La paz en la teoría de la justicia de Kant - Núm. 11-2009, Julio 2009 - Revista Co-herencia - Libros y Revistas - VLEX 75935901

La paz en la teoría de la justicia de Kant

AutorProf. Dr. Dr. h.c. Ottfried Hóffe, Director del Centro de Investigaciones de Filosofía Política de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de Tübingen.
Páginas13-28

Traducción del original en alemán: Guillermo Hoyos Vásquez. Publicada por primera vez en español con las autorizaciones de Ottfried Hóffe y Guillermo Hoyos Vásquez. La versión original se presentó en el evento Semana Kant 200 años, organizado por la Facultad de Filosofía de la Universidad Javeriana de Bogotá, con apoyo del Goethe Institut, a comienzos de septiembre de 2004.

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1. Una teoría englobante de la paz

En la voluminosa Crítica de la razón pura se presenta Kant como un pensador destacado en lo teórico. Su prestigio de ser también un filósofo político lo debe, por el contrario, a un texto que precisamente sólo tiene una extensión del diez por ciento de la primera Crítica: al proyecto Hacia la paz perpetua. Pero la extensión corta no va en contra del peso filosófico; más aún, en la brevedad compacta se nos da la mayor virtuosidad.

El texto es un tratado político eminente porque allí la filosofía se presenta al servicio de un objetivo político, en realidad de un objetivo moral-político, a saber, el de una paz ilimitada, sin restricciones entre todos los Estados. Aunque el escrito probablemente se origina en una situación política, la paz de Basilea entre Prusia y Francia (5 de abril de 1795), no se trata de un escrito político de coyuntura. Más aún, el escrito contiene los fundamentos de una filosofía completa del derecho y del Estado, y además los principios de su aplicación a la política real.

La seguridad en el desarrollo del discurso permite concluir que a él subyace una larga ocupación con el tema. El lector superficial descubre al Kant, pensador político, sólo en sus últimas obras. Pero el lector profundo encuentra un importante Page 14 concepto, el de la república, ya en la Crítica de la razón pura (B 372 ss.)1. La primera publicación, también muy pertinente para la teoría de la paz, la Idea de una historia universal en sentido cosmopolita (1784) aparece inclusive antes del primer escrito crítico acerca de la filosofía moral, la Fundamentación (1785). Ulteriores alusiones se encuentran luego en el Comienzo presunto de la historia humana (1786), más tarde en la parte tercera, dedicada al derecho de gentes, de Sobre el dicho común: "eso es correcto en teoría, pero no es posible en la práctica" (1793) y después en el escrito sobre la paz en la Doctrina del derecho (1797, parágrafos 53-62 y "Conclusión") y en el Conflicto de las facultades (2ª. Sección).

Antes, en el Anuncio... de un tratado acerca de la paz perpetua en la filosofía (1787), se presenta la paz perpetua como un fin general de Kant, que persigue también en la filosofía teórica: aquí para superar la guerra de las teorías, planteada por la Crítica (A VIII) en el campo de batalla de la metafísica. A esto se añaden dos textos que podrían extrañar inclusive a conocedores de Kant. El orden jurídico al que corresponde la paz, "un todo cosmopolita, es decir, un sistema de todos los Estados" aparece también en la Crítica del juicio (1790), bajo el título "Del fin último de la naturaleza como fin de un sistema teleológico" (párrafo 83). Y el escrito sobre la religión (1793) habla en la primera parte (III) del estado de una "paz perpetua, fundada en una federación de pueblos como república mundial" (VI 34). Mientras otros filósofos de la modernidad se hacen notorios por su silencio en este tema, ciertamente en Kant la paz constituye un motivo fundamental no sólo de lo político sino de todo el pensamiento.

Como puede esperarse de Kant, las consideraciones del escrito sobre la paz no sólo están conceptualmente diferenciadas con rigor y argumentativamente pensadas con profundidad; también están empapadas de experiencia histórica y, sobre todo, están inspiradas en el debate acerca de la paz vigente hasta ese momento. Pero Kant no se deja distraer hacia temas colaterales ni por conocimientos sociales, ni por los históricos, sino que, más bien, se ocupa de inmediato de lo sistemáticamente esencial.

