Aspectos jurídicos, políticos y económicos de la tragedia de la Colombia rural de las últimas décadas: hipótesis para el análisis - Núm. 16-1, Enero 2014 - Estudios Socio-Jurídicos - Libros y Revistas - VLEX 492691094

Aspectos jurídicos, políticos y económicos de la tragedia de la Colombia rural de las últimas décadas: hipótesis para el análisis

AutorAlbert Berry
CargoProfesor emérito de Economía de la Universidad de Toronto
Páginas7-24

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1. Introducción

Durante las últimas décadas, Colombia comparte con Sudán y con la República Democrática del Congo la fama de ser uno de los tres países del mundo con mayor número de personas desplazadas. En ciertos periodos ha presentado la más alta tasa de homicidios del planeta. Cada país que sufre estas desgracias tiene una historia distinta de la de los otros: Colombia nunca ha tenido un gobierno o un mandatario directamente involucrado en masacres —como el presidente-dictador del Sudán— ni es un país con un gobierno ausente en grandes zonas de su territorio, como en el caso del Congo. No obstante, a pesar de no ser comparable con esos dos países en las características mencionadas, la tragedia colombiana es más sorprendente y más complicada en cuanto a factores que han dejado una enorme cantidad de muertos y un número gigantesco de desplazados.1En relación con los países referenciados,2 Colombia es el más desarrollado en términos económicos, sociales e institucionales, lo que, igualmente, hace más extraño el hecho de padecer enfermedades sociopolíticas. Goza,

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por ejemplo, de una combinación de elementos democráticos: no solo elige sus gobiernos, sino que también cuenta con una dispersión regional de poderes políticos mayor que en el caso de una dictadura centralizante. Empero, muchos observadores comentan que esa forma de ‘democracia’ deja incentivos y oportunidades para la generación de violencia e injusticia dentro de los mismos procesos políticos.

La interpretación tradicional de la violencia colombiana de los años cuarenta y cincuenta, resultado de los odios hereditarios entre los miembros de los dos partidos políticos tradicionales en un contexto de elecciones demo-cráticas, fue parcial y dejó de lado los elementos más sutiles y perdurables. En décadas posteriores, el papel de otros factores políticos y económicos —especialmente la tenencia de “la tierra”— parece haber sido más relevante y, seguramente, más obvio de lo que era en ese periodo anterior.

Colombia sigue siendo un Estado heterogéneo en cuanto al comportamiento de sus diversas instancias; soporta una combinación de fuerzas, algunas muy dinámicas y positivas, otras muy negativas, y no faltan las oportunistas ante la posibilidad de avanzar sobre sus propios intereses (Estrada y Rodríguez, 2013). Se trata de un Estado con un alto nivel de corrupción en ciertas instituciones importantes relacionadas con la cuestión de la tierra. De los países con muy altos niveles de violencia, Colombia parece ser el lugar donde la lucha por la tierra tiene mayor peso.3Colombia se conoce en el mundo entero como un país que ha sufrido muchísima violencia, un fenómeno relativamente fácil de observar y medir. Tiene menos fama como país de grandes injusticias, que tampoco ha podido vencer. En su caso, más que en muchos otros países, los dos fenómenos están muy ligados. Gran parte de la violencia y la injusticia sufridas están asociadas a la posesión de la tierra —despojo, robo, extorsión, manipulación legal, entre otros—. Hoy en día hay un altísimo nivel de concentración de la tierra, del cual un elevado porcentaje ha sido apropiado de manera funesta, a veces con violencia, a veces por otras vías. No sorprendería que el porcentaje de la tierra que registra actualmente grandes extensiones y que goza de una historia de acumulación legítima (o sea, limpia de sangre,

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de despojo y de cualquier forma de fraude, lo que es una gran incógnita) estuviera en un rango entre el 10 y el 25%, según la definición de legitimidad. Una significado amplio, correspondería al caso de una acumulación dada sin violencia, coerción, soborno de burócratas, manipulación legal o similares.4 En resumen, la justicia en Colombia, en cuanto a cuestiones de tierra rural, ha sido muy poca, no solamente en términos absolutos sino también en relación con la gran mayoría de otros países. El Estado no ha sido capaz de prevenir una cantidad enorme de iniquidades e incluso, en muchas ocasiones, ha facilitado tales desafueros.

Infortunadamente, las condiciones del último medio siglo en Colombia produjeron un proceso de “selección de los peores”, es decir, quienes terminan ejerciendo el poder sobre la tierra son, en promedio, aquellos con menor calidad moral, dado que solamente ellos están “dispuestos a” y son “capaces de” hacer lo necesario para controlar la tierra. La teoría de la evolución afirma que la selección se da a favor de los organismos que mejor se adaptan. En economía es igual: cuando los mercados funcionan bien, se habla de la selección de los más eficientes. Pero cuando ni los mercados ni el sistema político marchan adecuadamente surge esa “selección de los peores”. Es un equilibrio difícil de romper, como se ha evidenciado en tantos otros países y sociedades.

