Los grupos paramilitares en Bogota y Cundinamarca, 1997-2005. - Núm. 14, Enero 2006 - Revista Desafíos - Libros y Revistas - VLEX 634462401

Los grupos paramilitares en Bogota y Cundinamarca, 1997-2005.

AutorPérez Salazar, Bernardo
CargoIII. Reflexiones sobre seguridad
Páginas338(44)

Resumen

Este artículo considera el período comprendido entre la segunda mitad de los 90, cuando aparecieron "grupos paramilitares" en Cundinamarca y Bogotá, y mediados de la primera década de este siglo, cuando fueron desmanteladas algunas de estas estructuras por parte de las autoridades, hubo entrega de armas por otras y surgieron organizaciones paramilitares "sustitutas" que permanecen activas en el ámbito territorial referido en este estudio. Destaca la actividad "anti- insurgente" desarrollada por los paramilitares en zonas coincidentes con aquellas donde las Fuerzas Militares adelantaron operaciones contrainsurgentes. Además, documenta el proceso de transformación y desintegración que sufrieron en el centro del país algunas estructuras paramilitares que acogieron el proceso de diálogo con d gobierno Uribe como parte de las Autodefensas Unidas de Colombia-- AUC--a la vez que enfrentaban una "guerra interna" con otros grupos paramilitares recalcitrantes a participar del acuerdo. Finalmente presenta una apreciación sobre la evolución futura de los "ejércitos privados" que perviven luego de culminado el desarme de las AUC.

Palabras clave: Conflicto armado, paramilitares y guerra irregular, desarme, crimen organizado narcotráfico, posconflicto, historia, Colombia, Cundinamarca y Bogotá.

Abstract

This article surveys the period that covers the second half of the 1990's, when "paramilitary groups" became visible in Cundinamarca and Bogotá, and the first half of the present decade, when a number of these structures were diminished as a result of law enforcement operations, a few others engaged in disarmament and new "substitute" paramilitary outfits emerged in the area referred by this study. It highlights the "anti-insurgent" activity of the paramilitary in areas that overlap with those where regular military forces carried out counterinsurgent operations. It also references the process of transformation and disintegration of paramilitary units in central Colombia that joined peace talks with the Uribe administration as part of the Autodefensas Unidas de Colombia -AUC--, as they simultaneously engaged in an "internal war" with other paramilitary groups reluctant to the agreement. It concludes with an appreciation about the future evolution of those "private armies" which endure after the AUC disarmament.

Key words: Armed conflict; paramilitaries and irregular warfare; disarmament; organised crime," drug traffic; post-conflict, history Colombia; Cundinamarca and Bogotá.

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Este estudio sobre la evolución del "fenómeno paramilitar" en Cundinamarca y Bogotá a partir de la segunda mitad de la década de los años 90 pretende arrojar luces sobre los diversos actores y factores que confluyeron con la llegada del paramilitarismo a esta región del país, al igual que la dinámica de su transformación al asentarse de manera permanente en el ámbito urbano de la capital colombiana, del año 2001 en adelante.

A diferencia de lo sucedido en otras regiones colombianas, en Cundinamarca y Bogotá el proyecto de las Autodefensas Unidas de Colombia -AUC- fue conflictivo e inestable. Por una parte, la expansión de esta agrupación anti-insurgente (2) en todo el país a partir de 1997 exigió recursos financieros para su sostenimiento, situación que se resolvió mediante alianzas con el narcotráfico, las cuales a su vez crearon fracturas internas. En concreto, la llegada de las AUC al centro del país coincidió con la relocalización de las principales áreas de producción de coca como resultado de las acciones represivas del Plan Colombia contra los cultivos ilícitos ubicados en los departamentos del sur del país, particularmente Putumayo y Caquetá. En ese proceso cobraron especial importancia regiones como el centro del departamento del Meta y el norte del departamento de Guaviare, donde hubo una rápida expansión de cultivos de coca, mientras las operaciones del Plan Patriota dirigidas a cercar y aniquilar la fuerza principal de combate de las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia -FARC-, debilitaron la presencia de dicha guerrilla en esta región, al igual que el control sobre las rutas del narcotráfico que operaban bajo su control.

La coyuntura anterior, unida a la negociación entre el gobierno del presidente Uribe y las AUC sobre las condiciones de su desmovilización y reincorporación a la vida civil, habrían agudizado los conflictos entre las diversas facciones paramilitares con intereses en el centro del país, hasta el punto de desatar una confrontación entre ellas. Así, Bogotá se convirtió por diversas razones en uno de los escenarios principales de ese enfrentamiento y el Frente Capital, la estructura local de las AUC en la ciudad capital, resultó seriamente afectado como resultado de esas rivalidades de 2004 en adelante. No obstante, individuos y grupos que tuvieron algún contacto con estas estructuras han intentado retomar muchas de las actividades delictivas que en el pasado fueron controladas por las AUC, con el fin de lucrarse de las mismas, aprovechando la reputación y el temor que "los paramilitares" establecieron en la ciudad.

