Ciclos de la violencia en Colombia - Núm. 16, Enero 2015 - Nuevo Derecho - Libros y Revistas - VLEX 638148149

Ciclos de la violencia en Colombia

AutorAndrés Felipe López López
CargoFilósofo, Magister en Filosofía con énfasis en investigación
Páginas37-55
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Ciclos de la violencia en Colombia*
Andrés Felipe López López**
Resumen: La mala praxis política que ha tenido lugar en Colombia ha derivado en una guerra sin fin,
con múltiples caras. Este artículo compone una serie de argumentos basados en hechos con los que pueden ser
identificados tres ciclos históricos, a través de los cuales se puede comprender la emergencia y el desarrollo de
la violencia, haciendo énfasis en el conflicto armado y en los escenarios de la misma.
Palabras clave: Colombia, violencia, bipartidismo, guerrillas, historia.
Cycles of violence in Colombia
Abstract: The bad political practice that took place in Colombia has resulted in an endless war with
multiple faces. This article made a series of arguments based on facts with which they can be identified three
historical cycles, through which one can understand the emergence and development of violence, emphasizing
the armed conflict and on the stages of violence.
Key Words: Colombia, violence, bipartisanship, partisan warfare, history.
Nuevo Derecho, Vol. 11, No. 16, enero-junio de 2015, pp. 37-55 - ISSN: 2011-4540. Envigado –Colombia
* Artículo resultado de la investigación “Historia y crítica del fenómeno económico y político en Colombia”,
código del proyecto 951-12.01-099, vinculado al Grupo “Laboratorio Internacional Universitario de Estudios So-
ciales y Organizacionales” [en proceso de cambio de nombre a “Casos y Estudios Organizacionales (CEO)”] de la
Universidad de San Buenaventura, Medellín, Colombia.
** Filósofo, Magister en Filosofía con énfasis en investigación y Doctor en Filosofía por la Universidad Pontificia
Bolivariana. Profesor de la Universidad de San Buenaventura y de la Universidad Pontificia Bolivariana. Investiga-
dor de los grupos “Epimeleia” y “Laboratorio Internacional Universitario de Estudios Sociales y Organizacionales”
[en proceso de cambio de nombre a “Casos y Estudios Organizacionales (CEO)”]. andres.lopez@usbmed.edu.co.
Introducción
La historia de nuestros días se completa en
cada presente, que si bien está cargado con
todo el peso de un mal pasado, lleva den-
tro de él el germen del futuro. Nuestra tarea
consiste en poner en marcha una mejor his-
toria, para que nuestros hijos y su descen-
dencia propia puedan contar mejores cosas.
No se escribe aquí un estado del arte sobre
el fenómeno político en Colombia, es im-
posible en un solo texto de poca extensión
como este, sino que se esgrimen una serie
de tesis y hechos que hacen comprensible
el estado de conflicto permanente, desde su
emergencia hasta nuestros días, en la forma
de ciclos o extensiones temporales. Dichas
tesis y hechos llevan a la siguiente conclu-
sión: que somos nosotros mismos la condi-
ción de posibilidad de las cosas que hemos
vivido. En la base de la violencia sistemática,
de la crueldad, de la injusticia, estamos los
sujetos que, mediante actos, las hemos lle-
vado a cabo, las hemos hecho realidades.
Advierto que la formación del suscrito au-
tor de este artículo no es en estricto sentido
solo la de historiador o experto en ciencia
política, en esa medida la narrativa que a
continuación se encuentra toma, en varias
ocasiones, el tenor propio de la literatura, de
la metáfora, en tanto que esta nos ayuda a
comprender más allá del contenido estadís-
ND
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Andrés Felipe López López
tico y del dato histórico, y nos transporta a
la lectura de nuestra historia de una manera
estética. Y si bien el trabajo que se encuen-
tra el lector ante sus ojos es resultado de un
proceso de investigación hecho dentro del
