Para una teoria informativa del documento: extension y aplicabilidad del concepto *. - Vol. 28 Núm. 1, Enero 2005 - Revista Interamericana de Bibliotecologia - Libros y Revistas - VLEX 56737125

Para una teoria informativa del documento: extension y aplicabilidad del concepto *.

AutorReig Crua
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RESUMEN

El artículo desarrolla una exhaustiva revisión del concepto de documento. Partiendo de una perspectiva informativa que entiende el documento como manifestación de un acto comunicativo, se establecen los ejes que identifican las funciones básicas de fijación y trasmisión de mensajes. La proliferación de una nueva generación de tipos de documentos obliga a revisar los componentes de los ejes básicos para verificar y ampliar el campo de validez y aplicación del concepto, constatando su suficiencia y consistencia teórica actual.

PALABRAS CLAVE: Teoría del documento / Teoría de la información / Soporte / Información / Código / Proceso informativo / Comunicación.

ABSTRACT

This article provides an exhaustive review of the concept of the document. Beginning with an informative perspective, which understands the document as a manifestation of an act of communication, it establishes the axes that identify the basic functions of fixation and the transmission of messages. The proliferation of a new generation of types of documents makes it necessary to revise the components of the basic axes in order to verify and expand the field of validity and application of the concept, confirming its sufficiency and its current theoretical consistency.

KEY WORDS: Document Theory / Theory of Information / Codification / Information process / Communication / Digitization.

  1. EL MENSAJE EN EL PROCESO INFORMATIVO--DOCUMENTAL

    La documentación es una ciencia auxiliar que se ocupa de un proceso informativo peculiar: aquel que tiene lugar cuando se proporciona información sobre documentos (o sobre la información contenida en ellos) a alguien que la demanda o puede necesitarla. La peculiaridad de este proceso se debe al carácter secundario de la información que en él interviene. Información secundaria es aquella que, a diferencia de la original o primaria, ha sido analizada, resumida, y representada para servir, precisamente, a este particular proceso informativo. Se trata, pues, de metainformación, es decir, información que habla de información.

    Pero por muy peculiar que este proceso pueda parecer, no consiste sino en la transmisión de un mensaje, como ocurre en todo proceso informativo. Esto convierte a la especialidad que se ocupa del proceso informativo documental en una más de las ciencias de la información y, al decir de Marques de Melo, una de las que estudian la recuperación de información (1). Ahora bien, tal como Desantes Guanter ha señalado "el mensaje es el objeto de las técnicas documentales" (2). La documentación, por tanto, trabajará con mensajes procedentes de un proceso informativo anterior y mediante selección--tratamiento--recuperación--difusión generará (1) nuevos mensajes secundarios. Dicho en lenguaje formal: convertir los mensajes documentados (documentos) en mensajes documentales (información sobre documentos) para facilitar la producción de nuevo conocimiento.

    Ahora bien, si el objeto es el mensaje ¿qué hacen los documentalistas empeñados en la conservación de montañas de documentos en múltiples soportes a cuál más perecedero? Dejando aparte, de momento, la entusiasta sugerencia debida a Negroponte (3) de que la cultura abandone el átomo para pasarse al bit, no cabe duda de que hay aquí una paradoja sólo aparente. Sobre soporte material (papel, plástico, o cualquiera que hayamos podido utilizar) o sobre una codificación digital que obvie el problema del soporte, el reto sigue siendo el de siempre: la creación y mantenimiento de repositorios de información que faciliten la realización de la función primordial de conversión de la información en conocimiento organizado y objetivo. Es decir, una función esencialmente social de objetivación de las fuentes del conocimiento, que algunos han llamado exosomática (4).

    La tarea de creación de repositorios o memorias exosomáticas obliga a considerar el concepto de documento como vehículo de información que constituye el núcleo de todo un conjunto de actividades y procesos gestionados por la disciplina documental. Incluso antes de plantearse la consideración de los sistemas (conjuntos de elementos en interacción finalista) en que tales actividades y procesos se harán efectivos, conviene, pues, decidir qué cosa sean los documentos y qué características y funciones les son atribuibles, ya que es de ellos, o mejor, de los mensajes que ellos vehiculan, de los que habremos de ocupamos en definitiva.

    1.1 Definiciones de documento

    ¿Disponemos de alguna definición teórica u operativa de documento que satisfaga todos los requerimientos? Es posible que debamos acabar combinando una perspectiva teorética exigente y otra pragmática. Nuria Amat, por ejemplo, considera documento "todo conocimiento fijado materialmente sobre un soporte y que puede ser utilizado para consulta, estudio o trabajo" (5). Una definición exigente como ésta podría dejar fuera de la categoría documento a toda una serie de objetos que, o bien no contienen conocimiento en sentido estricto sino, tal vez, tan sólo información, o no se usan en un proceso intelectual.

