Perspectivas historiograficas de las practicas de lectura. - Vol. 34 Núm. 2, Mayo 2011 - Revista Interamericana de Bibliotecologia - Libros y Revistas - VLEX 411845422

Perspectivas historiograficas de las practicas de lectura.

AutorPardo Rodr
CargoArticulo de revisi

Articulo de revisión

Resumen

Con el propósito de identificar elementos teóricos que orienten una descripción conceptual e histórica de las prácticas de lectura, el artículo recoge las voces de autores que, a su vez lectores, narran y describen sus propias historias de lectura: Alberto Manguei, Roger Chartier, Michel de Certeau, Ana Teberosky y Guglielmo Cavallo (prácticas de lectura y la lectura); Robert Damton, Peter Burke y Renán Silva (fundamentos históricos e historiográficos); Giovanni Papini, Carl Sagan y Marcel Proust (los espacios e historias sobre prácticas de lectura). Con base en ello se adoptan tres perspectivas: la primera habla de un acercamiento a la lectura silenciosa como un hito en la transformación del aprendizaje y de los procesos cognitivos y de la intimidad en la práctica de lectura; la segunda, el impacto de la imprenta en las prácticas de lectura, una invención mecánica que generaliza el uso del papel ela la impresión de textos y revoluciona las condiciones sociales, políticas y religiosas de la época, el acceso a la información, la transformación de los formatos de impresión y la producción y divulgación del conocimiento; y finalmente, un acercamiento conceptual a las prácticas de lectura, los abordajes investigativos desde el concepto de práctica y una aproximación histórica a las prácticas de lectura.

Palabras clave: historia de la lectura; hábitos de lectura

Abstract

In order to identfy theoretical elements that could guide a conceptual and historical description of reading practices, this article includes the voices of authors, in themselves readers, who narrate and describe their own history of reading: Alberto Manguei, Roger Chartier, Michel de Certeau, Ana Teberosky and Guglielmo Cavallo (the practices of reading and reading); Robert Damton, Peter Burke and Renán Silva (historical and historiographical foundations), and Giovanni Papini, Carl Sagan and Marcd Proust (reading spaces and stories about reading practices). There are three perspectives that base themselves on this. The first is the approach to silent reading as a milestone in the transformation of learning, of cognitive processes and of privacy. The second, the impact of the printing press on reading practices, a mechanical invention that made widespread the use of paper in the printing of texts and revolutionized the social, political, and religious conditions at the time, the access to information, the transformation of printing formats and the dissemination and production of information; and finally a conceptual approach, the research approaches from the perspective of practice anda historical approximation toward reading practices.

Keywords: history of reading; reading practiccs

1 Introducción

La transformación de las práctícas de lectura se da a partir de dos acontecimientos claves en la historia del pensamiento moderno: la aceptación del papel en procesos de escritura y de impresión y la invención de la imprenta, que dieron lugar a la consolidación de la lectura como práctica social de divulgación, a la democratización de la información y el conocimiento y al nacímiento de la leetura silenciosa como hito en la formación de nuevos lectores. El itinerario de las prácticas de lectura revela que ésta no ha sido una actividad estática, sino que ba estado vinculada a las necesidades de las épocas, los cambios politicos y sociales, la modificación en la concepción de la educación y otros aspectos que permiten avizorar la cultura en el pasado.

La intención es reconocer las prácticas de lectura y su lugar en la historia, comprender la importancia de la imprenta en la sociedad moderna y los materiales sobre los que construye la reflexión teórica en torno a la historia de la lectura y ofrecer una panorámica sobre los autores que han investigado este tema. También se hace una travesía por la evolución de los modos de leer, desde la que se cultivaba en los centros monásticos y conventuales y las reglas que animan y "obligan" a la lectura como ejercicio espiritual.

En el texto se identifican roles que caracterizan las prácticas de lectura, que han surgido de su ejercicio y de la formación como lectores: Jorge Luis Borges encarna no sólo al lector modelo, sino también al escritor consumado; Umberto Eco, lector modelo, lee a su vez a Borges y lo imnortaliza como Jorge de Burgos en El Nombre de la Rosa. Alberto Manguel, el editor, lector selectivo y voraz, narra el oficio de los copistas, traductores y miniaturistas en las abadías medievales, que forjaron un oficio que sublimó Johannes Gutenberg. Estanislao Zuleta, el profesor, ante todo lector y orador, analista, critico e intérprete primario del texto; y finalmente el lector, un ciudadano, un estudiante, que en todas los períodos de su vida académica e intelectual representa el eterno retorno, el fin último del texto, la renovación y el guía de nuevos modos de leer.

