El desconocido Manuel Antonio Noriega y la ciencia constitucional a finales del siglo XIX - Tratados y manuales jurídicos del período radical. Análisis de la segunda mitad del siglo XIX colombiano - Libros y Revistas - VLEX 777322037

El desconocido Manuel Antonio Noriega y la ciencia constitucional a finales del siglo XIX

AutorAna María Otero-Cleves
Páginas239-257
CAPÍTULO 4
EL DESCONOCIDO MANUEL ANTONIO NORIEGA
Y LA CIENCIA CONSTITUCIONAL
A FINALES DEL SIGLO XIX
Ana María Otero-Cleves*
Es poco lo que conocemos sobre Manuel Antonio Noriega. De él
nos queda solamente un registro, algo incompleto, sobre su afiliación
como estudiante de jurisprudencia en el Colegio Mayor de Nuestra
Señora del Rosario1 y sus dos publicaciones, aparentemente nada rela-
cionadas la una con la otra, Definiciones de Ciencia Constitucional (1881)
y Teneduría de libros (1883).
Sabemos de lo expuesto en la introducción de las Definiciones que el
autor era coterráneo del entonces rector del Colegio Mayor de Nuestra
Señora del Rosario, Mateo Iturralde, político panameño quién había
cursado sus estudios de derecho en la misma institución en 1854.2 El
texto está dedicado a Iturralde, al mismo tiempo que a José Gertrudis
Noriega, quien presumimos era el padre de Noriega. También conoce-
mos, según nos cuenta el propio Manuel Antonio, que las Definiciones
fueron fruto de la cátedra de Ciencia Constitucional dictada por Gil
* Profesora del Departamento de Historia de la Universidad de los Andes.
1. Archivo Histórico, Universidad del Rosario. En este consta que Manuel
Antonio Noriega fue estudiante de jurisprudencia del Colegio Mayor de Nuestra
Señora del Rosario en 1880, no obstante no existe registro de que Noriega se haya
graduado finalmente de la mencionada institución.
2. La presencia de estos dos panameños en la institución no era excepcional,
por ejemplo, también era panameño Gil Colunje, quien estudió jurisprudencia en el
Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y fue director general de Instrucción
Pública y rector de la misma institución, por dos períodos de 1875 a 1877 y de 1878 a
1880. Este sería, de conformidad con lo establecido por el propio Noriega, su profesor
de Ciencia Constitucional. Ver: Isidoro Laverde Amaya, Bibliografía Colombiana. Tomo 
(Bogotá: Imprenta de Medardo Rivas, 1895), p. 45.
240 tratados y manuales jurídicos del período radical
Couluje; cátedra que el autor cursó en el Colegio de Nuestra Señora
del Rosario. Sabemos, igualmente, que al momento de redactar las
Definiciones, Noriega consultó las obras de Cerbeleón Pinzón, José María
Rójas Garrido, Florentino González y Juan Félix de León.3 Todos estos
influyentes políticos y tratadistas de la época.
La ausencia de estudios sobre Noriega y, en consecuencia, sobre
las Definiciones de Ciencia Constitucional no es de extrañar. A diferencia
de sus profesores, es poco el rastro —por no decir ninguno— que
dejó el autor de su trayectoria profesional. No existen publicaciones
de Noriega sobre temáticas relacionadas con la ciencia constitucional
posteriores a la publicación de las Definiciones. Tampoco se han encon-
trado registros en prensa que hagan mención a este; ni editoriales, ni
anuncios ofreciendo su trabajo al público lector.4 ¿Por qué estudiar
entonces el trabajo de un autor desconocido? ¿Para qué explorar una
obra de quien no tenemos certeza si logró graduarse de la institución
en que estudió? ¿Para qué prestarle atención a un cuadernillo abando-
nado por los historiadores hasta la fecha?
Aunque suene paradójico es precisamente su carácter “periférico”
dentro del universo de literatura jurídica de la época y, ante todo, su
ausencia en los últimos estudios sobre tratados de ciencia constitucional
y manuales del ciudadano publicados en el siglo , que justifican el
estudio de las Definiciones de Ciencia Constitucional.5 Como lo han resal-
tado recientemente los historiadores del libro, el estudio de las publica-
ciones no debe limitarse a las “grandes obras”.6 En efecto, historiadores
3. En particular, teniendo en cuenta la temática de la obra de Noriega, es
probable que las obras consultadas hayan sido las siguientes: Cerbeleón Pinzón,
Tratado de Ciencia Constitucional (1863); Florentino González, Lecciones de Derecho
Constitucional (1869); José María Rójas Garrido, Tratado de Ciencia Constitucional (1875)
y Juan Félix de León, Lecciones de Ciencia Constitucional (1877).
4. Para la presente investigación se realizó fundamentalmente un estudio
de prensa publicada en Bogotá durante el período de 1880 a 1890, incluyendo El
Neogranadino, El Progreso, La Civilización y El Diario de Avisos.
5. Sobre los estudios recientes acerca de la literatura jurídica de la segunda
mitad del siglo  ver la introducción del presente estudio.
6. Al respecto ver, Roger Chartier, “Los libros azules”, en El mundo como
representación. Estudios sobre historia cultura (Barcelona: Gedisa, 1992), pp. 145-162. Y del
mismo autor, “Estrategias editoriales y lecturas populares, 1530-1660”, en Libros, lecturas
y lectores en la Edad Moderna (Madrid: Alianza Editorial, 1993), pp. 93-126.

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