Adopción del modelo de seguridad nacional, 1958-1990 - La inseguridad de la seguridad, Colombia 1958-2005 - Estudios sobre la seguridad nacional en Colombia II. La contribución de Francisco Leal Buitrago. Tomo V - Libros y Revistas - VLEX 800955249

Adopción del modelo de seguridad nacional, 1958-1990

AutorAngelika Rettberg/Laura Wills-Otero/Alejo Vargas Velásquez
Páginas39-72

Capítulo 2
Adopción del modelo de
seguridad nacional,
1958-1990
E F N generó algunos de los cambios políticos más destacados
del país en el siglo . Comenzó en  con la puesta en marcha de un nuevo
régimen que le dio un vuelco a la lógica de la organización política predominante
desde mediados del siglo , y terminó en  dejando las bases de un nuevo
sistema como legado. Con el Frente Nacional culminó la era de gobiernos hegemó-
nicos alternados entre los dos partidos tradicionales, el Liberal y el Conservador,
dentro de un Estado premoderno en el que las elecciones denían la mecánica
política sustentada en la autoridad de los “jefes naturales. Culminó también la
tendencia histórica de coaliciones bipartidistas pasajeras para conjurar momen-
tos de crisis. En su lugar, se pasó al monopolio bipartidista en la administración
de un Estado más grande y en vías de modernización. El nuevo régimen excluyó
la oposición democrática, y la burocratización y el clientelismo sustituyeron al
sectarismo como fuente principal de reproducción de los partidos. Pero pese a
estos cambios, la tradicional debilidad política del Estado se alteró poco.
Al igual que ocurría con el resto de instituciones estatales, las instituciones
militares se encontraban a las puertas de la modernización. Aunque la parti-
cipación colombiana en la guerra de Corea (-) fue un estímulo para
la modernización militar, esta no logró concretarse, debido al cambio de fun-
ciones institucionales provocado por los dos únicos gobiernos militares del
siglo  en Colombia, los del general Gustavo Rojas Pinilla (-) y la
Junta Militar (-). Además, esta falta de concreción fue reforzada por
la incapacidad castrense de arbitrar la confrontación armada entre los partidos
Liberal y Conservador conocida como la Violencia (-).
 El golpe del general Rojas en  fue propiciado por una coalición de sectores bipartidistas, a
causa de la dicultad de controlar la guerra desatada entre los dos partidos y el peligro de la ruptura
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 E      C 
Antes de la guerra de Corea, la instrucción militar se apoyaba en conoci-
mientos teóricos derivados de la Primera Guerra Mundial, y los de la Segunda
Guerra apenas se esbozaban. La asesoría que los estados mayores prestan a los
comandantes en la conducción de la guerra empezó a comprenderse solo a par-
tir de las vivencias del Batallón Colombia en Corea. Con ellas comenzó a actua-
lizarse la enseñanza militar. En esa guerra se conoció también la utilidad de las
tablas de organización y equipo (), que permiten diseñar, de acuerdo con
la misión, qué personal y equipo requieren las unidades en todos sus niveles.
Asimismo, se entendieron cuestiones que hoy son rutina, como la importancia
táctica y psicológica de igualar el uniforme y hasta la comida entre la ociali-
dad y la tropa. El general Alberto Ruiz Novoa, comandante del segundo con-
tingente del Batallón Colombia en Corea (-), anotaba que
La inuencia de esa guerra fue evidente en términos técnicos. Partici-
pamos en una guerra real, dentro de una organización moderna, ope-
rando con unidades completas, bien organizadas. Fue fácil para los que
llegamos a los escalones importantes inuir para que esa doctrina de
funcionamiento militar moderno calara mejor. Sin embargo, en arma-
mento seguimos con las mismas limitaciones, al igual que en equipo.
El año de Gobierno de la Junta Militar, que siguió a los cuatro años en los
que el general Rojas estuvo en el poder, fue una transición útil para las institu-
ciones castrenses. En la medida en que se iban transriendo las obligaciones
administrativas a las autoridades civiles, los militares se fueron reencontrando
con las responsabilidades que les eran propias. Tuvieron que enfrentarse al reto
de modernizar una institución que operaba bajo la inuencia de patrones de
comportamiento heredados del modelo prusiano, que la creciente inuencia
militar estadounidense aún no había socavado.
del régimen por parte de la dictadura civil de Laureano Gómez (-). F. Leal, “Los militares
en el desarrollo del Estado, -”, en Francisco Leal Buitrago, Estado y política en Colombia, .ª