  1. La lectura silenciosa, despertar de la intimidad

    Jesper Svenbro (1998, p. 90) manifiesta que ya en la antigua Grecia, en el siglo V a. C. se practicaba la lectura silenciosa ("leer para sus adentros"), en los diálogos con los oráculos, en las conversacioncs entre maestros y discipulos, pero pocos sabían de ella, porque eran más los analfabetas que los letrados. Era esta una práctira reservada para una minoría, los intelectuales de la época: historiadores, poetas, dramaturgos, filósofos, y por supuesto, actores de comedias y dramas que requerían lectura previa de los textos que recitarían en sus representaciones. El acto de la lectura silenciosa era, pues, una rareza, y más apreciada era la lectura en voz alta, porque se daba una gran importancia a la memorización y la declamación de la tradición helénica, las hazañas bélicas y la memoria colectiva de los pueblos.

    Así, la práctica no se masificó; alcontrario, se mantuvo en una élite y pasó de los pensadores griegos a los romanos y de éstos a las primeras comunidades cristianas con el nacimiento de la Escolástica como opción pedagógica. Fue así como en abadías y conventos se designaban roles, tareas y normas en torno a la lectura como ejercicio monástico.

    San Benito de Nursia, monje ítaliano del siglo VI (540 d.C.), escribió su obra Regula Monachorum (Regla de los Monjes), un tratado sobre las normas de conducta terrenales y espirituales de los integrantes de una comunidad religiosa, en el que se encuentran reglas sobre el comportamiento lector de un monje en la intimidad--lectura silenciosa--y en comunidad, en el refrectorium (Parkes, 1998, p. 160), en los actos litúrgicos o en scriptorium. Se establecían espacios comunales e individuales. En los espacios primeros, como el refectorium, "no debe faltar la lectura". El monje-lector debe prepararse durante toda la semana para cumplir su oficio de Lector el dia domingo, y pedirles a sus compañeros que oren por él para alejar el espiritu de la vanidad: "Señor, ábreme los labios, y mi boca anunciará tus alabanzas". Luego recibe la bendición y comienza su oficio de lector.

    Esta práctica en el refrectorium constituye para la comunidad religiosa un acto de recogimiento: "Guárdese sumo silencio, de modo que no se oiga en la mesa ni el susurro ni la voz de nadie, sino sólo la del lector", y mientras los monjes consumen sus alimentos, prestan atención a las lecturas edificantes y preparan su espíritu para las jornadas de oración (Abadía de San Benito de Luján, 2010).

    Los frailes o laicos que obtenían la dignidad de Lector en la Iglesia debían conocer muy bien las Sagradas Escrituras para encontrar en su interior la sensibilidad y el sentimiento, el designo sagrado de cada palabra o frase y determinar los límites gramaticales de la lectura, expresando el afecto de la sentencia: "Ora la manera del que expone, ora la manera del que suffe, ora la manera del que increpa, ora la manera del que exhorta, ora adaptándose a los tipos de expresión adecuada" (Parkes, 1998, p.158-159)

    El Lector en la Iglesia debía repasar para comprender los pasajes bíblicos mediante la lectura silenciosa, exponer ante su maestro, quien lo guiaba en el tono, la pronunciación y la fluidez al leer en voz alta, dominar la técnica de la expresión oral vim pronuntiationis. La coordinación del sentido y el ritmo debía reflejar su domino sobre el tema, la correcta dicción, la postura corporal y la forma cuidadosa de pasar las hojas (Parkes, 1998, p. 159)

    Una vez consumidos los alimentos, los monjes se dirigían a sus celdas: "Descansen en sus camas con sumo silencio, y si tal vez alguno quiera leer, lea para sí, de modo que no moleste a nadie" (Abadia de San Benito de Luján, 2010, Capítulo XLVIII. El trabajo manual de cada día). Se privilegia la lectura silenciosa, íntima, sosegada, en las celdas de la abadía, lectura espiritual, esa que acerca al monje a Dios y a su infinita misericordia. Nuevamente a la hora nona: "(...) ocúpense todos en la lectura o en los Salmos"

    En el tiempo libre se favorecían el trabajo manual y la lectura espiritual. En ese tiempo, la lectura impficaba orden e integralidad. La trascendencia del ejercicio exigía silencio absoluto, reflexión y meditación para vencer la ociosidad, enemiga del alma. El trabajo manual establecía un balance entre la mente, el cuerpo y el espíritu y constituía una ocupación para la entretención de los monjes.

    Los monjes deben recoger los libros de la biblioteca: "Reciban todos un libro de la biblioteca, diríjanse a sus aposentos y dediquense a la lectura espiritual; en el ejercicio de la lectura, uno o dos hermanos mayores recorrerán los pasillos de las recámaras y constatarán si algún hermano se entrega alocio y a la charla y no atiende la lectura, porque ese hermano no sacará ningún provecho de la lectura y aun así distraerá a los demás; en tal caso se le reprenderá una y otra vez". Son voces imperativas que disponían del tiempo libre de los hermanos en la comunidad. (Abadía de San Benito de Lujan, 2010)

    Entre las religiosas femeninas se destacó Hroswitha de Gandersheim, alemana del siglo X...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR