Movilidades y resistencias de los caribes negros. Pasado y presente de los garífuna - Núm. 12, Julio 2013 - Revista CS de Ciencias Sociales - Libros y Revistas - VLEX 521802146

Movilidades y resistencias de los caribes negros. Pasado y presente de los garífuna

AutorCarlos Agudelo
Páginas189-225

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Los garífuna, conocidos inicialmente hasta bien entrado el siglo XX como caribes negros,1son la expresión de un proceso de mestizaje entre africanos procedentes de la trata esclavista e indígenas caribes arawaks, el cual se produce durante el periodo colonial en las Antillas menores, principalmente en la Isla de San Vicente. Deportados masivamente por los ingleses hacia América Central, en 1797 los garífuna comienzan el poblamiento de las costas caribes de Honduras, Belice, Guatemala, y Nicaragua. Actualmente, buena parte de su población habita los Estados Unidos a causa de un proceso migratorio constante iniciado a mediados del siglo XX,.

Las estadísticas demográicas sobre la población garífuna en América Central y los Estados Unidos presentan oscilaciones importantes. Según el Informe de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas para América Central del año 2003, en Honduras habría 200.000 garífunas, en Belice 15.000, en Guatemala 5.000 y en Nicaragua 2.000, para un total aproximado de unas 222.000 personas. No existen estadísticas precisas sobre las cifras de la población garífuna residente en los Estados Unidos, pero diferentes fuentes2hablan de una cantidad igual o superior a la de los garífuna que habitan Centroamérica. Esto nos daría una población total de unos 400.000 individuos.3El trasegar garífuna ha estado acompañado siempre de una rica, compleja, y a veces contradictoria circulación de símbolos etno-raciales. Estos están presentes desde la llegada forzada de sus ancestros africanos a las islas del Caribe, su proceso de mestizaje Afro indígena y el poblamiento en las Antillas menores. La dinámica construcción identitaria continúa manifestándose en su tránsito hacia Centroamérica como caribes negros en la transnacionalidad

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de su territorialización y en su presencia más reciente en Estados Unidos. La multiplicidad de representaciones y auto-representaciones sobre qué es ser garífuna sigue expresándose hasta su airmación actual como parte de la diáspora Afrodescendiente de las Américas.

Los garífuna adquieren una notoriedad signiicativa en el contexto actual de reconocimiento de la diversidad cultural y del multiculturalismo institucionalizado dentro de los cuatro países de América Central antes mencionados. Esta población ha jugado un importante papel en las políticas de visibilización de los pueblos de origen africano por la vía del reforzamiento de las categorizaciones etno-raciales (siguiendo, en general, las pautas del modelo aplicado a los pueblos indígenas). Este protagonismo ha implicado, con particularidades en cada país, su caracterización oicial como “grupo étnico”, la incorporación de sus expresiones culturales como parte de la identidad nacional, y el reconocimiento de su cultura como patrimonio universal cultural intangible de la humanidad.4

Apoyados en un discurso sobre sus raíces caribes-arawaks y la permanencia de algunas de sus expresiones culturales, los garífuna han sido identiicados y ellos mismos han reivindicado en ciertos momentos de su historia la condición de pueblo indígena. Actualmente, los procesos de movilización política de los garífuna articulan un discurso de inclusión en las sociedades nacionales, a la vez que proclaman su identidad transnacional en tanto garífunas e integrantes de la diáspora Afrodescendiente de las Américas. Esta particularidad los diferencia de otros procesos de reivindicación identitaria de bases etno-raciales en las Américas, como es el caso de los pueblos indígenas y los demás Afrodescendientes. La lexibilidad de movilizar varios registros identitarios de forma sucesiva, y a veces simultánea, les posibilita un mayor margen de maniobra en la articulación de sus reivindicaciones en los contextos nacionales y transnacionales.

Estas dinámicas de inclusión de los garífuna coexisten e interactúan con factores que, basados también en un ordenamiento racial estructural que hunde sus raíces en el periodo colonial, mantienen formas de exclusión social y discriminación en contra de estas poblaciones y fuertemente interiorizados por las sociedades nacionales, aunque no desprovistos de transformaciones.

