Apuntes sobre el método de Stuart Hall. Althusser, Gramsci y la cuestión de la raza - Núm. 64, Abril 2018 - Revista de Estudios Sociales - Libros y Revistas - VLEX 716853393

Apuntes sobre el método de Stuart Hall. Althusser, Gramsci y la cuestión de la raza

AutorMiguel Mellino
CargoDocente de Antropología Cultural y Estudios Poscoloniales en la Università di Napoli 'L'Orientale' (Italia)
Páginas89-105
89
Apuntes sobre el método
de Stuart Hall. Althusser,
Gramsci y la cuestión de la raza*
Miguel Mellino**
Fecha de recepción: 20 de septiembre de 2017 · Fecha
de aceptación: 16 de noviembre de 2017 · Fecha de
modicación: 15 de febrero de 2018
https://doi.org/10.7440/res64.2018.07
Cómo citar: Mellino, Miguel. 2018. “Apuntes sobre el
método de Stuart Hall. Althusser, Gramsci y la cuestión de
la raza”. Revista de Estudios Sociales 64: 89-105. https://doi.
org/10.7440/res64.2018.07
* El artículo fue publicado originalmente en italiano en la
revista Décalages. An Althusser Studies Journal, volumen
2, número 1 de 2016. Disponible en: http://scholar.oxy.
edu/decalages/vol2/iss1/12. Agradecimientos a la traductora
Alessandra Merlo, profesora del Departamento de Lenguas y
Cultura de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
de los Andes (Colombia).
** Docente de Antropología Cultural y Estudios Poscoloniales en
la Università di Napoli “L’Orientale” (Italia). * mamellino@
unior.it
No es un misterio que uno de los momentos de más
intenso y signicativo interés por la obra de Gramsci
en Gran Bretaña se haya producido con el debate
que, en los años setenta, abrieron la revista Marxism
Today y el trabajo realizado por el Centre for Contem-
porary Cultural Studies (CCCS) de la Universidad de
Birmingham, bajo la dirección de Stuart Hall (Forgacs
1989, 79). Con frecuencia se considera que esta parti-
cular “constelación gramsciana” es el producto de la
combinación de tres procesos: 1) el intento de superar
el economicismo del marxismo tradicional en la com-
prensión política tanto de la gran crisis de acumula-
ción del capitalismo británico de esa época como de la
irrupción del thatcherismo como movimiento cultural y
político; 2) la crítica al dogmatismo marxista-leninista
de buena parte del Partido Comunista de Gran Breta-
ña y al “reduccionismo de clase” del Partido Laborista,
como presupuesto necesario para la construcción de
una agenda política socialista más apta para los “nue-
vos tiempos”; 3) la progresiva aparición en la esfera
pública del trabajo de Stuart Hall, “familiar”, como se
sabe, en ambos contextos. A estos tres procesos pode-
mos sumarle un cuarto, más “teórico” y menos “pol ítico ”:
el esfuerzo por salir de las aporías de ese “momento
althusseriano” que había caracterizado el escenario
de buena parte de la misma New Left.
Volver al trabajo de Stuart Hall, por lo tanto, parece ser
un primer paso necesario para la comprensión de esta
particular constelación gramsciana, o New Gramscism
(Forgacs 1989, 80). El presente texto propone retomar
el trabajo de Hall sobre Gramsci, a partir de tres asuntos
especícos. En primer lugar, se quiere sugerir que una
comprensión apropiada de la traducción de la obra de
Gramsci por Stuart Hall tiene que partir necesariamen-
te del contexto político-cultural en el cual aconteció.
Puede parecer una cuestión obvia, y, sin embargo, usar
aquí la palabra traducción tiene un objetivo especíco, el
de querer complicar las modalidades dominantes a tra-
vés de las cuales, con frecuencia, se intenta comprender
la recepción de un determinado autor en un contexto
distinto al que presenció la producción de su obra. No es
posible acercarse a la operación de Hall como si su obje-
tivo hubiera sido simplemente ofrecernos una “relectu-
ra” de Gramsci o de la actualidad de su pensamiento, a
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rev.estud.soc. No. 64 • abril-junio • Pp. 89-105 • ISSN 0123-885X • e-ISSN 1900-5180 · https://doi.org/10.7440/res64.2018.07
DOCUMENTOS
la luz de un momento histórico, cultural y político dife-
rente del de la obra original. Hall no es el tipo de inte-
lectual del que podríamos esperar un simple ejercicio
lológico o escolástico; es imposible entender algo de su
Gramsci sin focalizar tanto su posicionamiento subjetivo
especíco como esa huella1 teórico-política particular
sobre la cual construyó el “método” de los Cultural Stu-
dies. Como trataré de mostrar, el Gramsci de Hall tiene
que leerse “a la sombra de la diáspora negra”, dentro de
una trama discursiva marcada por todo lo que estos tres
términos (sombra, diáspora, negra) signican aquí:
We all write and speak from a particular place and
time, from a history and a culture which is specic.
What we say is always “in context”, positioned. I was
born into and spent my childhood and adolescence
in a lower-middle-class family in Jamaica. I have
lived all my adult life in England, in the shadow of
the black diaspora —“in the belly of the beast”. I
write against the background of a lifetime’s work
in cultural studies. If the paper seems preoccupied
with the diaspora experience and its narratives
of displacement, it is worth remembering that all
discourse is “placed”, and the heart has its reasons.
