Elecciones 2006 en Mexico: del binomio autoritarismo-democracia a la discusion sobre politicas publicas (1). - Núm. 14, Enero 2006 - Revista Desafíos - Libros y Revistas - VLEX 634462381

Elecciones 2006 en Mexico: del binomio autoritarismo-democracia a la discusion sobre politicas publicas (1).

AutorMéndez de Hoyos, Irma
CargoMéxico
Páginas153(50)

Resumen

Este articulo analiza los cambios recientes en la competencia partidista en México, haciendo énfasis en la elección de julio de 2006 a través de la cual se elige presidente de la República y miembros del Congreso. Dicha elección muestra la transición de elecciones competitivas, concentradas en el binomio autoritarismo-democracia, a elecciones temáticas, de asuntos o issues, centradas en las propuestas de política pública de los candidatos a la presidencia y en las que los ciudadanos, asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales, entre otras, juegan un papel activo. Con ese fin en el artículo se expone primero un breve recuento de los ejes medulares de la actual competencia partidista como la última reforma electoral realizada para mover al sistema electoral hacia elecciones justas, libres y transparentes, los desafíos del sistema de partidos y elementos contextuales socioeconómicos y políticos relevantes. Se analiza en segundo término la evolución de la competitividad y los cambios en la estructura de la competencia, lo cual permite entender el tránsito a elecciones temáticas centradas en las propuestas de política pública de los candidatos. En tercer lugar se presentan las principales propuestas de los candidatos en áreas prioritarias y su evaluación. Finalmente se hace una reflexión de conjunto sobre el significado de esta elección, el contexto que domina la actual contienda por la presidencia y la incertidumbre y competitividad que la caracterizan.

Palabras clave: Elecciones, democracia, partidos, políticas públicas, competencia, competitividad, organizaciones civiles, participación ciudadana, autoritarismo, México.

Abstract

This paper analyses recent changes in Mexican political parties' competition for national presidency, with an emphasis on July's 2006 Congressional and Presidential elections. The latter revealed a transition from an old competitive ballot race focused on the antithetic duet authoritarianism-democracy, to what could be called topical elections, focused on issues concerning presidential candidates' public policy proposals in which citizens, civil associations, and non- governmental organizations' among other groups, play ah active role. With this purpose in mind, the paper starts with a brief exposition of the parties' core contentions, including debates such as that around the last election reform aiming at pushing the ballot system towards fairer and more transparent elections, the challenges ahead for the party system, and other relevant contextual, political and socio-economic issues. Secondly, the evolution of the new terms of the competition and its structural changes are examined, in order to better understand our main concern here, i.e., the transition to a topical election contest focused on candidates' public policy proposals. Thirdly, the candidates' main proposals in crucial priority areas are presented and assessed. Finally, a global reflection is made on the meaning of these elections, on the context that has prevailed alongside, and on the uncertainty and competitiveness that have characterized them.

Key words: elections, democracy, parties, public policies, contest, competitiveness, civil organizations, citizen participation, authoritarianism, Mexico.

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Por décadas las elecciones en México constituyeron un medio para legitimar el dominio del partido en el poder. Éstas no eran ni libres, ni justas ni transparentes, pero, a diferencia de otros países de América Latina, su realización periódica y pacífica garantizaba la continuidad del régimen político autoritario.

La transición a la democracia iniciada en 1988 significó el paso de un sistema de partido hegemónico a uno plural y competitivo, asi como el tránsito de elecciones manipuladas y controladas desde el poder a elecciones libres, justas y transparentes. La elevación de la capacidad competitiva de la oposición y la realización de una serie de reformas electorales sustantivas a nivel federal de 1990 a 1996, permitieron que México ingresara a la lista de democracias electorales en 1997, y accediera pacíficamente a la alternancia política por primera vez a nivel del Poder Ejecutivo Federal, en el 2000. Las elecciones federales del 2003 para renovar la Cámara de Diputados, las primeras estructuradas en torno a la representación democrática, mostraron la fragilidad de las instituciones democráticas mexicanas en construcción: partidos escasamente democráticos, una creciente desconfianza ciudadana respecto a partidos y representantes (senadores y diputados), y una limitada satisfacción con la democracia y su capacidad para atender los problemas públicos más relevantes.