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En este orden de ideas, el propósito de este artículo es el de presentar, partiendo de una perspectiva histórica, la dinámica de la construcción de las identidades garífunas, los actores que intervienen en dichos procesos y su dinámica política. En este documento se explicitarán las articulaciones y tensiones que se presentan, por un lado, entre la airmación de la diferencia a través de su categorización etno-racial y, por otro, su integración plena en las sociedades nacionales, articulada con su airmación de comunidad transnacional. Para lograr este objetivo, se hará una contextualización histórica y regional y, más adelante, se expondrán los rasgos distintivos y fundamentales de las dinámicas propias de cada contexto nacional, incluyendo el de Estados Unidos.

Avatares de la categorización racial De africanos a caribes negros

En general, las descripciones, relatos, y documentos del periodo colonial se reieren a los africanos en las Américas como negros o esclavos, o como salvajes o cimarrones en el caso de los que resistían y lograban huir de la esclavitud. La posibilidad de nombrar y caracterizar bajo la denominación de caribes negros, por parte de los actores coloniales, es la constatación de la transformación signiicativa y del surgimiento de un nuevo grupo humano que no impedía, sin embargo, volver recurrentemente a la categoría clásica de esclavo en fuga, negro, salvaje, etc. Según González (2008, p. xv), garífuna es una transformación de kalinago, nombre con el que los españoles denominaron a los pueblos que encontraron en las Antillas menores, a su llegada a la región desde 1492, a partir de la forma como estos pueblos se autonombraban. Pero el término “caribe” fue usado desde principios del siglo XVI para deinir a los “indios salvajes” de las Antillas. La relación lingüística entre kalinago y caribe da paso a la palabra caníbal (que signiica antropófago); expresión que fue usada casi como un sinónimo en ciertos periodos durante la Colonia, y posteriormente en estudios sobre los pueblos con la denominación genérica de caribes (Taylor, 1958). Según Breton (1665) los pobladores de las Antillas menores se autonombraban calliponan, calinago o carinaco, que se transformó en Callina, Karina Karibe, Galibi hasta llegar a Garífuna o Garinagu.

En las Antillas, pobladas inicialmente por indígenas, la presencia temprana (desde mediados del siglo XVI) de europeos y africanos va a forjar una

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dinámica de mestizaje que deriva en varias formas en las diferentes islas. Para el caso de la isla de San Vicente, los relatos de la historia garífuna registran la llegada de los primeros africanos para 1635, luego del naufragio cerca de la isla de dos barcos españoles que transportaban esclavos con la subsiguiente huida de los africanos hacia allí.5Sobre la presencia indígena en las islas, la versión más aceptada se apoya en descripciones de viajeros, religiosos, y registros coloniales ingleses y franceses que se reieren a las migraciones hacia las Antillas, anteriores a la presencia colonial europea, por parte de los pueblos arawak y caribes procedentes de la amazonía del sur del continente americano.6Según estas mismas fuentes, hacia inicios del siglo XVIII, en San Vicente, el fenotipo negro se convirtió en el predominante, sin que desapareciera un grupo de indígenas caribes también llamados caribes rojos o amarillos, que se convirtió en minoritario.7Las crónicas de autoridades coloniales, misioneros y exploradores siguen siendo los elementos a partir de los que se reconstruye la historia de los africanos, de los indígenas, y la vida de los caribes negros en San Vicente.8Estos relatos registran fuertes interacciones entre indígenas caribes, emisarios religiosos, colonos, militares (básicamente ingleses y franceses), y africanos de diferentes condiciones, como los fugitivos de naufragios de barcos negreros, de las islas vecinas y algunos que llegaron como esclavos. Las descripciones sobre los aspectos de la vida de los caribes negros en San Vicente denotan una intensa dinámica de circulación entre las Antillas menores de actividades de comercio técnicas agrícolas y de navegación, capacidades de negociación y de alianzas, así como de aptitudes militares reconocidas por las autoridades coloniales y por los colonos. Uno de los aspectos que despierta interés en algunos de los

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narradores de la época consiste en las prácticas rituales relacionadas con los muertos y la enfermedad, hoy llamadas genéricamente como “culto a los ancestros”. Con todas las transformaciones que han tenido estas prácticas, ellas siguen siendo actualmente uno de los elementos cohesionadores de su identiicación como grupo.9

El predominio fenotípico que alcanzan los elementos africanos en dicho proceso de mestizaje se puede explicar por el factor demográico. La presencia de africanos de diversas procedencias del Caribe fue aumentando gradualmente hasta sobrepasar ampliamente en número a los indígenas.10Por otro lado, la supremacía de factores culturales amerindios, como la lengua y algunas prácticas productivas, tendría que ver con una mayor adaptación y dominio del medio geográico de estos pueblos caribes y arawaks en las Antillas...

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