¿Ayuda la internacionalización? Un análisis del proceso de paz colombiano de 1998 - Politizar el derecho - Perspectivas jurídicas para la paz - Libros y Revistas - VLEX 777106337

¿Ayuda la internacionalización? Un análisis del proceso de paz colombiano de 1998

AutorJorge L. Esquirol
Páginas173-231
¿AYUDA LA INTERNACIONALIZACIÓN? UN ANÁLISIS
DEL PROCESO DE PAZ COLOMBIANO DE 1998*
Jorge
L. ESQUIROL
**
Mientras que por décadas los gobiernos colombianos se resistieron a la inter-
nacionalización del conflicto interno, en los últimos meses de 1998 el nuevo
gobierno de Andrés Pastrana comenzó a buscar el apoyo financiero de Estados
Unidos y Europa, a aceptar condiciones externas y a invocar normas interna-
cionales. Este nuevo enfoque le ofrecía diferentes posibilidades a la resolución
de un conflicto que ya duraba cuarenta años. Una internacionalización de este
corte no significaba, sin embargo, la aplicación obligatoria de tratados entre
estados, ni tampoco el sometimiento a instancias internacionales; más bien
expresaba un intento de manejar el conflicto interno por medio de fórmulas
legales internacionales, en lugar de sólo medios nacionales y constitucionales.
La legalidad internacional parecía ofrecer un idioma neutral en el cual conducir
las conversaciones de paz. Más aún, era de presumir que la orientación general
del derecho internacional serviría al propósito de promover la paz y humanizar
la guerra. La internacionalización, en este sentido, también incluía la asistencia
financiera de la comunidad internacional. La solución de las múltiples dimen-
siones del conflicto colombiano requería recursos considerables, y asegurar el
apoyo necesario era inexcusable en un acuerdo de paz exhaustivo.
Sin embargo, el terreno del derecho internacional en Colombia, en aquel mo-
mento, parecía liderado por expertos que no veían fácil una solución política
negociada dentro de las estrechas limitaciones de la legalidad internacional. Los
internacionalistas colombianos rutinariamente invocaban el derecho interna-
cional para frenar las negociaciones y las concesiones por parte del Gobierno.
Sus interpretaciones de la legalidad internacional, en tanto rechazaban innece-
sariamente posibles salidas legales, no se correspondían, no obstante, con las
prácticas internacionales contemporáneas. De esta manera, en vez de ofrecer
mayores opciones para la paz, el derecho internacional —tal como era explicado
* Este ensayo es una versión más corta de “Can International Law Help? An Analysis of the Colom-
bian Peace Process”, Connecticut Journal of International Law 16 (2000). Mis agradecimientos a Lisbeth
D’Lima por su traducción al español.
** Profesor de Derecho, Florida International University, Miami, Florida. Abogado de la Escuela
de Derecho de Harvard y doctor en Derecho de la misma institución. Además, es graduado de
Georgetown University, con estudios en Finanzas.
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PERSPECTIVAS JURÍDICAS PARA LA PAZ
por los juristas más prominentes del país— censuraba las diversas tentativas de
negociación. Por otra parte, el enfoque internacionalista del Gobierno colom-
biano adelantado en estrecha relación con Estados Unidos rápidamente dejó
ver que negociar la guerra de guerrillas no era la prioridad para estos últimos.
Los intereses nacionales estadounidenses, entre ellos los beneficios políticos de
la lucha contra las drogas, dominaban el panorama.
En este texto identifico los argumentos jurídicos relacionados con ese primer
esfuerzo internacionalista para conseguir la paz en Colombia. En particular,
examinaré detenidamente las principales interpretaciones del derecho interna-
cional de los juristas colombianos que, en ese momento, ocupaban una posi-
ción de autoridad con respecto a las reglas del juego. Específicamente, me
enfoco en dos temas principales: el primero, el estatus de las fuerzas guerrilleras
colombianas según la doctrina del derecho internacional concerniente a la beli-
gerancia, que aparentaba ofrecerles a los alzados en armas la posibilidad del
reconocimiento internacional. Las guerrillas reclamaban este estatus de derecho
internacional y el Gobierno se oponía por temor a socavar su propia posición
soberana. De hecho, el tema de la beligerancia resultó un gran escollo para las
tentativas de negociación.
