Argumentos filosóficos y creencias religiosas en el liberalismo político - La religión en la razón pública - Libros y Revistas - VLEX 845536243

Argumentos filosóficos y creencias religiosas en el liberalismo político

AutorIván Garzón Vallejo
Páginas9-97
CAPÍTULO PRIMERO
ARGUMENTOS FILOSÓFICOS
Y CREENCIAS RELIGIOSAS
EN EL LIBERALISMO POLÍTICO
A Rawls le corresponde el mérito del enorme servicio de
haber reflexionado con anticipación acerca del papel político
de la religión”.
JÜRGEN HABERMAS
§1. PRELUSIÓN. Aunque ya en Teoría de la justicia JOHN
RAWL S había afirmado que los principios de justicia tenían el pro-
pósito de especificar los términos de la cooperación entre las
personas, y definir un pacto de reconciliación entre las diversas
religiones y creencias morales de los individuos, en dicho texto
el enfoque a la problemática filosófica, moral y religiosa como
elementos constitutivos del pluralismo social y político es margi-
nal1. No obstante, el pluralismo de doctrinas morales, filosófi-
cas y religiosas presentes en la sociedad es reconocido como un
hecho inexorable que, a su vez, constituye el punto de partida
de su propuesta liberal.
En efecto, una lectura atenta de su obra tardía, después de
Political Liberalism (1993), pone en evidencia que uno de los
aspectos centrales que pretende resolver es el lugar que ocupan
las doctrinas filosóficas y religiosas en la sociedad democrática
contemporánea. Su producción teórica se caracteriza por ten-
der puentes desde el liberalismo político con las doctrinas mora-
1RAWLS,Teoría de la justicia, p. 210.
les, filosóficas y religiosas, pues a diferencia de la tradición libe-
ral moderna dominante, el filósofo estadounidense no define el
lugar de éstas en el ámbito privado e individual, donde no re-
presentarían un asunto político. En efecto, contrariamente a la
mayoría de los filósofos liberales, RAWL S no procedía de una cul-
tura laica y, por ello, su liberalismo se funda en una profunda
comprensión de la importancia de la fe religiosa2.
Así lo sugiere cuando identifica la cuestión filosófica de la
que se ocupa su obra, y se pregunta: “¿cómo es posible que
aquellos que afirman una doctrina basada en una autoridad reli-
giosa, por ejemplo, la iglesia o la Biblia, sostengan también una
concepción política razonable que apoye a un régimen democrá-
tico justo?”, más aún, “¿cómo pueden los ciudadanos de la fe ser
miembros de corazón de una sociedad democrática, aprobar una
estructura institucional que satisfaga una concepción política, li-
beral, de la justicia, con sus ideales y valores políticos intrínse-
cos, y que esta aceptación no sea mero acompañamiento a la
vista de la correlación de fuerzas políticas y sociales?”3.
Algunos lectores de RAWL S interpretan su obra Liberalismo
político en el empeño por ofrecer una propuesta política liberal
que pueda ser suscripta por los creyentes. Así, por ejemplo, JESÚS
RODRÍGUEZ señala que, en esta fase, RAWL S parece más interesado
en ofrecer una respuesta a los problemas instalados en el espacio
público estadounidense suscitado por la beligerancia política de
numerosas agrupaciones religiosas y por un evidente giro con-
servador en los debates sobre la moralidad pública y los criterios
de decencia socialmente pertinentes que por fortalecer su pro-
puesta inicial de justicia distributiva. De allí –según RODRÍGUEZ
habría que suponer que la recuperación de una idea de toleran-
cia acuñada en el marco de los conflictos religiosos, tiene el
sentido político de dotar su discurso moral con recursos para di-
rimir el conflicto originado por las pretensiones de algunas visio-
nes morales y religiosas de prevalecer en el espacio público de
los Estados Unidos de América. Del mismo modo, BRIAN BARRY
enmarca el liberalismo político rawlsiano en la discusión sobre
10 LA RELIGIÓN EN LA RAZÓN PÚBLICA
2RAWLS,Consideraciones sobre el significado del pecado y la fe. Sobre
mi religión, p. 16 y 32.
3RAWLS, Guía de lectura de El liberalismo político, “Revista Internacional
de Filosofía Política”, nº 23, 2004, p. 94.
el papel de la religión en la sociedad estadounidense4,yJÜRGEN
HABERMAS destaca que “a RAWLS le corresponde el mérito del enor-
me servicio de haber reflexionado con anticipación acerca del
papel político de la religión”5.
Los argumentos filosóficos y las creencias religiosas no son
totalmente equivalentes a las doctrinas filosóficas, religiosas y
morales del liberalismo político, básicamente por dos razones.
Primero, porque me centraré específicamente en dos formas de
éstos, mientras que el filósofo estadounidense agrupa tres tipos
de doctrinas para englobarlas bajo un mismo problema. Segundo,
porque al definir como objeto de estudio argumentos y no doc-
trinas como hace el autor estadounidense, pretendo enfocarme
en el problema del tratamiento de éstos en un discurso racional,
específicamente cuando es público, dejando de lado –hasta don-
de sea posible– los demás aspectos comprensivos, prácticos y
cosmovisionales que intervienen en la formulación de una doc-
trina cosmovisiva, aunque evidentemente puedan tener alguna
relevancia secundaria en el abordaje de la cuestión.
Es decir, no me ocuparé de las consecuencias sociales, polí-
ticas o culturales de los sistemas filosóficos y de las religiones,
sino de la pretensión de publicidad o visibilidad, así como de ad-
misibilidad pública que exhiben los argumentos de naturaleza fi-
losófica y las creencias religiosas. De todos modos, en términos
generales, asumiré que los argumentos filosóficos y las creen-
cias religiosas forman parte de las doctrinas comprensivas filo-
sóficas, morales y religiosas, y por ello su suerte en la esfera
pública está ligada a la de éstas.
Asumiendo que el tema está presente en la propuesta teóri-
ca liberal rawlsiana, quiero situarme específicamente ante el
problema del carácter público de dichos argumentos. Es decir,
¿cuál es el papel público que juegan –si es que juegan alguno–
los argumentos filosóficos y las creencias religiosas en una so-
ciedad democrática bien ordenada? Más aún, ¿cómo enfrenta
esta teoría liberal la pretensión de publicidad de dichos argu-
mentos, teniendo en cuenta que una tradición dominante los re-
cluye en el ámbito privado e individual?
ARGUMENTOS FILOSÓFICOS Y CREENCIAS RELIGIOSAS 11
4BARRY,John Rawls and the Search for Stability, “Ethics”, nº 105, 1995,
p. 904.
5HABERMAS,Entre naturalismo y religión, p. 155.

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