Dragones, Creatividad y Generación de Conocimiento
| Autor | David Valencia Villamizar |
| Cargo | Doctor en Historia, Universidad Nacional de Colombia. Director del Centro de Investigaciones 'Francisco de Vitoria', Facultad de Derecho, USTA. |
| Páginas | 110-136 |
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Nuestra función como investigadores no es el hallazgo de la verdad sino una crítica del conocimiento.
Virgilio Latorre, Bases metodológicas de la investigación jurídica, 2012, p.172.
Bachelard manifiesta que hacer ciencia o arte implica un ensueño, una seducción, un dejarse capturar de la búsqueda de la verdad, a tal punto que esa seducción empieza a regir la vida y a darle sentido al existir
Proyecto Investigativo Institucional (PROIN), USTA, 2005, p. 46.
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No es un adorno la imagen que abre este artículo. Investigar está ligado siempre a la auto-comprensión de los propios hábitos cognitivos. Por eso el ardid circular del dragón que se consume a sí mismo, aludiendo al darse cuenta de la precariedad de cualquier enfoque, el punto ciego en cualquier perspectiva o a la capacidad de ser consciente de los límites de la forma establecida de ver el mundo.
Si existe un modelo de investigación en la Facultad de Derecho, aquí se busca justificar epistemológicamente dicha estructura, entendiendo que en la formulación de unas políticas de investigación confluyen aspectos procedimentales y de reflexión teórica sobre esos mismos postulados3. Tal reflexión no acontece de manera retardada o inconexa respecto de las acciones concretas que emprenden los investigadores, ni como un ornamento que simplemente abstrae o complejiza una práctica, más bien se trata de una dimensión concomitante e imprescindible en el ámbito fecundo y abismal que es la creación de conocimiento.
Esta dimensión creativa tampoco podrá ser reglada de forma exhaustiva . L as indicaciones e intuiciones dispersas en este documento buscan ser un trampolín que potencie la diversidad, pluralidad y multiplicidad de enfoques y aproximaciones a
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determinada temática del saber jurídico. Tal apertura está inscrita en el corazón del sistema modular y es un principio fundamental del Proyecto Investigativo de la Universidad (PROIN). Sin embargo, atendiendo la atmósfera ineludible , que es el conflicto armado en nuestro país, tal campo problemático abre en abismo posibilidades de indagación y metodologías concretas en la articulación de la academia y un insoslayable (y des-construible) contexto social.
Particularmente en el campo del Derecho , con su pretensión de cientificidad siempre por alcanzar, como el dragón en la imagen, la objetividad científica es algo que constantemente elude a los investigadores. En el jugueteo de tal intento se generan parámetros y directrices de investigación. Aquí se busca aportar criterios de orientación básicos en ese girar sobre sí mismo del discurso que busca la verdad, la correspondencia veraz con los hechos, o el extrañamiento de lo novedoso o nunca pensado.
El trauma del conflicto armado, la desmemoria como política de Estado, la tragedia de las víctimas, el anhelo de la paz y en general el análisis del contexto social colombiano , no puede n estar ausente en la investigación de la Facultad de Derecho. Y no por un mera preferencia temática de los diseñadores de ambientes académicos, directivos o sociólogos del conflicto, sino porque ese es el ambiente físico y semiótico que obligadamente respiramos4. No se trata de imponer un problema y un estilo metodológico, sino de crear horizontes frente al cual se potencie la creatividad de los investigadores.
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De acuerdo a esto, este protocolo opera como una matriz de proyectos de investigación al delinear los criterios y horizontes a tener en cuenta en su elaboración, seguimiento y evaluación. Casi como un macro-proyecto él mismo, pero muy consciente de los espinosos bordes que aureolan su acercamiento al conocimiento y al conocimiento jurídico en particular.
La Facultad de Derecho propugna por el desarrollo de una investigación original, transdisciplinaria y con capacidad de recrear el derecho vigente (de iure condito)5e imaginar y proponer nuevo derecho (de iure condendo). Tal abordaje incluso permite una pesquisa crítica respecto a la validez del conocimiento científico, allí donde en tanto práctica argumentativa el Derecho problematiza nociones recibidas de "objetividad" o "neutralidad" en la práctica investigativa6. Como la alegoría del dragón , que nunca puede cerrar o definir de forma absoluta y perfecta sus postulados y principios rectores, condenado así a la proliferación incesante de perspectivas e interpretaciones sobre lo que es el Derecho.
Esta apertura e incompletud es justamente lo que permite la emergencia de investigaciones, aquello que posibilita la aparición de lo nuevo. En esta óptica lo que significamos por Derecho no se reduce al orden normativo, la jurisprudencia o la doctrina, sino que también involucra prácticas, imaginarios, lógicas, marcos cognitivos y modos de pensamiento (Kahn, 2001).
