Violencia política en Latinoamérica: una descripción a partir de narraciones literarias - Núm. 39, Enero 2013 - Revista de Derecho de la División de Ciencias Jurídicas - Libros y Revistas - VLEX 458990706

Violencia política en Latinoamérica: una descripción a partir de narraciones literarias

AutorViridiana Molinares Hassan
CargoDoctora en Derecho Público y Filosofía Jurídico Política de la Universidad Autónoma de Barcelona (España)
Páginas222-266

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Introducción

Escribir ahora sobre la literatura con la que los autores del Boom1 latinoamericano narraron la violencia política, que cobijó un importante período de la historia del siglo XX en Latinoamérica, constituye un reto. A pesar del transcurrir del tiempo, de la mutación de las dictaduras en nuevas democracias constitucionales y de importantes transformaciones sociales, los escenarios de pobreza y desigualdad siguen generando violencias que encuentran en nuevas formas literarias un instrumento para su denuncia.

Sin embargo, lo que aquí nos interesa es recurrir a narraciones literarias publicadas a partir de la mitad del siglo XX, con alguna excepción, como instrumento para revisar los fundamentos sobre los cuales se ha construido la nación latinoamericana. Conocemos que son muchas las investigaciones de crítica literaria sobre esta literatura, sin embargo, en este artículo se hizo una breve compilación, no realizada hasta el momento, en la que se relacionan cuentos y novelas, se incluye a narradores y narradoras y se describen las formas de violencia vertical y horizontal presentadas por Ariel Dorfman.

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En las obras escogidas encontramos denuncias sobre violencias ejercidas por las autoridades del Estado hasta las ejercidas por la base social, ambas dirigidas a procurarse el poder político, que en Latinoamérica representa a la vez el poder económico. Este poder ha encarnado una garantía de inclusión entre las élites gobernantes, quienes, lejos de materializar el principio de representación democrática, se han anquilosado en el poder para obtener y salvaguardar sus intereses, protegidos, además, por la militancia política de la Iglesia católica, como para el caso colombiano denuncia con acierto el escritor William Ospina2.

Una importante producción literaria devine de la segunda mitad del siglo XX, durante la cual el mapa político de Latinoamérica registraba la Revolución cubana y un importante número de dictaduras3. Producción que contrasta con las literaturas europea, norteamericana e incluso las literaturas postcoloniales de India y África.

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Esto porque en nuestras narraciones

Pocos son los personajes que pueden prescindir de la violencia (...). En la literatura europea, en cambio, y en muchas narraciones norteamericanas de los últimos veinte años, la mayor parte de los protagonistas termina por desentenderse de la violencia como solución, razonando que la dignidad consiste, justamente, en marginarse de la lucha en un mundo sucio, replegándose hacia refugios interiores y problemas intra-personales (Sosnowsky,1996, p. 391).

La propuesta narrativa de Latinoamérica se concentra en la necesidad de narrar la violencia por autores que desde la distancia, sometidos a exilios voluntarios e impuestos4, revelaron su compromiso político y obligaron a redescubrir este continente de realismo mágico y de violencia.

Compilamos aquí narraciones literarias de autores como Alejo Car-pentier, escritor cubano, entre cuyas obras se destacan Los pasos perdidos (1953), El reino de este mundo (1949) y El siglo de las luces (1962), novelas en las que describe la violencia a partir de lo real maravilloso. Fue diplomático del Gobierno cubano en Francia y en 1977 recibió el Premio Miguel de Cervantes.

Gabriel García Márquez, considerado el mayor exponente del realismo mágico, narra la violencia en obras como La Hojarasca (1995) El coronel

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no tiene quien le escriba (1961), La mala hora (1962), con las que denuncia la violencia partidista y las medidas extremas adoptadas por el Gobierno colombiano; por su obra más famosa, Cien años de soledad (1967), recibió en 1982 el Premio Nobel de literatura.

Arturo Uslar Pietri, escritor y político venezolano que desempeñó importantes cargos políticos en su país y en el mundo diplomático; entre sus obras se encuentran Las lanzas coloradas (1931), La isla de Robinsón (1981) y La visita en el tiempo (1990). Obtuvo los premios literarios Príncipe de Asturias y Rómulo Gallegos.

Sergio Ramírez, abogado nicaragüense, miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, que en 1979, liderada por el Frente Sandinista, puso fin a la dictadura de la familia Somoza; fue vicepresidente de su país. Toda su obra puede entenderse como una denuncia política de la violencia.

Otra nicaragüense, criada en El Salvador, incluida en esta compilación es Clarivel Alegría, quien fue testigo de una masacre de campesinos en 1932 en este país. Recibió el premio de poesía Casa de las Américas.

De Puerto Rico elegimos a Magali García Ramis, conocida por sus narraciones sobre la cultura de su país y por ser miembro de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española.

Rómulo Gallegos, considerado uno de los grandes narradores de Latinoamérica; además de su importante trayectoria política en su país, Venezuela. En Doña Bárbara (1929), su gran obra, denunció las injusticias de la dictadura de Juan Vicente Gómez; otras de sus obras con las que describe la violencia son Canta Claro (1934), Canaima (1935) y Pobre negro (1937). Actualmente uno de los más importantes premios literarios lleva su nombre.