marco propio que exige la academia en la
universidad, hay líneas de este texto que se
elevan a la tipología escrita del ensayo, que
la define, a esta última, más que la exten-
sión, la actitud reflexiva de quien lo escribe
en la ampliación de la esfera de compren-
sión de uno o varios tópicos tematizados.
Los periplos del mal
Sólo cuando hay memoria los mentirosos tienen
menos oportunidades
Juan Carlos Monedero
El denominado periodo de violencia, com-
prendido entre los años 1946 y 1958, que
dejó un saldo de 300.000 personas muer-
tas, es un proceso de inexcusable estudio
para acceder a la comprensión del fenóme-
no económico y político en el resto del siglo
XX1. En él entran la confrontación bipartidis-
ta por el poder estatal, la acumulación in-
justa de tierra y riqueza, las características
propias de terror y demencia por regiones,
las formas de resistencia a la represión del
Estado, etc. A uno u otro fenómeno corres-
ponden las lecturas al periodo que determi-
nan por supuesto la producción bibliográfi-
ca sobre el mismo.
Empero, lo más recordado no en los libros
sino en la memoria de los que padecieron
o vieron a la distancia los hechos, hoy día
ancianos que conversan con ocasión de un
juego de cartas o de dominó o tomando
un café, son los actos de terror perpetrados
por funcionarios oficiales que hacían parte
de una u otra secta partidista, entre los que
se pueden contar el homicidio, la tortura,
vejaciones sexuales, mutilación, la falta de
respeto por cuerpos ya muertos en los que
se llevaban a cabo manipulaciones, pren-
der fuego a propiedades y vidas, el exilio
de campesinos y la venta obligada de tie-
rras a terratenientes –para 1957 se habían
abandonado por coacción política, solo en
el departamento del Tolima, 34.730 fincas–,
entre otros actos.
Tales hechos tuvieron también la siguiente
motivación: la imposición ideológica de dos
puntos de vista a la población. Sin dejar de
mencionar que las instituciones oficiales de
seguridad se convirtieron en funcionarios
del paredón, puesto que en las conocidas
operaciones de pacificación se ejecutaron
centenares de personas. Esta historia es mu-
cho más antigua si se recuerda que el liberal
y el conservador son bandos emergidos en-
tre los años 1848 y 1849, y que sus diferen-
cias han sido definidas, en el mayor de los
casos, además de las contemporáneas cam-
pañas de desprestigio, a través del fuego, el
metal y la sangre.
A uno lo pueden llamar exagerado cuando
textos del tipo que ahora lee son redacta-
dos, pero evoco las palabras de José Sarama-
1 El tema está ampliamente descrito en varias obras, de las cuales pueden mencionarse estas –sin seguir crono-
logía de publicación o algún orden de importancia: de Torres Restrepo (1982), La violencia y los cambios socio-
culturales en las áreas rurales colombianas; de Guzmán Campos, Fals Borda y Umaña Luna (2005), La Violencia
en Colombia; Sánchez (2003), Guerra, memoria e historia, Sánchez y Meertens (1983), Bandoleros, gamonales y
campesinos; Melo (1996), editor de Colombia hoy; Molano (1980), Amnistía y violencia; Arocha (1979), La violen-
cia en Monteverde, Quindío; Oquist (1978), Violencia, conflicto y política en Colombia; González, Bolívar y Vás-
quez (2001), editores de Violencia Política en Colombia. De la nación fragmentada a la construcción del Estado;
Rodríguez (2008), Los Vehículos de la memoria. Discursos morales durante la primera fase de la violencia (1946-
1953); Henderson (1984), Cuando la Violencia se desangró. Un estudio de la Violencia en Metrópoli y Provincia;
de Palacios (2003), Entre la legitimidad y la violencia. Colombia 1875-1995; Castro Lee (2005), editora de En torno
a la violencia en Colombia una propuesta interdisciplinaria; Colombia: violencia, democracia y derechos humanos
(seis veces editado en 1992, 1998, 2003, 2005, 2008, 2009) de Zuleta (2005), y muchos más.

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