El pensamiento republicano de Bolívar en el proyecto Constitucional de Angostura de 1819 y en la Constitución Boliviana de 1826 - Núm. 27, Julio 2007 - Revista de Derecho de la División de Ciencias Jurídicas - Libros y Revistas - VLEX 51606381

El pensamiento republicano de Bolívar en el proyecto Constitucional de Angostura de 1819 y en la Constitución Boliviana de 1826

AutorMiguel Malagón Pinzón
CargoAbogado de la Universidad del Rosario
Páginas100-133

    Este artículo es resultado de investigación del proyecto "Historia de la administración pública", de la línea de Estructura del Estado e Instituciones Administrativas de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario.


Miguel Malagón Pinzón: Abogado de la Universidad del Rosario. Magister en Derecho Administrativo de la misma institución. Doctor en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. Docente - investigador de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, Bogotá (Colombia). mmalagop@urosario.edu.co

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1. Introducción

Dentro de nuestra doctrina política constitucional se le atribuyen a las ideas de Bolívar una exclusiva influencia liberal de corte jacobino1 y napoleónico.2 Por ello Bolívar sería el más digno hijo de la Revolución Francesa, pues puso en práctica los postulados de la Ilustración.

Para esta posición doctrinal, los móviles bolivarianos son en primer término las ideas de Rousseau, que El Libertador plasmó en el borrador de Constitución de Angostura de 1819 y en la Carta Boliviana de 1826. En ambos textos, por ejemplo, Bolívar habló de un poder moral como el encargado de controlar la educación de los niños en la Gran Colombia. Este hecho ha sido visto únicamente como un ascendiente de la obra El Emilio del filósofo de Ginebra. Mirémoslo:

Los 42 artículos que conforman el proyecto del poder Moral desarrollan minuciosamente una de las ideas más caras a la pedagogía política jacobina, tomada a su vez del capítulo 7 del libro IV de El Contrato Social, a saber, la institución de una instancia de control de la moralidad pública, que actúe en nombre del soberano y garantice la pureza, la transparencia, de las prácticas sociales. La imposición de esta moral, formal puesto que viene definida por el poder político y se expresa en el hierático lenguaje de la ley, está justificada por razones de estado. Es la virtud sancionada por la coerción. "Si hay alguna violencia justa, es aquella que se emplea en hacer a los hombres buenos y, por consiguiente, felices"3.

Y en segundo lugar, los pensamientos de Napoleón Bonaparte, que Bolívar tomará y los institucionalizará en primera instancia en sus anhelos monárquicos, al consagrar, por ejemplo, la Presidencia y el Senado Vitalicios, y en segunda instancia al implantar un poder legislativo compuesto por tres cámaras, como manifiesta el profesor Vásquez Carrizosa:

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El proyecto de Constitución de 1826 obedecía al criterio de 1819 de implantar el Estado fuerte con el aspecto más grave del presidente vitalicio dotado de facultad para designar al sucesor. Con esto, nada más, el conflicto de opinión en Nueva Granada resultaba inevitable. Para muchos era poco menos que la amenaza de la monarquía a favor del elemento militar. Dentro del derecho público de la época el proyecto de 1826, como el de 1819 no eran del todo originales. El senado vitalicio figuraba en una de las constituciones napoleónicas, la del 13 de diciembre de 1799 (22 del Frimario, año VII, en el calendario republicano). En cuanto a la presidencia vitalicia fue progresivamente implantada por Napoleón Bonaparte hasta culminar en el Imperio, con la institución del Primer Cónsul hecha en la misma Constitución de 1799, elegido por diez años, se convirtió en el "Primer Cónsul Vitalicio" en el acta senatorial del 2 de agosto de 1892 (14 del Termidor, año X), todo lo cual no podía menos de impresionar a los hombres cultos de la capital de Colombia. Por último, la subdivisión del poder legislativo en tres cámaras del proyecto de 1826, llamada según el artículo 26 tribunos, senadores, y censores, estuvo indudablemente inspirada por la Constitución francesa de 1799, en la cual hallamos el mismo reparto.4

El maestro Restrepo Piedrahíta es de la misma opinión al esbozar que Bolívar toma la idea de la Presidencia Vitalicia del pensamiento absolutista francés, y de su mejor representante, Luis XIV:

Es un hecho que en la época de los movimientos de independencia de las comarcas iberoamericanas el influjo de la tradición monárquica sobre la sensibilidad y la mentalidad de los más sobresalientes líderes era considerablemente poderoso. Tal aconteció en la entonces denominada "República de Colombia" (Venezuela, Nueva Granada, Ecuador). El Libertador Simón Bolívar, en su discurso sobre el proyecto de constitución que redactó para Bolivia (mayo de 1826) y que aspiró a imponer en la constelación estatal grancolombiana, expresó con heliocéntrico símil: "El presidente de la república viene a ser en nuestra constitución, como el sol que firme en su centro da vida al universo. Esta suprema autoridad debe ser perpetua; porque en los sistemas sin jerarquía, se necesita, más que en otros, un punto fijo alrededor del cual giren los magistrados y los ciudadanos, los hombres y las cosas. Dadme un punto fijo, decía un antiguo, y moveré el mundo. Para Bolivia este punto es el presidente vitalicio.5