El sistema modular, que da identidad pedagógica y curricular a nuestra Facultad, busca constituir campos de relación entre contenidos temáticos del conocimiento jurídico. La imagen auto-referencial del dragón, de nuevo, sirve de ícono a este anhelo hiperconectivo. Lo anterior no solo se expresa en el plan de estudios del programa de
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Derecho, sino que permea la práctica evaluativa en la realización de un examen modular interesado precisamente en potenciar una mirada relacional y compleja7.
El doctorado en Derecho de la Universidad Santo Tomás, propone un esquema investigativo que despliega el potencial de este enfoque modular, el cual se materializa en tres momentos propios del método prudencial tomista: Ver, Juzgar y Actuar, correspondiendo cada uno de ellos a los conceptos de Materia Modular, Centro de Interés y Eje Temático8. Articulación de ideas que permitirá tender puentes y buscar maridajes entre ideas más que separar o compartimentalizar datos y puntos de vista sobre el Derecho.
Ya el Documento Maestro del Doctorado en Derecho advertía sobre la especificidad de esta metodología de enseñanza-aprendizaje referida al programa de estudios jurídicos en nuestra Facultad:
"Es el único programa organizado en el país con el sistema modular, conforme al cual la definición de la malla curricular, de los seminarios y de las ciencias y disciplinas convocadas para intervenir en el programa, obedecen a núcleos problemáticos que se relacionan con un específico campo del saber jurídico. El sistema modular es la característica más representativa de los programas de educación tomasinos y es exclusiva de la institución como consecuencia de su asunción de la concepción gnoseológica de Santo Tomás de Aquino" (Documento maestro Doctorado en Derecho: 18).
Adicionalmente, en consonancia con el principio de la filosofía tomista de la quaestiodisputatio (cuestionamiento y disputa, Revista Módulos siglo XXI, 2002) , el eje
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vertebrador de los procesos investigativos de la Facultad estará dado por la crítica9a los postulados medulares y a la realidad social en que tales premisas se desenvuelven.
Para lograr las metas propuestas en la formulación, gestión y evaluación de proyectos, según las ideas antes expuestas, no bastará simplemente con poseer información, ni manejar datos o conocimientos de forma mecánica. Tampoco será suficiente con tener experiencia en el litigio o el ejercicio de alguna magistratura. Hará falta también dejarse seducir por el objeto de investigación10(Baudrillard, 1998), como para el psicoanálisis lacaniano, es el carácter paradójico, resbaloso y permanentemente inasible del objeto lo que lo torna atractivo, y más en escenarios normativos que pretenden desligarse de dimensiones instintivas, emocionales y afectivas que siempre retornan para inquietar las posturas más científicas u objetivas. Si lo reprimido vuelve a manera de síntoma, en el campo jurídico tales dimensiones de la experiencia también hacen digno de investigar un tópico o constelación temática dada. Este espesor de fascinación de la búsqueda es insoslayable, de tal suerte no puede hablarse de investigación sin aludir, al menos en la metáfora, al abismo sobrecogedor de arrojarse a una pesquisa en cualquiera de los niveles de formación. Ese vértigo resulta pulsionalmente fecundo y no podemos eludirlo en una consideración preliminar sobre cualquier proceso investigativo.
Perfilar habilidades investigativas concretas según lo apuntado, no es algo que tenga que ver con un mayor o menor acercamiento a los "hechos", la "verdad" o la "realidad"11, sino a la capacidad de fabular un relato plausible, una hermenéutica
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verosímil, un específico punto de vista. Se relativizan así distinciones tajantes entre "ficción" o no "ficción", esto lo ha expresado de manera ejemplar el autor de El análisis cultural del Derecho:
"Una aproximación cultural ve que todos los textos del derecho son trabajos de ficción. Cada uno sostiene un mundo creado por la imaginación al presentarlo como nuestro mundo. Para cada uno de esos mundos imaginados podemos, y frecuentemente lo hacemos, imaginar mundos alternativos. El giro hacia la literatura de ficción no es, entonces, un giro para alejarse del derecho, sino sólo otra forma de examinar el carácter construido de nuestro universo político y de nuestra identidad al interior de ese universo" (Kahn, 2001: 170).
La investigación será la articulación narrativa de un cierto "túnel de realidad". Bajo este criterio, el Derecho es un constructo interpretativo privilegiado, tan imaginario como cualquier otro armadijo semiótico pero con efectos de realidad bien patentes, a veces atroces. De esta manera, investigar será siempre investigarse, como nos enseña la sensibilidad de nuestro sistema modular. Vivimos en unas coordenadas de sentido y unos códigos lingüísticos que determinan lo que es real y lo que es ficción, funcionan como una matriz de significados social y...
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