Dimensión psicosocial de la desaparición forzada: la afectación psicológica y el daño psicosocial en la desaparición forzada
| Autor | Gustavo Gallón Giraldo - Harvey Rodríguez Rincón - Diego Fernando Abonía Vergara |
| Páginas | 383-419 |
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“Yo me ponía a escuchar mi música y cantaba, pero cuando sucedió, cuando
sucede lo de mi hijo yo como que enterré todo, dije aquí se acabo todo, todo
ya para mí, ya para mí qué cantar y que nada, yo no quería que nadie supiera
de que yo cantaba…no escuchaba música, ni veía televisión, quería echarle
tierra a eso (...) Se me llevaron la vida con él, es doloroso e injusto (…) Me
provocaba tirarme por la ventana, no me quería arreglar, ni bañar (…) Uno
se olvida de la gente en esos momentos”.
Lucero Carmona (Caso Omar Leonardo Triana; entrevista del 20 y el 28 de
noviembre de 2012. Bogotá)
“No volví a dormir bien, si mi hijo se demoraba no dormía, me da por gritar
a las personas”
María Helena Gallego (caso Sandra Viviana Cuéllar; entrevista del 7 de
noviembre de 2012. Santiago de Cali)
“Yo viví mucho tiempo con depresión y fui tratada por eso, había una tristeza
siempre (…) Mi compañero optó por el alcohol, yo por la rabia, duré muchos
años brava con Dios porque había permitido eso…Mi abuela y mi madre
muriendo esperando a Hernando… Mi compañero con mucha rabia ante
las autoridades…no quería vivir en Colombia, mi padre se volvió alcohólico,
murió joven, después empezó a tomar más (…)Hernando era el segundo de
once hijos(…)Mi compañero se culpa (…) Nosotros siempre lo esperábamos,
no puedo entender por qué hicieron eso (…)”.
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Sonia Jáuregui (Caso 19 Comerciantes; entrevista del 31 de octubre de 2012.
Bucaramanga)
“La vida es un antes y un después, mi papa y mamá viajando…Esa gente sigue
ascendiendo en el ejército y mi hermanito desaparecido (…) Nosotros tuvimos
aproximadamente diez años sin navidad, sin poder escuchar una música,
una canción porque nos traían recuerdos…Porque personalmente me mata,
me duele ver a mi mamá así, entonces siempre estábamos pendientes de
cambiarle la canción, de cambiarle el tema, de que la gente no le preguntara.
Ella no le gustaba ir a iestas ya no le gustaba compartir con la familia
No solo fue un cambio para ella sino un cambio para todos, porque igual, yo
siempre esperaba que mi hermano llegará en la licencia, que me llevara al
Colegio, a que me trajera cositas, a que escuchara música conmigo, porque
era ,lo que más hacíamos y que pasáramos diciembre…Él era como la
felicidad de mi mamá porque era el único niño de la casa, y es lo que dicen, los
niños se enamoran de la mamá, las niñas se enamoran del papá, y era eso, el
niño consentido de la casa era Oscar Iván, pero era el niño que nos consentía
a todas… ”.
Leidy (Caso Oscar Iván Tabares; entrevista del 22 de octubre de 2012.
Medellín)
“Yo me quería morir (…) sentía una gran soledad, un gran vacío y una
sensación de invalidez (…) nunca he podido sacar de mi vida lo que pasó, uno
no tiene tranquilidad para nada”
Rosa María Serna (Caso Molina Arias; Medellín)
“La mamá decía que a ella le habían matado con la desaparición de su hijo (…)
Reiere que vivió en la zozobra con el anhelo de verlo de ir a buscarlo con la
frustración de poder decirle nada. La desaparición le afectó psicológicamente,
se la pasaba llorando (…) También el padre lloraba frecuentemente por la
pérdida de Gerson”.
Wilmer Rodríguez (Caso 19 Comerciantes; sentencia Corte Interamericana,
2004)
“Para mí era mi todo, era mi hermano, era mi todo, en el momento en que mi
hermano se desapareció para mí fue muy duro porque las primeras personas
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Dimensión psicosocial de la desaparición forzada
Diego Fernando Abonía Vergara
que se enteraron fueron mi papá y yo…Con él compartimos cosas buenas y
cosas malas, él era mi todo, era mi vida sentí que me iba a morir”.
Diana Vargas (Caso 19 Comerciantes; Talleres de familiares de Víctimas de
Desaparición Forzada y Ejecuciones Extrajudiciales.2011, Bogotá)
“…Un hijo que sale así, y lo devuelven […] tú ves que está todo, que lo golpearon
antes, esas fotos no son de una exhumación sino de la sevicia del ejército con
él, porque el cráneo todo se lo despedazaron, pues ahora les muestro la foto,
entonces imagínese qué es para una mamá […]”.
Fabiola Lalinde (Caso Luis Fernando Lalinde; entrevista del 22 de octubre
de 2012. Medellín)
“Mi silencio, mi indiferencia y cómo ese silencio, esa indiferencia y ese dolor se
volcó en todo un grito y en una denuncia de un barro, una pieza, un acrílico;
como esos instrumentos se volvieron en un grito y luego en palabras y luego
se volvieron en unas sesiones, pero no podía acompañar a la mamá como ella
quería, como ella necesitaba, yo estaba vuelta nada…”
Adriana Lalinde (Caso Luis Fernando Lalinde; entrevista del 22 de octubre
de 2012. Medellín)
La desaparición forzada ocasiona un profundo sufrimiento emocional y ísico en
los miembros del sistema familiar aunado a signiicativas afectaciones psicológicas
e impactos psicosociales cuyas manifestaciones y diferentes formas de signiicar y
comprender así como de elaboración de las consecuencias de lo trágico pasan por
las identidades subjetividades la cultura y el encuentro de las intersubjetividades y
vínculos afectivos construidos histórica y socialmente envueltos por las dinámicas
y estructuras familiares propias que se enmarcan en el contexto sociopolítico
colombiano
El hecho violento de la desaparición forzada es vivenciado por las familias como
una tortura psicológica Casi siempre es compartido así por cada integrante familiar
considerado como cercano a la víctima directa y vivenciado desde la particularidad
de cada individuo Es común que las personas lleguen a experimentar profundos
momentos de ansiedad angustia e incertidumbre afectación del sueño miedo rabia
agresividad cambios alimenticios deterioro en la salud ísica así como episodios de
depresión que pueden permanecer en el tiempo o ser recurrentes dependiendo del
contexto social del avance jurídico y de investigación de los casos de las noticias
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