El título del escrito suena como si fuera un tema filosóficamente marginal, dado que la paz no había sido un concepto filosófico fundamental antes de Kant. En la muy rica literatura de Occidente sobre Page 15 la paz aparecen también, ciertamente, filósofos de renombre, pero de los textos clásicos de la filosofía ninguno lleva en el título la expresión "paz".

Inclusive en las grandes obras políticas de la modernidad se presenta este desiderátum: en el Leviatán de Hobbes (aunque se comprende como teoría universal de la paz), en el Segundo tratado sobre el gobierno civil de Locke y en el Contrato social de Rousseau. Mientras Europa está atravesada por guerras, se leen -por ejemplo en Locke, Cap. XVI-principios dignos de consideración acerca de una teoría de la guerra, pero falta, en cambio, la teoría respecto a una comunidad internacional de paz. La gran excepción la constituye el escrito sobre la paz de Kant. En el momento culminante de la filosofía de la ilustración, que se constituye a la vez en su transformación, logra Kant en este escrito llevar a una unidad los motivos más definitivos del pensamiento que hasta entonces corrían paralelos u opuestos entre sí.

Kant reúne el pensamiento jurídico y la idea acerca del Estado provenientes de Platón y Aristóteles con el cosmopolitismo estoico, pero sin sumarse a la apologética que lo rodea con frecuencia. Conoce el derecho de gentes de la modernidad temprana lo mismo que el pensamiento de Agustín acerca de la paz perpetua, paz que no se reserva sólo para la otra vida, sino que la piensa como tarea para la vida presente y la hace inclusive tarea del derecho, de acuerdo con su concepto de moral. Y en ello radica la primera gran innovación de Kant: la paz se convierte en puro concepto fundamental filosófico, ya no es también teológico pues su peso esencial se encuentra en la filosofía del derecho y del Estado.

En total el tratado se ocupa de siete grandes temas relativamente independientes.

1) A pesar de su desprecio general por la guerra, Kant hace todo el esfuerzo por reformar aquello que desprecia, mientras sea algo real. Es cierto que la guerra no debe ser "domada", dado que fuera de la que se hace por defensa, es ilegítima sin más; pero hay que conducirla de tal forma que se pueda conservar la paz como su fin último. Y este pensamiento de un cambio de la guerra por motivo de la paz, una reforma de la guerra en función de la paz, apenas si tiene antecedentes. De las determinaciones relacionadas con esto ("Artículos preliminares") son muy actuales al menos dos de ellas: hay que suprimir cada vez más los ejércitos en pie de fuerza, es decir, el principio de desarmar en lugar de armarse; y uno no debe inmiscuirse violentamente en la constitución y gobierno de otros Estados, dado que estos tienen el derecho de reformarse Page 16 a sí mismos (prohibición de intervención; pero dado que no le fue posible conocer entonces la matanza global de pueblos, Kant apenas podría haber rechazado una intervención humanitaria).

2) Las determinaciones definitivas, los "Artículos definitivos" contienen el núcleo de la teoría de la paz: sus condiciones morales e igualmente a priori.

Kant esboza una teoría jurídico-moral completa del derecho público: (a) El primer artículo acerca del Estado de derecho trata de las relaciones entre individuos y grupos, (b) el segundo artículo acerca del derecho de gentes se ocupa de la relación entre los Estados y (c) el tercer artículo, acerca del derecho de ciudadanía cosmopolita, trata de la relación entre individuos y grupos privados con Estados extranjeros, lo mismo que de las relaciones no contraídas obligatoriamente entre los Estados. En este contexto el primer artículo definitivo de Kant contiene la segunda gran innovación ética con respecto a la paz: relaciona el pensamiento de la paz con la innovación política de su tiempo, es decir, con la república introducida en los Estados Unidos y en Francia.

La comunidad de paz global ofrecida en el nivel intermedio busca "poner fin" no sólo a una guerra sino a todas las guerras y a éstas "para siempre" (VIII 356)2 . De acuerdo con el modelo del aseguramiento de la paz en el interior de los Estados, se necesitaría entonces, según su idea positiva, una república mundial (VIII, 357), la cual ciertamente se diferencia de una "monarquía universal" que consiste en que todos los Estados se funden en uno solo. Con el argumento de que los Estados no se someterían a renunciar a...

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