Carta a los lectores
Autor | Carlo Nasi |
Cargo | Editor Colombia Internacional |
Páginas | 13-14 |
13
Carta a los lectores
Agradezco a mi colega Ángela Iranzo por haber aceptado la invitación a editar
este número de Colombia Internacional, dedicado a las crisis migratorias en un
mundo globalizado. Como Ángela introduce los diversos artículos, me limito a
resaltar la importancia de este tema en la política internacional contemporánea.
Las migraciones, tanto forzadas como voluntarias, se han convertido en un sig-
no de nuestro tiempo. Cada vez hay más personas que huyen de sus lugares de
origen, a veces por cuenta de tragedias humanitarias relacionadas con conictos
armados y hambrunas, otras veces por falta de oportunidades o por ilusiones de
cambio. Las aspiraciones de los migrantes de construir un proyecto de vida me-
jor se han estrellado de manera frecuente con las ambivalencias de los gobiernos
de los países de tránsito y destino, con las dicultades de integración cultural y
económica, y (cada vez más) con la reactivación de nacionalismos xenófobos. Por
ello, son más que oportunos los estudios incluidos en el presente número, que
exploran distintas preguntas relacionadas con las crisis migratorias actuales, en
el marco de una globalización incompleta, selectiva y con un lado oscuro que no
se puede —ni debe— ocultar.
Además, en la sección de Tema libre María José de Rezende propone una
mirada crítica con relación a los informes de Derechos Humanos de la ONU.
La autora expone cómo se construye un vínculo indisociable entre Derechos
Humanos y Desarrollo Humano que al no tener en cuenta los contextos so-
cio-históricos, tiende a generar contradicciones.
Por otro lado, quisiera referirme brevemente a la coyuntura del país. Al
cabo de más de cincuenta años de conicto armado interno y casi cinco años de
diálogos con las FARC, parece materializarse el n de la guerra. Si no se descarri-
la el proceso de paz en su etapa nal, pasaremos una página dolorosa de nuestra
historia colectiva para entrar en el llamado post-conicto.
Me ha desconcertado la postura francamente miope de muchos de los
opositores al proceso de paz. Aunque no esperaba un apoyo unánime a las
negociaciones con las FARC (ni mucho menos), tenía la expectativa de un
debate público racional y sereno sobre los pros y contras del proceso de paz.
Lamentablemente no ha habido tal. En particular, sectores anes al Centro
Democrático reemplazaron la crítica basada en argumentos, análisis e informa-
ción objetiva, por la vociferación aleve, las calumnias, la desinformación y los
señalamientos infundados. Dichos sectores han buscado instrumentalizar las
emociones de los colombianos para lograr nes políticos. Ello se compaginó con
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