Augusto Roa Bastos, considerado el escritor más importante de Paraguay, se desempeñó como enfermero en la Guerra del Chaco en 1932; en 1947 fue obligado a exiliarse por amenazas que recibió de parte del Gobierno, al que se enfrentó participando en un fallido golpe de Es-

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tado en contra del dictador Alfredo Stroessner, quien permaneció 35 años en el poder. Entre sus reconocimientos literarios se cuenta el Premio Miguel de Cervantes.

El guatemalteco Miguel Ángel Asturias, considerado uno de los escritores latinoamericanos que con más vehemencia criticó la violencia política en su país derivada de las dictaduras de comienzo del siglo XX. Violencia que denunció en su novela El señor presidente (1946). Recibió, entre otros premios, el Nobel de Literatura en 1967.

Otra escritora e historiadora guatemalteca es la activista feminista Norma Rosa García, conocida por su seudónimo de "Isabel Garma", que utilizó para poder publicar sus obras en medio de las amenazas del Gobierno; reconocida por obras como Cuentos de muerte y resurrección, Marginalina, mujer y poesía (1995) y Nuevos poemas y dos cuentos (1998).

Finalmente presentamos por Guatemala a Augusto Monterroso, ganador del Premio Príncipe de Asturias.

Para el caso de Argentina elegimos a Guillermo Martínez, escritor y matemático; entre sus obras encontramos: Crímenes imperceptibles (2003) y La muerte lenta de Luciana B (2007); obtuvo los premios Planeta en Argentina y Mandarache Jóvenes Lectores. Y Julio Cortázar, considerado uno de los más grandes escritores latinoamericanos y gran activista político. Siguió en Nicaragua la dictadura de la familia Somoza, que dio lugar a la publicación de Nicaragua, tan violentamente dulce.

Los chilenos Baldomero Lillo, ganador del Premio Nacional de Literatura en 1947, y Carlos Droguett, miembro de la llamada Generación Literaria de 1938, ganador igualmente, en 1970, del mencionado premio, ambos autores de obras que abordan problemáticas sociales.

Lino Novás Calvo, novelista nacido en España y residenciado en Cuba, de donde salió al exilio desde el ascenso de Fidel Castro al poder.

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Juan Rulfo, escritor famoso por sus obras El llano en llamas (1953) y Pedro Páramo (1955), considerado uno de los narradores más elocuentes de la historia mexicana. Recibió el Premio Príncipe de Asturias en 1983.

De Colombia, además del ya nombrado Gabriel García Márquez, escogimos a dos escritores de la Costa Norte: Álvaro Cepeda Samudio, destacado columnista y narrador con un claro compromiso político que reflejó en su novela La casa grande (1962), además de otras publicaciones, como Todos estábamos a la espera (1954) y Los cuentos de Juana (1972. Y Ramón Molinares Sarmiento, escritor reconocido por novelas como Exiliados en Lille (1982) y El saxofón del cautivo (1988), en las que denuncia la violencia en el exilio y los juicios de guerra realizados por los guerrilleros colombianos a sus prisioneros.

Finalmente presentamos a dos poetas colombianos, Nicolás Suescún y Piedad Bonnet. De sus poesías no realizamos una descripción, solo las utilizamos para cerrar estas narraciones sobre la violencia, por considerar que en ellas se refleja toda la violenta realidad a la que los latinoamericanos nos hemos habituado.

Propósito e ideología de la literatura latinoamericana

La violencia como fundamento de la literatura latinoamericana se ha constituido en un elemento de identidad de esta gran nación que, integrada por diferentes Estados, se construyó desde la imposición de la religión y del modelo eurocéntrico. No pretendemos realizar aquí una distorsión de las particularidades de cada uno de los Estados latinoamericanos, sino una ponderación de la identidad resultante de su violencia, denunciada en la narrativa, respetando su heterogeneidad.

A partir de la literatura se han construido imaginarios sociales5 sobre los que se puede reconstruir la historia personificando la violencia, pri-

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mero en la mitología6, que nos vuelca hacia los dioses7, y luego en per-

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sonajes inolvidables8 que se han enraizado en el pueblo latinoamericano, como José Arcadio Buendía, personaje de Cien años de soledad, obra del Nobel colombiano Gabriel García Márquez; el Jaguar, personaje de La ciudad y los perros, primera novela del Nobel peruano Mario Vargas Llosa, y Artemio Cruz, personaje de La muerte de Artemio Cruz, novela del mexicano Carlos Fuentes, candidato en diferentes oportunidades al Nobel; todos ellos personajes que se encuentran luchado por, en y con violencia, descritos por los iniciadores del Boom.

Sobre la fuerza, ideología y propósitos de la literatura latinoamericana, así como sobre los autores del Boom Saúl Sosnowski (1996) en "Cartografía y crítica de las letras hispanoamericanas", que presenta como

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prólogo a la obra...

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