Profesor Nodier Agudelo Betancur - Núm. 13, Enero 2015 - Cuadernos de Derecho Penal - Libros y Revistas - VLEX 592860946

Profesor Nodier Agudelo Betancur

AutorIngrid Bibiana Muñetones Rozo
Páginas269-288
269
Cuadernos de Derecho Penal, ISSN: 2027-1743, enero-junio de 2015
Profesor Nodier Agudelo Betancur
Ingrid Bibiana Muñetones Rozo
1. CDP: Profesor, por favor cuéntenos acerca de su formación y
trayectoria académicas.
Prof. Agudelo: Aunque generalmente la respuesta que se da a esta
pregunta comienza con la Universidad, en mi caso, me gusta iniciar
con la formación que tuve en el Bachillerato. En efecto, mi familia
vivía en una región muy violenta, desde los años 1957; vivíamos
en Mistrató, hoy Risaralda, en ese tiempo Departamento de Caldas:
se trataba de la violencia a causa de las diferencias políticas entre
conservadores y liberales. Para alejarnos de esa violencia, fui llevado
con cuatro de mis hermanos (en mi casa fuimos 13 hijos), a Armenia,
hoy Quindío, por un tío sacerdote, el padre Francisco Betancur,
quien era una persona muy importante en la mencionada ciudad;
a todos nos internaron en partes distintas y a mí me correspondió
en el Seminario Menor Pío X; en donde estuve seis años, desde 1961
a 1966, claro, con interrupciones en las vacaciones de n de año.
En ese tiempo, la disciplina era un poco a la antigua; cuando leí
a Víctor Hugo, vi muchas veces en su obra retratada la situación
de este tipo de instituciones en mi tiempo. Había que levantarse
a las cuatro de la mañana, teníamos 20 minutos para arreglarnos,
bajar a la capilla, meditación, misa; luego, una hora de estudio,
desayuno, clases; al medio día almuerzo, en silencio, escuchando
la lectura que alguien hacía, a quien se le corregía la entonación, la
respiración, y su postura, etc.; luego recreo, deportes obligatorios;
venía la tarde, clases, estudio, comida, recreo, dormitorio; mientras
nos preparábamos para dormir, había música clásica u opera por un
rato. Y así.
270 Cuadernos de Derecho Penal, ISSN: 2027-1743, enero-junio de 2015
Bueno, quiero decir que de lo anterior me quedó la disciplina:
el lema era que si uno tiene capacidades, pero no tiene temple de
voluntad, de nada sirve la inteligencia: aptitud y actitud. Ahora
bien, como no tenía quién me visitara, me pasaba el tiempo en la
biblioteca, y me fui orientado hacia los libros clásicos: las obras
corrientes, la Odisea, la Ilíada, y los más modernos de Cervantes,
Shakespeare, Dostoievski, etc.
Terminé en 1966 y me fui a estudiar a Medellín, ingresé en 1967 a
la Universidad de Antioquia; allí tuve profesores que me marcaron;
así, Lucrecio Jaramillo Vélez, un sabio en derecho romano: me
orientó hacia la lectura la Ciudad Antigua de Fustel de Coulange, a
La rama dorada de Frazer, para solo dar unos ejemplos; menciono
estas obras porque son, en su género, obras cumbres; también fueron
mis profesores Benigno Mantilla Pineda, juslósofo; Carlos Gaviria
Díaz, quien dictaba Introducción al estudio del derecho, Gustavo
Gómez Velásquez, Fernando Meza Morales, Edgar Tobón Uribe,
Jairo Duque Pérez, entre otros.
Otra persona que inuyó mucho en mí fue el Profesor Luis
Eduardo Mesa Velásquez, a pesar de no haber sido mi profesor de
manera directa, pues él dictaba Procedimiento Penal y luego fue
nombrado Magistrado de la Sala de Casación Penal de la Corte
Suprema de Justicia; su libro Lecciones de Derecho Penal General,
editado por la Universidad de Antioquia en 1962, fue mi primera
lectura de esta materia, junto con el libro de Carlos Lozano y Lozano,
Elementos de Derecho Penal; del Profesor Mesa, destaco el trato
deferente que me daba, acorde con mi admiración hacia él. Agrego
más, hasta su porte y su forma de vestir me llamaban la atención.
Me gradué, trabajé dos años, hice unos ahorros, vendí los muebles
de la ocina, le entregué la plata a mi mamá, le dije que sacara cada mes
X cantidad de dinero; y me fui con 600 dólares; llegué a París, allí me
dieron albergue en la Cité Internacional y, bueno, me dediqué a estudiar
en la Universidad de París, concretamente en Panteón, allí al frente
del monumento Aux grands Hommes la Patrie reconosant, quedaba, y
queda, el Instituto de Derecho Penal de la Universidad de París.
2. CDP: Háblenos de su formación en Europa, concretamente en
Francia y en Alemania.
Prof. Agudelo: Quiero decirle primero: yo quería estudiar Cri-
minalística: balística, medicina legal, fotografía, laboratorio, etc. En

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