Entre las preguntas planteadas por la historia de la tierra en Colombia está el grado del impacto, a largo plazo, que se debe esperar del hecho de que un porcentaje tan alto de ingresos y riqueza del país quede en manos de gente de baja moralidad, entre ellos los narcotraficantes, los victimarios en el proceso de despojo, los burócratas corruptos, por mencionar algunos. ¿Cómo, desde ese punto de partida, se puede construir un sistema político y una cultura sanos?

Este número especial de la revista se compone de una serie de estudios que contribuyen al análisis e interpretación del conflicto alrededor de la tierra en Colombia. Esta problemática se caracterizada por un nivel de despojo que ha sido un rasgo concluyente de la historia nacional de las últimas

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décadas. Los ensayos señalados buscan descifrar un poco la experiencia en cuestión para responder a la pregunta de ¿por qué Colombia?

Cada estudio considera, entre otras cosas, aspectos jurídicos e institucionales de esos acontecimientos; las respuestas políticas a ellos, y las interacciones entre lo político y lo jurídico. Desde lejos, no parecería obvio que los aspectos jurídicos e institucionales tuviesen gran influencia en un proceso descrito con mucha frecuencia como “guerra civil”. En el contexto del conflicto que nos ocupa es común suponer que ni la ley ni las instituciones encargadas de su implementación funcionen. Es más, existe la percepción de que aún en tiempos más normales Colombia no se comporta muy de acuerdo con las leyes formales; en su defecto acude a otros mecanismos, en donde lo que importa es el poder, a veces político, en ocasiones físico y, a veces también, de otra índole. Dentro de esa realidad, ¿qué peso tiene el sistema judicial/policial compuesto, por una parte, por el cuerpo de leyes, decretos, etc. que supuestamente establecen las reglas del juego, y por otra, por los actores dentro de ese sistema: cortes, jueces, abogados, notarios (parcialmente, por lo menos), policías y militares? ¿Cuál ha sido el impacto del mismo sobre el proceso de despojo?

Cualquier teoría que busque explicar la experiencia de Colombia tiene que incluir elementos económicos, políticos, y socioculturales; esas proposiciones existen en abundancia. Aquellas que asignan gran peso a las características del sistema judicial/policial son menos numerosas y, de nuevo, a primera vista y por mucho, menos convincentes. No obstante, al acercarse a la realidad colombiana, tales teorías parecen tener más peso, directa e indirectamente. Esta publicación analiza a fondo esas cuestiones: ¿cómo contribuye el sistema legal/judicial/policial a acentuar y/o mitigar los crímenes (masacres, homicidios, despojo violento y otras formas del despojo) alrededor de la tierra?

2. Breve recorrido de los procesos de violencia e injusticia en las áreas rurales

La mayoría de los elementos contribuyentes a la violencia en Colombia se conocen bien a través de los varios análisis disponibles; aunque menor proporción, esto es también valido en lo que se refiere a la injusticia. Entre

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los actores claves se puede contar los militantes de la guerrilla, los narcotraficantes, los paramilitares, algunos terratenientes y algunos con intereses mineros, todo eso en el marco de un Estado por una parte débil, en lo atinente a su presencia física en las regiones remotas del país, y por otra, debilitado, por la infiltración de beneficiarios del conflicto y por la presencia de burócratas oportunistas (entre otros, algunos militares, policías), dispuestos a favorecer a uno u a otro de los grupos mencionados para alcanzar sus propios intereses. Los grandes perdedores, fuera de los muertos que deja el conflicto, han sido los pequeños agricultores.

Una tradición única de violencia durante el siglo veinte forma parte del contexto histórico. Los factores económicos, a su turno, siempre han tenido un papel importante en los episodios de violencia y también en el nivel más crónico de conflicto rural. Esos factores parecen ser relativamente más significativos en la experiencia de las últimas décadas que en épocas anteriores. Por ejemplo, son grandes las ganancias económicas logradas con el aprovechamiento de la droga, los cultivos como la palma africana, la ganadería y la especulación de tierras; todos estos elementos son determinantes frente a un estado y un sistema jurídico débiles. La presencia de tantos actores en el mismo drama, sin hablar de las divisiones y conflictos dentro de algunos grupos (como sucede, por ejemplo, con los paramilitares) implica una complejidad grande, una mezcla tal vez más complicada y peligrosa de lo que ha experimentado cualquier otro país.

Durante toda la segunda mitad del siglo xx, especialmente a partir de los años setenta, la dinámica del despojo fue intensa y producto del conflicto armado, del narcotráfico y de la presión por la tierra para el desarrollo agroindustrial. En los años ochenta y noventa hubo una explosión de violencia con extorsiones y secuestros por parte de la guerrilla; se...

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