Aproximación histórica al reconocimiento y configuración normativa de los derechos territoriales indígenas - La brecha de implementación Derechos territoriales de los pueblos indígenas en Colombia - Libros y Revistas - VLEX 684136585

Aproximación histórica al reconocimiento y configuración normativa de los derechos territoriales indígenas

AutorJuan Pablo Muñoz Onofre
Páginas9-58

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Hablar del reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas sobre sus territorios es hablar de un largo proceso histórico cargado de fuertes tensiones entre estos, la sociedad hegemónica y los poderes de gobierno. Estas tensiones del orden jurídico, político, cultural, ambiental y económico han sido objeto de una regulación normativa cuyas transformaciones a lo largo del tiempo reflejan aquellas producidas en las políticas internacionales y estatales en esta materia. El objetivo de este capítulo será pues el de realizar un acercamiento histórico, cuya pretensión no irá, sin embargo, más allá de establecer el marco del que ha sido un proceso de incorporación o sometimiento de las disputas por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas sobre sus tierras a las instituciones y normas jurídicas de los ámbitos nacional e internacional. De acuerdo con lo anterior, se realizará en este capítulo una presentación que estará constituida en dos partes: una primera, en la que se busca exponer los derechos indígenas sobre sus tierras a la luz de las transformaciones normativas e institucionales que al respecto se han producido en Colombia, revisando para ello las que fueron propias de los períodos colonial y luego en el republicano previo a la Constitución de 1991. Un segundo apartado estará dedicado, por su parte, a la exposición de estas transformaciones en el ámbito internacional.

1. Los derechos territoriales indígenas en Colombia

Las disputas por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas sobre sus tierras se enmarcan en las transformaciones políticas y normativas que en el tiempo ha experimentado el Estado colombiano. Tres momentos o períodos históricos a partir de los cuales nos proponemos dar cuenta del desarrollo de las

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mencionadas disputas son (i) un período iniciado tras la llegada española a tierras americanas finalizando el siglo xv y hasta el advenimiento de la independencia, (ii) aquel marcado por la instauración de la República hasta los años finales del siglo xx y (iii) un último, iniciado tras la aprobación de la Constitución Política de 1991 hasta nuestros días.

Así pues, en esta sección se buscará dar cuenta de las disputas por el reconocimiento de los derechos territoriales de los pueblos indígenas enmarcadas en los dos primeros períodos. El tercero de ellos será abordado, por su parte, en el segundo capítulo, al ser propuesto en el presente trabajo como coyuntural en la configuración, el desarrollo y trámite de estas disputas en el país.

1.1. El período colonial

El reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas sobre sus territorios es una problemática cuya trascendencia para el pensamiento occidental se inicia con el descubrimiento de América. El encuentro entre los europeos y el “nuevo mundo” producido durante los siglos xv y xvi supuso el surgimiento de hondos debates de carácter filosófico y jurídico y, en este marco, la cuestión relativa a la legitimidad de la conquista y ocupación de los territorios descubiertos y previamente poblados por estos pueblos se convertiría desde entonces en el centro de variadas y opuestas disertaciones.

Fueron de distinta índole los argumentos que llegaron a ser esgrimidos en favor de dicha legitimidad. Uno de gran peso fue la obtención de títulos jurídicos oponibles a otros imperios europeos, asunto este que nunca dejó de inquietar a los Reyes Católicos y que fue finalmente satisfecho por el Papa Alejandro VI, quien, actuando como máximo vocero de Dios en la Tierra, y bajo el entonces común entendido según el cual “era lícito apropiarse de los países recién descubiertos que pertenecieran a príncipes no cristianos” (Konetzke, 1974: 21), concedió a los monarcas españoles dichos títulos a través de las llamadas Bulas Alejandrinas del año de 1493, invistiéndolos así, en virtud de aquellas, de una “plena y libre y omnímoda potestad, autoridad y jurisdicción” (Konetzke, 1974: 24) sobre estos territorios.

