Lectura de una simulación, historia poética de un extravío - Núm. 2-2005, Enero 2005 - Revista Co-herencia - Libros y Revistas - VLEX 76949097

Lectura de una simulación, historia poética de un extravío

AutorJuan Camilo Suárez Roldan
CargoEspecialista en Hermenéutica Literaria. Catedrático de las universidades EAFIT y de Antioquia. camilosuarez@geo.net.co
Páginas58-69

Page 58

El poemario Simulación de un reino del autor samario Alvaro Miranda consta de dos grandes partes.1 La primera integrada por un texto titulado El hallazgo de un reino, que presenta un total de 39 poemas. La segunda, de menor extensión y que puede ser vista como un apéndice de la anterior, lleva el título de Mensajes de la diosa Ihilla. Cada una de estas partes comienza con un texto introductorio de características formales y semánticas diferentes a las del resto de la obra. Se trata de explicaciones históricas acerca del origen de los escritos, provistas de información que sirve de contexto y presentación estructural de las series líricas posteriores.

En el primero de ellos, por ejemplo, el lector toma conocimiento de la autoría de un diario (El hallazgo de un reino), de la expedición en la cual fue escrito, de las circunstancias que rodearon el viaje y el registro escrito del mismo, del extravío noticiado en éste, y de los problemas metafísicos y culturales que debieron enfrentar los miembros de la expedición; además de la fijación de las coordenadas de tiempo y espacio en las cuales se desarrollan estos acontecimientos.

Este es el diario de Aquiles Velho Alvar, aquel que sugiere como [sic] Diego de Urbino, Diego Cardona y Diego Sandoval, capitán de flotilla el primero y capitanes el segundo y el tercero, de don Gozalo Jiménez de Quesada, fueron a parar a un territorio por entonces desconocido del nuevo Mundo [... ] después de malograr en una tormenta el rumbo de la expedición que, por tierra algunos y otros por río, organizara desde Santa Marta, el gobernador don Pedro Fernández de Lugo, el 6 de abril de 1536 en busca de oro y de las tierras del altiplano que llamaran Nuevo Reino de Granada. Page 59

[... ] perdidos en tiempo y espacio del correcto navegar que debía ponerlos en cita con los de a pie [... ] heridos los diegos al comienzo de su extravío por flechas envenenadas [... ] estuvieron a punto de encontrarse cara a cara con el Creador [... ] dioses, diosas, hados y faunos del mundo entero vinieron a su socorro [... ] América estaba por entonces hecha un hervidero de dioses que se negaban a partir ante la presencia del Dios Uno y Trino (Miranda, 1996, pp. 135 y 136).

A su vez, en la introducción de los Mensajes de la diosa Ihilla. "Desde San Juan de Riohacha, Gobernación de la Guajira en la mar Caribe, de paso por el puerto de la Coruña, España, hasta llegar a Santiago de Tunja en el nuevo reino de Granada", el lector se informa de su origen, de su relación con la expedición a la que se refería la primera parte y de su recorrido e historia:

Durante mucho tiempo, en el puerto de Sanlúcar, España, corrió de taberna en taberna la voz de cómo Diego de Urbino recibió en la mar Caribe, los presentes Mensajes que la diosa Ihilla dirigió a don Carlos I, rey de España, emperador V de su nombre en Alemania, en los días en que navegaba a medio vivir en su bergantín, cabeza de la flotilla que iba a brindar apoyo a don Gonzalo Jiménez de Quesada (P. 188).

Años después fray Ulpiano estuvo en Santa Marta, donde dicen conoció a una mujer chimila de la región del Valle de Upar, quien le cantó en su idioma nativo los conocidos «Mensajes de la diosa Ihilla» y que adelante el lector encontrará.

Sin embargo, nuevas pesquisas históricas han mostrado cómo el 30 de enero de 1776, el zambo y guerrero indígena Vichuana, del pueblo de la Cruz, en la Guajira y quien organizó una fuerte rebelión contra el gobernador del rey, Nicolás Diaz de Perea, cantaba con sus hombres los "Mensajes de la diosa Ihilla" (pp. 189 y 190).

Los proemios, tanto el de la primera como el de la segunda parte, cumplen una función de orientación de la lectura, gracias a la presentación y construcción de secuencias narrativas tales como aquella que permite al lector considerar la primera parte como el resultado de la expedición que adelanta un grupo de conquistadores. O, para la segunda, seguir los avatares de los mensajes recibidos por uno de los capitanes de esa expedición.

Los proemios cuentan con otra particularidad, tienen origen en una instancia enunciativa distinta de aquella que se consolida en el Page 60 'diario' de la primera parte y en los 'mensajes' de la segunda. Instancia que no es posible atribuir a Velho Alvar, presentado como el autor del diario de la primera parte, o a la diosa Ihilla, quien dirige sus mensajes a Carlos V en la segunda. Se trata más bien de una especie de recuperador y presentador de piezas literarias salvadas de las profundidades del tiempo. Disfraz de arqueólogo literario que parece agradar a Miranda. "Este es el diario de Aquiles Velho Alvar" (p. 135). "Los seis mensajes que a continuación se transcriben por primera vez, corresponden al documento verdadero" "Los Mensajes han sido rescatados del convento de las Madres Clarisas" (p. 191).

Tal entidad adquiere una importancia esencial al momento de considerar el pacto ficcional que establece el lector con un texto histórico que ha sido recobrado, pues se afronta la lectura de un poemario del autor Alvaro Miranda, dividido en partes que requieren de una explicación introductoria que él mismo se encarga de proveer. La presencia del autor es latente en los textos preliminares que presentan los poemas de cada una de las partes, pero cede su condición al cronista de una expedición, en el primer caso, o al resultado de una tradición que ha sobrevivido gracias a cantos populares o versiones escritas de carácter clandestino, en el caso de los Mensajes.

El lector debe aceptar las condiciones de existencia de cada conjunto de poemas, para comprender la naturaleza histórica y las particularidades textuales de la obra. Una vez afronta la lectura de la primera parte, ya ha sido informado de la expedición que dio origen al diario que está leyendo y, para la parte final, de la accidentada existencia histórica de esos textos. Miranda hace una oferta de lectura2 en los escritos prologales, con unas condiciones que el lector debe aceptar para ingresar a la realidad textual que tiene frente a sus ojos.

Simulación de un reino, primera parte del poemario, es un diario atribuido a Aquiles Velho Alvar, de quien sólo tenemos noticia a través de la portada del poemario y de la presentación de la primera parte, pero que no aparecerá explícitamente en el resto de la obra. Rasgo formal que inaugura el juego de autorías ya mencionado y...

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