Un acercamiento teórico a la mujer víctima-victimaria desde la transdisciplinariedad - Núm. 155, Enero 2013 - Estudios de Derecho - Libros y Revistas - VLEX 521582222

Un acercamiento teórico a la mujer víctima-victimaria desde la transdisciplinariedad

AutorSandra Viviana Díaz Rincón
CargoFilósofa de la Universidad Industrial de Santander, Abogada de la Universidad Simón Bolívar
Páginas235-260

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Introducción

En esta primera aproximación teórica se considera que la violencia depende de factores biológicos, psicopatológicos, genéticos, ambientales y además socioculturales como el desempleo, pobreza, crisis de valores y la educación recibida desde la infancia hasta el periodo de adultez; los cuales constituyen distractores al momento de comprender en todas sus dimensiones las diversas manifestaciones de la violencia.

Aunque al remitirse al término violencia se generan ideas divergentes, debido a la pluralidad de interpretaciones suscitadas por éste en la sociedad, se considera que existe una clasiicación general de la violencia denominada Familiar porque es la familia el epicentro donde permanentemente se producen actos de violencia entre sus miembros: la pareja-conformada por heterosexuales u homosexuales-, los hijos, abuelos, tíos, sobrinos, primos, entre otros. Además, a raíz de estas interacciones se materializan otras acciones también enmarcadas dentro la tipiicación establecida por la ley, como la violencia conyugal e intrafamiliar. De lo anterior es posible inferir que cualquier miembro de la familia puede ser víctima de ella y desconocer sus efectos jurídicos, por lo tanto omite la denuncia ante las autoridades competentes. Por ejemplo, en la violencia marital o entre cónyuges en un alto porcentaje el vínculo se caracteriza por la unidireccionalidad, la inequidad entre la pareja, desintegración en la familia, intolerancia y las agresiones, que ocasionan relaciones de intimidación, afectación de bienes materiales y el divorcio. Más allá de los maltratos y las interacciones violentas son objeto de análisis la percepción social sobre ello y la pérdida del ideal de bienestar integral de los sujetos en conlicto.

Dentro de los tipos de violencia familiar, la violencia conyugal o marital es la reportada con más frecuencia a las autoridades producto del imperio de la cultura patriarcalista donde se concibe una relación violenta como la unión de dos o más individuos en la cual uno ejerce su fuerza sobre el otro, coartando su libertad de locomoción y expresión; cuyas víctimas en la mayoría de ocasiones son las mu-jeres e infantes por su "condición de inferioridad". Lo anterior, conduce a la tesis propuesta por la Psicología Melba Londoño (1990) de la mujer golpeada donde

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" (...) La mujer se encuentra atrapada sin quererlo en una relación de violencia unidireccional deliberada y severa, que va siempre del hombre hacia la mujer: de la que a ella le resulta muy complicado salir por múltiples causas: no se atreve a pedir ayuda por miedo, o no sabe que la vida puede ser vivida de otra forma, o ha pedido auxilio y no se le dio nadie". (pág. 14). De acuerdo a esta tesis, la mujer es quien padece todo tipo de maltratos, amenazas y humillaciones reiterativas hacia su integridad; y experimenta transformaciones actitudinales, trastornos de personalidad y de comportamiento en sus relaciones con los demás; las cuales pueden ser producto de su exposición a la violencia y no de algún tipo de desequilibrio mental.

Se ha señalado reiterativamente que la mujer golpeada es pasiva, experimenta sentimientos de culpa y autorechazo, por ello para evitar la proliferación de su situación de maltrato decide obedecer y crear lazos de dependencia con su victimario con el propósito de salvaguardar su familia y su vida. Pero, si decide lo contrario debe desaiar los códigos morales establecidos por la sociedad, la represión y la adecuación a su agresor, implicando en varios casos su criterio personal.

El término violencia ha sido empleado en muchos contextos de forma indiscrimi-nada, debido al desconocimiento de sus causas y la dimensión de su signiicado. Es por ello que, desde los años 80 en países latinoamericanos como Colombia, varios grupos de mujeres conformaron movimientos feministas que realizaron manifestaciones contra la violencia hacia la mujer y su exclusión de los escenarios políticos, académicos y culturales; y fue debido a estos acontecimientos que entró en auge el término género como una forma de designar la "Organización social de las relaciones entre los sexos, como una categoría cultural" (González, 1996, pág. 52), vislumbrar el problema de la desigualdad en la mujer que lo suscitó y el conlicto entre los estereotipos construidos por la misma cultura. La teoría del género representa una dicotomía entre mujer y hombre porque desde sus paradigmas culturales le imprimen una connotación diferente a cada rol y por ende su interpretación dependerá de vivencias particulares. Es por ello que, en este proyecto de investigación se resaltarán aspectos socio-culturales relevantes para su comprensión, por ejemplo:

1. La violencia estructural

Es una violencia implícita en el conglomerado social, es un elemento constitutivo de éste porque se arraiga en él desde las primeras interacciones entre los individuos y crea al interior de las mismas desigualdades. Además, esta violencia es denominada como sistémica en cuanto es establecida por el sistema social vigente y diseñado para subordinar a la mujer en todos los ámbitos de su vida e incrementar la brecha de inequidad maniiesta; atribuyéndole el cumplimiento de oicios domésticos no

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reconocidos y remunerados en su contexto por ser concebidos como actividades fútiles. En este tipo de violencia estructural se presentan tres fases:

1. Acumulación de la tensión: el hombre modiica su comportamiento habitual e intenta buscar la forma de escudar sus acciones violentas en contra de su cónyuge como los celos, logra aislarse de su círculo familiar, amigos, se incrementa la agresividad en todas sus expresiones; la mujer comienza a culparse de la crisis de su relación afectiva y por ello comienza a ejecutar acciones para satisfacer los deseos de su compañero permanente, pero no lo logra porque la violencia sigue en aumento.

2. Fase de explosión violenta: el hombre exterioriza su agresión, propinándole golpes a su esposa, situándola en una condición de indefensión. Aunque, este estado puede cambiar cuando se conforma una unión más sólida, un vínculo más estable entre la pareja y se obtiene más dependencia en todos los sentidos con el hombre, debido a la vulnerabilidad en la cual se encuentra expuesta.

3. Fase de manipulación afectiva: luego de agresiones a la pareja, el hombre asume una actitud de reivindicación hacia ella, se vivencia un momento de reconciliación entre ellos donde se muestran pequeñas actitudes de cambio por parte del agresor, con el in de que la mujer acceda a permanecer unida a su esposo a pesar del maltrato suministrado; persuadiéndola a través de justiicaciones externas e internas a su comportamiento como el consumo de bebidas alcohólicas, sustancias alucinógenas y la utilización de circunstancias externas o internas para explicar las mismas; cuyas causas suelen ser generadoras de tranquilidad en la mujer violentada y la consolidación de expectativas sobre el equilibrio de su familia. En esta misma etapa, el hombre culpa a la mujer sobre su reacción y asume una actitud de ofendido, quizás esperando de ella una respuesta tolerante, que le permita mostrarle un aparente espacio de igualdad en las decisiones tomadas como pareja. Pero, esta actitud solo la asume momentáneamente hasta que le sobrevienen los deseos de tener el control de la relación y la agrede nuevamente (De la Fuente & Rìos, 2005).

Las fases descritas del ciclo de violencia persiguen explicar cómo la mujer se ha vuelto cada vez más dependiente y manipulada por su esposo, hasta deteriorar completamente su autoestima y destruir sus ideales de mujer libre. Es decir, cada etapa se dinamiza rápidamente y se retorna al punto inicial del conlicto, formulán-dose autocuestionamientos sobre ¿Por qué la mujer aunque ha estado en relaciones agresivas anteriores continua inmersa en ellos hasta convertirse en habitual? Pero, no es posible referirse a la violencia sin establecer una conexión con la familia, pues reiterativamente algunos doctrinantes han postulado tesis en las cuales de-

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ienden el papel de la familia en la sociedad y se señala que ésta última es uno de los espacios donde más se suscita la violencia social porque en ella se forjan los cimientos de los hombres y mujeres del mañana, quienes se espera sean los gestores de nuevos paradigmas revolucionarios en el pensamiento humano e irrumpan con la educación androcentrista alienante.

Al pronunciar o analizar el término social dentro de una de las clasiicaciones de violencia, se encuentra que uno de las conceptualizaciones más usuales es deinirla como algo abstracto, e incurrir en el error de limitarla a la satisfacción de necesidades básicas materiales, primitivizar la conducta del hombre, el ejercicio de actividades domésticas, la unidad conyugal-familiar y la crianza de hijos; reconociendo la afectación de la comunicación dentro de la familia y el irrespeto por el otro como una forma de irrupción del ideal de familia. Al igual que la violencia estructural existe también una institucional, en la cual los establecimientos de educación evidencian un espacio donde se desatan todo tipo de agresiones al ser humano sin distinción de edad, sexo, etnia o creencias.

1. 1 La violencia institucional

Es una violencia generada al interior de los claustros educativos desde los primeros niveles de formación hasta estudios superiores, organizaciones con ines formativos, lucrativos o sin ánimo...

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