Esta no fue, sin embargo, la única razón invocada como justificación del dominio que ejercían los monarcas españoles, otras fueron el hecho mismo

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del descubrimiento y ocupación, así como las tesis de la guerra justa1y el salvajismo de los pobladores de estos territorios (Díaz, 1992). Justamente esta última fue una de las cuestiones abordadas en las discusiones de la época, ya que no había acuerdo respecto a la naturaleza humana o salvaje de los indígenas, pues, mientras que para aquellos que sostenían lo primero correspondía reconocer en ellos su condición de seres racionales y libres, quienes consideraban lo segundo afirmaban desde posturas filosóficas de origen aristotélico, se trataba de seres desalmados, carentes de capacidad para decidir acerca de sus destinos y, por ende, aptos para la servidumbre (Díaz, 1992).

Tal vez la primera de las voces críticas del abuso y maltrato español sobre los indígenas la constituye el Sermón de Adviento pronunciado en el año de 1511 por el fraile dominico Antón de Montesinos (citado por De las Casas, 1986: 13), quien, en nombre de su comunidad, denunció tal situación pronunciando las siguientes palabras:

Yo que soy voz de Cristo en el desierto desta isla […] Esta voz, dijo él, es que todos estáis en pecado mortal, y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas dellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día?

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Es a partir del pensamiento iusnaturalista expuesto por la escolástica europea que comienza a ser elaborada una serie de planteamientos orientados a la impugnación, tanto de la legitimidad de la ocupación europea en América, como de la legalidad de los títulos otorgados por el Papa. En esta corriente fueron destacados los aportes de los frailes dominicos Bartolomé de las Casas y Francisco de Vitoria (Anaya, 2005), quienes asumieron, a su manera, posiciones críticas hacia la campaña de exterminio y desposesión librada por los españoles en contra de los pueblos indígenas.

En sus planteamientos, Vitoria se ocupó de cuestionar la validez universal de los dictados normativos del Papa y el emperador, reivindicando para ello la existencia de un derecho natural y de gentes, el cual, en virtud de su origen divino, resultaba aplicable, sin distinción, a todos los hombres de la tierra (Hernández, 1992). Fue desde este ordenamiento superior que Vitoria defendió el carácter humano y racional de los indígenas, señalando a su vez que estos pueblos “poseían ciertos derechos de autonomía y títulos sobre sus tierras que los europeos estaban obligados a respetar” (Anaya, 2005: 39).

Es pues en este contexto de controversia y debate en el cual se dio inició al desarrollo de la normatividad colonial sobre indios. Dichas controversias llegarían a ser transversales a las políticas de la Corona hacia estas poblaciones en relación con aspectos que resultaron claves para los asuntos relativos a sus tierras, como es el caso ya señalado de su condición humana o salvaje, pero también de su civilización y protección, así como de su capacidad y evangelización (Díaz, 1992). Los rasgos de esta política colonial de gobierno han sido descritos a la luz de la doctrina de la tutela, la cual se caracterizó como una visión proteccionista y misional hacia los indígenas y cuyo sustento es el presupuesto de su condición subordinada y vulnerable.

1.1.1. Derecho y administración colonial

Tras la conquista y el sometimiento de los indígenas americanos por parte del Imperio español, el empeño de la Corona estuvo enfocado en lograr, de una manera articulada, su evangelización y gobierno. En relación con la primera, hay que decir, respondió al mandato de conversión de los indígenas a la fe cristiana que fuera impuesto a los monarcas por cuenta de las ya mencionadas Bulas de 1493 del Papa Alejandro VI; obligación cuyo cumplimiento

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condicionó el sustento jurídico que dieron estos documentos pontificios a la ocupación española en América2(Konetzke, 1974).

La idea de dar a los indios una “instrucción cristiana” encontró también fundamento para los españoles en su firme convencimiento de adelantar, en relación con estas poblaciones, concebidas salvajes y primitivas, toda una campaña civilizadora, pues solo ello permitiría su progresiva incorporación a la nueva sociedad colonial. Este proyecto “civilizador” de los indígenas respondió también al desprecio español por su cultura, pues, tal como se desprende de los pensamientos del jurista español Juan de Solórzano (citado por Malagón & Ots Capdequí, 1965: 58), uno de los deberes españoles en relación con estas poblaciones era el...

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