    Gloria Carrizo, por su parte, incluye en la categoría "todo aquello que contiene información y se puede interpretar" (6). Información no es lo mismo que conocimiento, aunque pueda servirle de base, del mismo modo que interpretar no es consultar o estudiar. Sin duda, bajo esta definición, la lista podría no tener fin, y la amalgama de objetos informativos intencionales o casuales, con soportes y modos de registro de todo tipo, ser notable.

    El juego de apertura y cierre del campo semántica de las definiciones puede ser interesante como ejercicio intelectual, pero no contribuye mucho a establecer el estatuto teórico del documento en el conjunto de la teoría de la información y la documentación. Buscando en otras direcciones pueden hallarse aproximaciones de distinta intensidad.

    En el mundo jurídico, la importancia procesal del documento como prueba o testimonio ha obligado a codificar el concepto, distinguiendo entre documento (objeto que muestra hechos o estados de cosas) e instrumento (reservado para los actos humanos y declaraciones de voluntad) (7).

    Por su parte, la historiografía, tras el ensayo de diferentes perspectivas y enfoques (historia oral, historia de las mentalidades, historia cuantitativa o serial, etc.) ha puesto al día el concepto de fuente, de mayor amplitud que el de documento. A la vez, ha extendido el concepto de documento más allá de los depósitos administrativos para incluir en él la producción de textos privados (cartas, memorias) generalmente de carácter único y circunstancial (no archivístico). Todas estas fuentes documentales se añaden en pie de igualdad a las monumentales, las orales, etc. Pero la diferencia respecto a ellas estriba en la específica voluntad de transmisión de un mensaje, que sería propia y exclusiva de los documentos.

    Partiendo de una definición casi antropológica, la archivística entiende por documento todo "objeto corporal producto de la actividad humana, que sirve de fuente de conocimiento y que demuestra o prueba algo" (8), aunque luego se acabe reduciendo el campo semántico, en virtud de consideraciones internas al propio archivo y en atención a los principios de procedencia, serialidad y organicidad.

    En el lado de las definiciones pragmáticas, encontramos una formulación, debida a una agencia especializada en gestión del conocimiento, que se pretende equidistante de la teoría de la información y de la computación: "un documento es cualquier depósito de información coherente que ha sido ensamblado para la comprensión humana" (9). El planteamiento no carece de interés, pero ofrece pocas esperanzas de fundamentar una teoría del documento o, siquiera, un criterio sólido para su clasificación.

    1.2 Punto de vista filológico y cultural

    Desde una perspectiva histórica, tanto si el acento es filológico como si es antropológico, el concepto de documento aparece como un subproducto de un proceso informativo.

    La etimología de la palabra nos remite a un contexto de enseñanza o aprendizaje cuya substancia, no puede negarse, es la transmisión de un conocimiento, es decir, en el fondo un proceso informativo. En todo proceso de este tipo quien emite espera producir una determinada modificación en la mente del destinatario: una convicción, un descubrimiento, una certeza.. La raíz latina de la palabra documento se relaciona con el verbo doceo (enseñar) y con disco (aprender). Entre los sentidos de enseñar deben contarse aquellos que indican presentar o poner en presencia, lo que puede hacerse utilizando un medio o cosa intermediaria produciendo así una representación. El documento, pues, "es una cosa que sirve para representar a otra" (10). En otras palabras un objeto que muestra un hecho o un acto. Estamos hablando, pues, de presentación o representación. Un significado, por cierto, que interesa especialmente a la documentación como disciplina, en cuanto ésta desarrolla técnicas específicas para representar la información contenida en los documentos. En realidad, una suerte de metarrepresentación que constituye la aportación cardinal de esta disciplina.

    Si la etimología revela una estrecha relación entre la información como proceso y los significados de "documento", la perspectiva antropológica permitirá considerar a éste como un producto de aquella.

    Eso que se ha llamado "despegue cultural" de la humanidad, es decir, el proceso por el que los aspectos culturales llegan a determinar su evolución en mayor medida que los biológicos se relaciona con "la capacidad exclusivamente humana para el lenguaje y con los sistemas de pensamiento asistidos por el lenguaje" (11). Parece indudable que la humanización ha sido posible mediante un proceso incremental en el que los hombres han aprendido a compartir sus experiencias y emociones y, al hacerlo, han trascendido la memoria individual para alcanzar un acervo común del que se podían beneficiar individualmente cada uno. La comunicación ha sido el instrumento con el que...

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