Desaparición forzada y factores involucrados a través de la historia
Autor | Brígida Montoya Gómez/Tatiana Espinosa Montoya/Numael Cifuentes González/Manuela Martínez Vélez/Sarher Jiménez Campo |
Páginas | 221-224 |
221
Desaparición forzada y factores
involucrados a través de la historia
do al margen de la ley, someta a otra persona
a la privación de la libertad, cualquiera que sea
la forma, seguida de su ocultamiento y de la
negava a reconocer dicha privación o de dar
información sobre su paradero, sustrayéndola
del amparo de la ley, incurrirá en prisión de 25 a
40 años, multa de 500 a 2000 salarios mínimos
legales vigentes y en interdicción de derechos
de funciones públicas de 5 a 10 años”.
Se puede ver que en la legislación colom-
biana, a diferencia de la normavidad inter-
nacional en la que le reconoce el delito úni-
camente al estado, se incluye también a los
parculares, debido al grave conicto con la
parcipación de diversos actores armados, que
por años han usado esta modalidad como me-
dio de inmidación a la población civil.
Al hablar sobre desaparición forzada hay que
tener en cuentas que en ella interactúan tres cir-
cunstancias o rasgos (González, 2008): la clandes-
nidad como garana de impunidad, ya que se
asegura que sin una vícma no hay crimen y, por
tanto, no hay criminal; las práccas que acom-
pañan a la desaparición, como la tortura sica y
psicológica; además de los efectos psicosociales
que son extensivos de la vícma a su familia y de
esta a la sociedad con la que convive, dentro de
un proceso de dominación a través del terror.
El úlmo rasgo mencionado es de vital im-
portancia, ya que la familia y los amigos de las
personas desaparecidas sufren una angusa
mental lenta, ignorando la suerte corrida por
sus seres queridos; si la vícma vive aún y de
ser así, dónde se encuentra recluida, en qué
condiciones y cuál es su estado de salud. Ade-
más, conscientes de que ellos también pueden
correr la misma suerte y que el hecho de inda-
gar la verdad tal vez los exponga a un peligro
aún mayor (Ocina del Alto Comisionado de
“El deber más santo de los que sobreviven
es honrar la memoria de los desaparecidos”
Alfonso Reyes Ochoa.
En el mundo, millones de personas sufren la
trágica desaparición de un ser querido, impi-
diendo cerrar un ciclo de duelo por no conocer
el desno que deparó a aquellos que se fueron
sin dejar rastro. La desaparición forzada en el
mundo, especialmente en nuestro medio, has-
ta hace poco era un tema muy desatendido, a
pesar de violar muchos de los derechos propios
del ser humano. En Colombia, en especial en
el departamento de Anoquia, en los úlmos
años la desaparición lo ha impacto signica-
vamente, ha aumentado su incidencia debido a
múlples factores que van desde el narcotrá-
co hasta la trata de blancas.
Según la Ocina del Alto Comisionado de
las Naciones Unidas para los Derechos Hu-
manos, la desaparición forzada involucra el
arresto, detención, secuestro o cualquier otra
forma de privación de libertad que sean obra
de agentes del Estado o por personas o grupos
parculares, seguida de la negava a recono-
cer dicha privación de libertad o de ocultar la
suerte y paradero de la persona desaparecida
(Ocina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos , 2009).
Constuyéndose como un crimen de lesa hu-
manidad que afecta los derechos a la vida, a la
libertad, a la seguridad, al reconocimiento de
la personalidad jurídica y a la idendad, entre
otros (Observatorio de Derechos Humanos y
Derecho Humanitario, Mayo 2012).
En la legislación colombiana, el código de
procedimiento penal, en el Arculo 268 A, re-
ferente a la desaparición forzada, establece: “El
parcular que perteneciendo a un grupo arma-
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