El respeto por la persona - Responsabilidad Social y Ética Empresarial - Libros y Revistas - VLEX 356627294

El respeto por la persona

AutorHoracio Martínez Herrera
Cargo del AutorDoctor en teología dogmática, Pontificia Universidad Gregoriana de Roma
Páginas39-60
Capítulo 2
El respeto
por la persona
2.1. El respeto por las
personas
En el proceso económico se debe respetar la dignidad y la
centralidad de la persona humana. Esto signifi ca reconocer a
los demás como iguales a uno, no manipularlos y promover su
desarrollo personal. La actitud de respeto es la base de todos
los modos de conducta moral ante las demás personas y ante
uno mismo.
El respeto por las personas y por toda forma de vida es el
centro de la cultura. No sólo hay que respetar la vida humana
sino también la vida en la naturaleza. La persona con ética
respeta la vida y no la destruye.
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HORACIO MARTÍNEZ
El respeto por la persona autónoma
Podemos defi nir la persona como el individuo capaz de
conocerse a sí mismo y que es sujeto de actos libres.
Individuo: la sustancia singular y completa que constituye
un todo.
Capaz: la mera potencialidad de ejercer actos personales.
Un feto y un loco son personas.
Conocerse a sí mismo: dotado de refl exión y por lo tanto
un ser espiritual.
Sujeto de actos libres: ser con libertad.
El carácter personal hace de un ser un fi n en sí mismo. La
persona como espíritu dotado de conocimiento y amor es
superior a los seres materiales y merece que se le respete y no se
le “use” como un objeto. La persona humana es un ser espiritual,
pero limitado en su naturaleza, que está dotado de unicidad y
singularidad, de independencia e indivisión interior.
Por ser un fi n en sí (para otros y para sí misma) la persona
es sujeto de derechos. Es un fi n en sí, un ser para sí, aunque no
en sentido absoluto y total, porque es un fi n en dependencia
de Dios, fi n último de todas las cosas y personas fi nitas.
Como persona el hombre tiene el poder de dominar y juzgar
el mundo. “El hombre no es sino un junco, el más débil de la
naturaleza; pero un junco que piensa. No es menester que el
universo entero se arme para aplastarle. Un vapor, una gota de
agua basta para hacerle perecer. Pero, aun cuando el universo
lo aplastara, el hombre sería más noble que lo que lo mata,
porque él sabe que muere. Y la ventaja que el universo tiene
sobre él, no la conoce el universo” (Pascal).
El hombre no recibe su ser personal de la comunidad. En la
esfera personal, el hombre sobrepasa toda comunidad terrena
para ejercer su autonomía. Pero, no obstante, el hombre, aun
en su esfera personal, está insertado en la comunidad. El
hombre logra la plena formación de su persona sólo, en, y por
la comunidad con otras personas.
El hombre pasa de persona a personalidad (persona
plenamente desarrollada) sólo, en, y por la comunidad, porque
el yo necesita de para llegar hasta sí mismo en el pleno
conocimiento de sus potencialidades y en el desarrollo de

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