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Nada más alejado de la realidad. Nosotros tenemos otros argumentos que nos llevan a plantear que la ideología de Simón Bolívar perteneció al pensamiento republicano, y no a las ideas liberales. Republicanismo que se origina en Roma, que será exaltado por Maquiavelo y que tendrá en Rousseau y en Robespierre a algunos de sus más grandes representantes. Es por esto que estos últimos pensadores serán sólo unos de los exponentes de esta ideología y no unos filósofos liberales, como erradamente ha pensado nuestra doctrina. Analicemos pues las ideas bolivarianas para demostrar este aspecto.

2. El republicanismo y su evolución

Comenzaremos por entender que el Republicanismo como pensamiento moderno ha sido reivindicado por John Pocock6. Este autor dio una nueva vitalidad a esta ideología señalando que la Constitución norteamericana se nutre de ideas propias del Renacimiento y no de la filosofía liberal de John Locke. Hipótesis que es plenamente aplicable a Hispanoamérica, porque desvirtúa la exclusiva influencia liberal francesa en el proceso de formación de las jóvenes repúblicas.

Pocock logró demostrar que los ingleses, después de la ejecución de Carlos I, indagaron en el pasado para encontrar una solución que les ayudara a salir de la crisis. La respuesta la hallaron en las ideas de Aristóteles, Polibio y Maquiavelo, que James Harrington expuso en su libro Oceana7. En efecto, serán los planteamientos del pensador florentino los que tomará la aristocracia terrateniente inglesa al haber sido excluida por la élite Whig de los beneficios comerciales. La virtud cívica será el arma con que se opondrán a la obtención de poder y riqueza. Este "momento maquiavélico" se mantuvo casi un siglo en Inglaterra, luego el pensamiento "hizo el viaje de ida a las colonias inglesas de América, Page 103 donde se naturalizó. De esta forma, los norteamericanos recurrieron a ella cuando decidieron emanciparse de la metrópoli."8

Empecemos mirando cuáles fueron los planteamientos de estos filósofos de la Antigüedad y del Renacimiento que estudiaron los anglosajones, y que son los que configuran el pensamiento republicano propiamente dicho.9

En primer término, Aristóteles desarrolló las formas de gobierno que existieron en su tiempo. Estableció que hay tres formas buenas y tres degeneraciones de ellas. Las primeras eran la monarquía, la aristocracia y la politia, mientras que las segundas eran la tiranía, la oligarquía y la timocracia. Aristóteles consideró que la mejor forma de gobierno era la politia, pues en ella había una combinación de dos regímenes de gobierno, como la oligarquía y la democracia, que encarnaban a diversas clases sociales, situación que generaba una estabilidad, un equilibrio. Esas clases que convivían eran la alta y la baja. Esta unión solucionó las tensiones sociales y creó una muy fuerte paz social. Como dice Bobbio, Aristóteles concilia las dos formas de gobierno y crea una tercera forma mucho mejor que las que la integran, basada en el equilibrio. Véamos:

  1. Mientras en las oligarquías se establece una pena para los ricos que no participan en las actividades públicas y no hay un premio para los pobres si toman parte en ellas, al contrario, en las democracias no se concede ningún premio a los pobres que intervienen en los asuntos políticos y no se fija ninguna pena a los ricos que no participan. Como dice Aristóteles, la conciliación podría consistir "en algo intermedio y común", por ejemplo, establecer una ley que estipule una pena para los ricos que no participen y un premio para los pobres que sí lo hagan.

  2. Se toma el "medio" entre los ordenamientos extremos de los dos regímenes: mientras el oligárquico sólo atribuye el derecho de participar en las asambleas a quienes tienen un ingreso muy alto, el régimen democrático Page 104 reconoce tal derecho para todos, incluso para los desposeídos, o de cualquier manera aun para quienes tienen un ingreso exiguo. El punto medio en este caso consiste en disminuir los altos requerimientos exigidos en el régimen de los ricos y en aumentar las estipulaciones establecidas en el régimen de los pobres.

  3. Se admite lo bueno de los dos sistemas legislativos. Mientras en la oligarquía los cargos se atribuyen por elección, aunque solamente a quienes tienen un determinado ingreso, en la democracia los cargos se sortean entre todos independientemente del ingreso. En este caso tomar lo bueno de cada sistema significa conservar el método de elección del régimen oligárquico y excluir los requisitos de ingreso que es una característica del democrático.10

    El Estagirita también estableció que el objetivo que debía tener toda Constitución era el de fijar el orden del gobierno. Así las cosas, era un texto en el que se precisaba con claridad quién debía gobernar y quién debía ser gobernado.

    En segundo término analicemos la ideología de Polibio. Este filósofo griego propuso que la...

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