C (Rodríguez, Naranjo y González, 2015).
En la última actualización de Publindex se reconocieron 67 revistas relacionadas con las ciencias
económicas y administrativas colombianas —un 12,4% del total de revistas indexadas nacionales—,
dentro de las cuales 2 se ubicaron en la categoría A1, 21 en A2, 11 en B y 33 en C. Según las condicio-
nes de indexación del IBN, en especial las revistas que se encuentran en las categorías A1 y A2 estarían
cumpliendo con la mayoría de requisitos establecidos por pares internacionales en relación con calidad
editorial, calidad cientíca, visibilidad e impacto. De hecho, esto se evidencia cuando encontramos que
de estas revistas, aproximadamente 20 se encuentran en EconLit, 24 en RedALyC, 24 en SciELO, 13 en
Scopus y 4 en ISI (Tomson Scientic). Queda claro así que poco más de la tercera parte de la producción
colombiana en ciencias económicas ha sobrepasado la frontera nacional, con lo cual se aumenta la
visibilidad y divulgación internacional y se consolidan procesos de reconocimiento del impacto de los
documentos que allí se publican.
Parte de la importancia de estos datos puede analizarse desde su relación con diferentes con-
textos. Además, ello debe llevar a la comunidad cientíca nacional a asumir varios debates de gran
trascendencia tanto para la política nacional de investigación y desarrollo como para la política laboral
de los docentes universitarios en Colombia, que tienen una directa relación con este contexto.
El primer debate se da en el marco de la postura mundial del acceso abierto al conocimiento cien-
tíco (Budapest Open Access Initiative [BOAI], 2012), que lleva más de 13 años impulsando iniciativas de
este tipo, por cuanto constituyen una postura frente al conocimiento como un bien común o un derecho
humano universal (encontramos allí propuestas como DOAJ, SciELO y RedALyC). Se contraponen a ellas
las bases bibliográcas internacionales impulsadas por los países de la llamada “gran corriente de la
ciencia” (donde encontramos a ISI-WOS y Scopus, que son reconocidas en las normatividades nacionales
* Magíster en Derechos Humanos y economista. Editor de la Revista Finanzas y Política Económica de la Universidad
Católica de Colombia. Correo electrónico: jmtejedor@ucatolica.edu.co. Dirección de correspondencia: Facultad
de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad Católica de Colombia, carrera 13 N.o 47-49 (Bogotá,
Colombia).
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Finanz. polit. econ., ISSN 2248-6046, Vol. 7, No. 2, julio-diciembte, 2015, pp. 221-224
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para conceptos del régimen salarial de los docentes universitarios). Esta últimas bases cobran por la
suscripción y el acceso a sus contenidos, y además evidencian la escasa participación de la producción
cientíca latinoamericana e imponen restricciones para poder acceder en estas bases bibliográcas;
con ello alejan de manera directa la participación de la producción cientíca latinoamericana en esta
corriente y limitan de la misma forma su visibilidad e impacto (Aguado y Rogel, 2006).
El segundo debate surge luego del proceso desarrollado por Publindex desde el 2012 y hasta la
actualidad, cuyo propósito era consolidarse como el sistema nacional de referencia para la evaluación
de publicaciones cientícas colombianas. Este sistema ha contribuido de manera directa a impulsar
gran parte de las publicaciones cientícas nacionales en el ámbito internacional; sin embargo, no ha
sido ajeno a las críticas desde diferentes perspectivas. Esta coyuntura condujo, por ejemplo, a que
para la última medición de grupos de Colciencias, esta institución decidiera no tener en cuenta los
resultados del IBN de Publindex; argumentando que el Decreto 1279 de 2002, por el cual se establece
el régimen salarial y prestacional de los docentes de las universidades estatales, desde su artículo 10 ha
generado dos problemas fundamentales: se ha afectado la calidad de la investigación y la academia en
Colombia, así como el mercado laboral de los docentes universitarios. Estos maniestan el incremento
poco signicativo de la formación posgraduada, que fue del 9,9% entre el 2003 y el 2013, frente al
aumento de la productividad cientíca de los docentes universitarios, que aumentó en un 64,3% en la
misma época (Arango, 2009).
En este orden de ideas cabe destacar la desigualdad entre las relaciones laborales de los docentes
universitarios de los países desarrollados frente a los países en vía de desarrollo como Colombia, donde
un docente puede ganar por hora entre U$11 y U$74 (El Observatorio de la Universidad Colombiana,
2014), frente a los U$100 por hora que puede ganar un docente con doctorado en países como Alemania
y Reino Unido (Arias, 2014).
Finalmente, uno de los debates más importantes tiene que ver con los recursos destinados por
el gobierno nacional para el sector estratégico de investigación y desarrollo (I+D). Hay una evidente
desigualdad en los términos de competencia generados por las naciones desarrolladas, las cuales hacia
2012 invertían en este sector alrededor de 400.000 millones de dólares en Estados Unidos, 300.000
en la Unión Europea, 150.000 en China y 130.000 en Japón (Banco Mundial, 2012). En contraste, en
Colombia la inversión en actividades de ciencia, tecnología e innovación apenas superan los 1757 millones
de dólares, y la inversión en I+D apenas supera los 738 millones de dólares (Observatorio Colombiano
de Ciencia y Tecnología [OCyT], 2014).
Este panorama deja ver los diferentes retos que hoy más que nunca debemos emprender los
equipos editoriales de las publicaciones cientícas, que asumimos garantizar la alta calidad cientíca y
editorial de las revistas que lideramos dentro de las instituciones que las respaldan. Así, en un contexto
en el que la ciencia y el conocimiento no son ajenos al proceso multidimensional llamado globalización,
debemos plantearnos inquietudes como estas: ¿cuáles deben ser los principios de la política de I+D y
de ciencia y tecnología en Colombia?, ¿quiénes son los actores que deben participar en la construcción
de estas políticas?, ¿cuál es el nivel de recursos económicos, humanos y físicos que debe invertir un
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