edición aumentada, Bogotá, Siglo  Editores-Cerec, .
 Entrevista con el brigadier general (r) Gabriel Puyana, octubre de .
 Entrevista con el general (r) Alberto Ruiz, febrero de . La formación temprana de
guerrillas partidistas durante la Violencia obligó al Ejército a iniciar su preparación operativa en
la guerra irregular (en  fue fundada la Escuela de Lanceros, centro pionero de entrenamiento
antiguerrillero en América Latina), al tiempo que retardó su percepción del “espectro comunista”
derivado de la Guerra Fría. El inicio de guerrillas comunistas en esa época y la participación en la
guerra de Corea mermaron poco la inuencia ideológica del bipartidismo entre los militares.
La ideología del anticomunismo que difundió esa guerra en un grupo militar de élite quedó a la
espera de una situación propicia para generalizarse, como fueron la Revolución cubana y los planes
estratégicos continentales de Estados Unidos.
 La inuencia prusiana empezó con la misión chilena que apoyó el inicio de la tardía profesio-
nalización militar, con la fundación de la Escuela Militar del Ejército, en .
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
A     , -
El Frente Nacional sirvió para que los militares se subordinaran a las ins-
tituciones de la democracia liberal, como parte del proceso de modernización
del Estado. El fracaso de algunos sectores militares por derrocar a la Junta Mili-
tar y llamar de nuevo al general Rojas, en mayo de , fue la última expresión
de rechazo abierto al acatamiento de la autoridad civil. A la hora de la verdad,
la mayor parte de los ociales involucrados en el complot no cumplieron con
lo pactado, y el general Rojas Pinilla perdió el respaldo que aún tenía dentro
de las instituciones militares. El arraigo social del bipartidismo era todavía
muy grande y con él la tradición de subordinación militar al poder civil de los
partidos. Prueba de ello fue el acatamiento de la Junta a las directrices de
los gestores del Frente Nacional.
De ahí en adelante, la subordinación militar a los partidos pasó poco a poco
al Estado. El proceso de despolitización bipartidista, estimulado por el reparto
paritario de la burocracia estatal entre liberales y conservadores, permitió a los
militares adquirir cierta autonomía política, que se reejó en su manejo del or-
den público y en la conservación y adquisición de prerrogativas instituciona-
les. Este proceso comenzó con la reunión convocada por el presidente liberal
electo Alberto Lleras Camargo con la ocialidad de la guarnición de Bogotá,
una semana después del frustrado golpe a la Junta Militar. En un trascendental
discurso, el presidente electo señaló la necesidad de que los militares fueran
apolíticos frente al bipartidismo. La importancia de este discurso radica en que
fue la única directriz política general en materia militar formulada de manera
explícita por los gobiernos establecidos entre  y . En su afán de aislar a
los militares de la inuencia política bipartidista, el presidente sentó las bases
de la autonomía relativa castrense, al recalcar que así como ellos no debían in-
tervenir en asuntos partidistas, los políticos tampoco interferirían en materias
militares. De esta forma, el celo de su posición doctrinaria liberal fue llevado
al extremo y, con el transcurso del tiempo, el mensaje se volvió dogma. Estos
postulados fueron recordados hasta hace un poco más de un par de décadas por
algunos presidentes en momentos de duda sobre la lealtad militar al Gobierno.
Un relato sobre este episodio se encuentra en Álvaro Valencia, Testimonio de una época, Bogotá,
Planeta Colombiana Editorial, , pp. -.
La subordinación militar al bipartidismo tuvo sus raíces en las crisis generadas por la dictadura
de Bolívar (-) y el golpe de Estado del general José M. Melo (); fue reforzada por la
adscripción de los colombianos al bipartidismo a lo largo de las guerras civiles de la segunda mitad
del siglo , y por la tardía profesionalización militar durante la primera mitad del siglo .
 “Yo no quiero que las Fuerzas Armadas decidan cómo se debe gobernar a la nación, en vez de
que lo decida el pueblo, pero no quiero, en manera alguna, que los políticos decidan cómo se debe
manejar las Fuerzas Armadas, en su función técnica, en su disciplina, en sus reglamentos, en su
personal.” Alberto Lleras, Sus mejores páginas, Lima, Editora Latinoamericana,  Festival del Libro
Colombiano, Biblioteca Básica de Cultura, s. f., pp. -.
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