En síntesis, este estudio de caso destaca los rasgos que predominaron en el accionar de los primeros grupos paramilitares que llegaron a la región, y los factores internos y externos que condujeron a transformar su carácter primordialmente anti-insurgente, a uno más "gangsteril", particularmente a partir de su asentamiento permanente en la ciudad de Bogotá.

Las múltiples caras del "paramilitarismo"

Los grupos armados irregulares cuentan con jerarquías, cadenas de mando, una doctrina, procedimientos de decisión y operación, mecanismos de formación y control disciplinario, elementos característicos de los cuerpos armados convencionales, pero a la vez, de manera fundamental para su continuidad, estos grupos también dependen de redes de apoyo que involucran a la población civil en las áreas de su influencia, bien para suministrar información, inteligencia, logística, además de recursos económicos y diversos servicios necesarios para mantener la clandestinidad de su accionar, entre ellas, el testaferrato y el lavado de activos de origen ilegal. (3)

Lo anterior permite comprender por qué el término "paramilitar" en nuestro medio es tan ambiguo, pues es usado por medios masivos de comunicación, dirigentes y servidores públicos B naturalmente, por el ciudadano en la calle, para referirse a un considerable número de manifestaciones de violencia e ilegalidad que se registran tanto en zonas rurales como urbanas de Colombia. Así en el imaginario colectivo, "paramilitar" es el narcotraficante que se hizo a un ejército privado comprando la "franquicia" de un bloque de las AUC, como también lo es el grupo armado que ofrece protección anti-insurgente a los terratenientes en zonas rurales, al igual que el sicario al servicio de una 'oficina de cobro' urbana para asegurar el cumplimiento de las obligaciones pactadas en negocios ilícitos cuyos conflictos no pueden ser sometidos a la justicia formal. Paramilitar también es el matón de barrio que cobra vacunas a los conductores de transporte público urbano al inicio de cada ruta, a cambio de asegurar que mantendrá la zona "limpia" de atracadores y milicianos vinculados a grupos insurgentes, para que al final de la jornada no le roben el producido del día.

La ambigüedad del término "paramilitar" se ha acentuado aún más con la expedición de la ley 975 de 2005, llamada de justicia y paz, hecho que desembocó en una masiva acogida del status de "paramilitar" por delincuentes ya condenados, así como por capturados que ofrecieron delatar a otros con el propósito de hacerse acreedores a los beneficios jurídicos contemplados en la ley.

La multiplicidad de manifestaciones y lógicas que cotidianamente se denominan con el término "paramilitar" contribuyen perversamente a oscurecer el análisis del fenómeno. Cada vez se advierte mayor propensión a "paramilitarizar" cualquier manifestación delincuencial que no tenga vínculos con la insurgencia, con lo cual el fenómeno se torna difuso y omnipresente. Entre las consecuencias más negativas de esta tendencia se destaca el efecto corrosivo de la vaguedad y la confusión sobre la definición de la política criminal del Estado, cuya finalidad debe ser articular medios superiores para combatir eficazmente las diversas manifestaciones delincuenciales dentro del marco de la Constitución y las leyes. Una inadecuada caracterización y diferenciación del fenómeno puede no sólo conducir a la proliferación de figuras "especiales" que distorsionen por completo la legislación penal, sino también restar efectividada las medidas policivas y judiciales que se diseñen para combatir el fenómeno, y en consecuencia, a reducir la credibilidad en la justicia.

La guerra contrainsurgente en Cundinamarca

A lo largo los 90 las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC-EP--establecieron en el departamento de Cundinamarca un dispositivo que en su momento llegó a estar integrado por siete frentes y cinco columnas móviles (4) (ver Figura 1). Así, los insurgentes alcanzaron un nivel de actividad visible alrededor de la ciudad de Bogotá, a través de continuos hostigamientos contra la policía, atentados explosivos a la infraestructura vial y energética, retenes ilegales, amenazas, secuestros extorsivos y asesinatos selectivos contra civiles y autoridades de gobierno local. Si bien esta actividad sólo se podría calificar como de "nivel medio" en comparación con los niveles alcanzados por la FARC en otras lugares de la geografía nacional --entre ellos las zonas petroleras y de cultivos de uso ilícito en Norte de Santander, Arauca, y Putumayo, al igual que los corredores viales hacia los puertos de Buenavent del Urabá, Coveñas, Santa Marta y Barrancabermeja-- su capacidad perturbadora se vio magnificada por el impacto que tuvo sobre las vías de acceso a la capital colombiana, al igual que por la resonancia que los medios masivos de...

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