El segundo tema se refiere a las reglas internacionales de conducta en una
guerra no internacional, y a su aplicabilidad a la situación colombiana de aquel
momento. La normativa relevante es el artículo 3.º común a las Convenciones
de Ginebra de 1949 y su Protocolo
II
de 1977. Estas estipulaciones establecen
la regulación de los conflictos internos y les permiten a las partes en conflicto
realizar acuerdos humanitarios por su cuenta. En Colombia, la lectura idiosin-
crática de estos tratados, y del derecho internacional en general, limitaba dema-
siado el reconocimiento de su aplicabilidad obligatoria y las tentativas de una
solución negociada instigada por la sociedad civil.
La última parte de este artículo examina el significado de la internacionalización
del conflicto colombiano con respecto a Estados Unidos. En esta sección me
enfocaré en la preeminencia que tenía para Estados Unidos la guerra contra
las drogas, por encima del conflicto interno. El problema, en este caso, no era
la excesiva rigidez en la interpretación del derecho internacional, como entre
los internacionalistas colombianos. Por el contrario, la política doméstica de
Estados Unidos amenazaba con atropellar la primacía formal de las priori-
dades soberanas de la nación colombiana. Convertir el proceso de paz entre
rivales políticos internos en un campo de batalla internacional contra las drogas
pondría los intereses de Estados Unidos por encima de la voluntad del pueblo
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¿AYUDA LA INTERNACIONALIZACIÓN? UN ANÁLISIS DEL PROCESO DE PAZ COLOMBIANO DE 1998
colombiano, por medio de la palanca de la ayuda internacional y en contraven-
ción de los plebiscitos nacionales que mayoritariamente apoyaban una solución
negociada de la guerra con las guerrillas.
Una versión más amplia de este artículo fue publicada por primera vez en inglés
en el 2000, mientras transcurría el proceso de paz que se describe, y por esta
razón está redactado en tiempo presente. Para su traducción y publicación en
esta colección se decidió mantener los tiempos, con el fin de no desfigurar
las impresiones de ese momento con cambios verbales y observaciones poste-
riores. Así pues, el lector tendrá la oportunidad de sentir en las líneas que siguen
las discusiones de entonces.
I. ANTECEDENTES
La violencia política, y específicamente la guerra de guerrillas, han sido casi
permanentes en la historia de Colombia1. Los temas y los actores han cambiado
con el tiempo, pero la violencia ha permanecido como una modalidad política
consistente, y, por supuesto, problemática2. Las luchas internas han concernido
a cuestiones de organización política del país, al poder regional y a la represen-
tación institucional. Durante la mayor parte de los siglos
XIX
y
XX
la rivalidad
entre los partidos políticos fue una constante fuente de luchas, que tuvieron
características parecidas a las de las luchas étnicas en otras regiones del mundo.
En este contexto, la historia de Colombia está marcada por los esfuerzos de sus
líderes para resistir a los grupos de oposición por los medios simultáneos de
la exclusión y cooptación. El Estado actual se ha preservado por medio de la
cooptación repetida de enemigos implacables, ofreciéndoles una cuota del poder,
mientras se excluyen y se reprimen las fuerzas menos poderosas. Irónicamente,
1 Véase Eduardo Pizarro Leongómez, Insurgencia sin revolución: la guerrilla en Colombia en una perspectiva
comparada (Bogotá: Iepri y Tercer Mundo, 1996), 114. Pizarro afirma que la violencia política es
característica de toda América Latina; en contraste, una historia de violencia guerrillera es más
específica de Colombia.
2 Malcolm Deas destaca la complejidad de la violencia política en Colombia y rechaza las explica-
ciones totalizantes. Subraya que “[l]a violencia prolongada no ha convencido a los colombianos
de que solamente funcionarían soluciones drásticas, o que cualquier autoridad es mejor que
ninguna”. Malcolm Deas, “Violent Exchanges: Reflections on Political Violence in Colombia”, en
The Legitimation of Violence, David E. Apter, ed. (Nueva York: New York University Press, 1997),
389. Mientras que rechaza la explicación de que Colombia está condenada a la violencia política
únicamente por herencia, no le concede suficiente peso a la tradición particular de la violencia
como explicación, que no es tan diferente: “Uno puede comenzar a aislar la naturaleza particular
del conflicto político colombiano en el siglo
XIX
. Pareciera haber involucrado a más estratos de la
sociedad local, […] con mayor frecuencia y repetición […] y el conflicto tampoco resolvió nunca
[…] la división liberal-conservadora. Yo sugeriría que esta naturaleza particular es parte de una
explicación del persistente alto nivel de violencia política en Colombia”. Ibid., 354.
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