(Hall 1990, 223)
De este fragmento, por lo tanto, es claro que lo que Hall
nos propone no es una simple relectura de Gramsci, sino
su traducción (tomando aquí esta expresión en un sen-
tido metafísico).2 Además, lo que signicaba traducir a
Gramsci en la Gran Bretaña de los años setenta y ochen-
ta nos lo dice el mismo Hall, en uno de sus artículos más
famosos, Gramsci and Us (1987), publicado justamente
en Marxism Today:
I do not claim that, in any simple way, Gramsci “has
the answers” or “holds the key” to our present trou-
bles. I do believe that we must “think” our problems
in a Gramscian way —which is dierent. We mustn’t
use Gramsci (as we have for so long abused Marx)
like an Old Testament prophet who, at the correct
1 Como se sabe, se t rata de una huella cl aramente “pedagógi -
ca”, es decir, de una e specicidad qu e, en el bien y en el mal,
favoreció y marc ó el encuentro ent re Hall y Gram sci.
2 Para aclara r todavía má s nuestra estrateg ia discur siva pue-
de ser útil ha cer referencia a uno de los esc ritos más cono-
cidos de Edw ard Said: Teoria viajera (1983) (Travelling Theory).
Como recuerd a Said, las ideas y la s teorías, como las p erso-
nas, vi ajan; de una situa ción a otra, de una époc a a otra, de
una persp ectiva a la ot ra. A través de est e movimiento, e llas
termin an padeciend o, de manera in evitable, la pres ión de las
diferente s circunsta ncias que encue ntran en relación con e l
punto de origen o de p artida . La sugerenc ia de Said es con cen-
trar la aten ción en aquella s contingencia s especíc as que
indujeron de a lguna man era una recong uración anómala
de una deter minada per spectiva t eórica, puesto q ue dicha
anomal ía puede decir nos mucho tambi én sobre los lím ites
mismos de es as teorías . Said describ e de forma muy ecaz
no sólo lo que entendemo s aquí por trad ucción, sino ta mbién
los objetivos q ue nos jamos. Ver Said ( 2009), 59-89.
moment, will oer us the consoling and appropriate
quotation. We can’t pluck up this “Sardinian” from
his specic and unique political formation, beam
him down at the end of the 20th century, and ask
him to solve our problems for us: especially since
the whole thrust of his thinking was to refuse this
easy transfer of generalisations from one conjunc-
ture, nation or epoch to another. (Hall 1987, 16)
Para Hall, traducir a Gramsci fuera de su contexto nun-
ca signicó simplemente retomar a Gramsci de forma
lineal y literal, sino adoptar una “mirada gramsciana”
frente a lo que él mismo denía como los principales
dilemas teórico-políticos del presente. La actualidad
del archivo gramsciano no residía, por lo tanto, en sus
“contenidos ideológicos” explícitos, sino sobre todo en
su “método de análisis”, en algo que podemos llamar
aquí la “epistemología subyacente” a su losofía de la
praxis. Es decir, en una práctica teórico-política que a los
ojos de Hall parecía fundada no tanto en su voluntad de
construir una “gran narración” (un “sistema teórico” o
grand theory) a través de la cual examinar (aunque mejor
sería decir “cerrar”) cualquier aspecto de lo Real,3 sino
en una extrema sensibilidad por lo que podemos llamar
la “supremacía de lo político” o de la “contingencia” (de la
articulación) en el devenir histórico.4 Y, sin embargo,
como trataré de demostrar, se trata de un aspecto del
pensamiento gramsciano que se vuelve signicativo
para Hall, justo dentro de una precisa coyuntura política
en la historia de la Gran Bretaña poscolonial, en un con-
texto histórico caracterizado por lo que él mismo deni-
rá en muchos de los ensayos de este período —siguiendo
el rastro de Gramsci— como “crisis de la hegemonía del
capitalismo británico posbélico” (Hall y Jeerson 1976).
Es claro que desde una perspectiva posmoderna y pos-
colonial como la de Hall, los escritos gramscianos se
vuelven, de nuevo, legibles sólo a la luz de otros textos,
autores, eventos. Es así como, en esta perspectiva, reto-
mar el archivo gramsciano signica necesariamente,
con el permiso de los lólogos, hacer “añicos a Gramsci”
(Mellino 2013), o sea, no hacer de él sólo una lectura
selectiva y fragmentaria, sino sobre todo volverlo a abrir
desde el interior de otra “problemática”5 epocal. La apro-
ximación de Hall a Gramsci, como ya anticipamos, es
3 Usamos aquí el térm ino Real en mayúsc ula, en la acepción
lacani ana, puesto q ue sirve pa ra connotar tod avía más
nuestra inte rpretación del pe nsamiento de St uart Hal l.
4 “Gramsci wa s not a ‘general theoris t’. Indeed, he did not pra c-
tise as a n academic or scholarly t heorist of any kind […] h is
‘theoreti cal’ […] was i ntended to serve, not an abst ract aca-
demic pur pose, but the aim of ‘ informing pol itical practice’ ”
(Hall 1986b , 5).
5 Usamos aqu í el término “problemát ica” en el sentido dado
a este concepto por A lthusser. “Me parecía justo retomar
aquí el concept o de problemática de M artin Jacq ues para
designa r la unidad especí ca de una formación teór ica y, de
esta mane ra, poder jar e l lugar de esta di ferencia espe cíca”
(Althu sser 1965, 15). También en es te caso, el uso del con cepto
no es causa l o meramente escolá stico.

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