En este contexto, las elecciones del 2 de julio de 2006 fueron inéditas en muchos sentidos. Se celebraron en un contexto con instituciones electorales democráticas consolidadas que han garantizado contiendas transparentes, justas y equitativas a nivel federal (y, en menor medida, a nivel local). También por primera vez existió una contienda con un presidente en turno no priísta, lo que posibilitó, en principio, una competencia menos desigual e hizo más difícil repetir la vieja práctica priísta de apoyar con recursos públicos al candidato de su partido. Fue, además, la primera elección temática --aunque incipiente-- en México, lo que marcó el inicio de una nueva fase en las elecciones mexicanas.

A diferencia del pasado, cuando la competencia estaba centrada en el binomio autoritarismo-democracia, hoy nos encontramos frente a una competencia que pasa por la discusión de temas y problemas, y cuyo eje articulador parece ser la capacidad de los candidatos de mostrarse como capaces de gobernar, esto es, de llevar a cabo lo que prometen. Aunque con diferencias sustantivas respecto a su compromiso para fortalecer las instituciones democráticas, todos los candidatos a la presidencia de la Republica reconocieron los avances democráticos logrados y, estando más o menos comprometidos, a respetar al menos el piso básico de cualquier democracia: las elecciones competitivas. Esto implica que el debate entre autoritarismo-democracia dejó de ser la arena principal sobre la cual compiten los partidos. Este binomio parece hoy ser sustituido por la capacidad o incapacidad directiva del gobierno, esto es, la capacidad de éste para encauzar o dirigir los esfuerzos conjuntos de los sectores privado, social y público para enfrentar los problemas públicos más relevantes. Por ello, la elección de julio de 2006 no sólo fue entre candidatos y la búsqueda incansable de un liderazgo fuerte --casi inherente a toda elección-- sino entre propuestas de gobierno y ejes de políticas públicas que permitieran avizorar la atención eficiente y eficaz a los problemas relevantes.

En este sentido, se destaca que por primera vez los candidatos a la presidencia encontraron con núcleos de ciudadanos que exigen cada vez más una exposición clara y detallada no sólo de lo que pensaban hacer, sino del cómo y con qué recursos lo harían, puesto que de ello depende el rumbo económico y político del país, que es lo que pareció estar en juego en esta elección. Finalmente, las elecciones presidenciales de 2006 pusieron a prueba la capacidad de los actores e instituciones políticas democráticas para procesar una competitividad electoral muy alta, hecho que constituyó una de las notas distintivas de la actual contienda presidencial: los candidatos de los tres partidos políticos más grandes tuvieron posibilidades de ganar. La diferencia entre ellos se mantuvo por debajo de los diez puntos porcentuales, con un porcentaje de indecisos alto (de alrededor del 15%), lo que permitió argumentar que el resultado final se mantuvo hasta el último momento incierto.

Para dar una perspectiva de este carácter inédito de las elecciones de 2006, en este artículo se expone primero un breve recuento de las reformas electorales realizadas para mover al sistema electoral hacia elecciones justas, libres y transparentes. Luego se analiza la estructura de la competencia y sus cambios actuales, para después describir a los candidatos a la presidencia y la evaluación de sus propuestas de gobierno. Finalmente, se presentan los resultados de algunas encuestas que confirman la incertidumbre que dominó el resultado final de la contienda por la presidencia, la cual duró hasta después de la realización de las elecciones en julio, dado lo estrecho de la ventaja del candidato oficialista Felipe Calderón sobre el candidato del Partido de la Revolución Democrática, PRD, Manuel López Obrador.

Reformas electorales federales Y fin del partido hegemónico

Las elecciones federales de 1988, caracterizadas por su alta competitividad y la fractura que esto provocó en el sistema de partido hegemónico, significaron el punto de partida del proceso de transformación sustantiva del sistema electoral federal. La transición de reglas electorales que le otorgaban el control de las elecciones al gobierno y una amplia facultad para manipular la competencia, a leyes que garantizaran elecciones libres, justas y transparentes demoró más de seis años (de 1990 a 1996) e implicó cuatro reformas electorales, cambios a la Constitución de la República y múltiples enmiendas a las leyes secundarias.

La reforma federal electoral de 1990 inauguró una nueva fase en el sistema electoral mexicano. El resultado más importante de esta reforma fue la aprobación de una nueva ley electoral, el Código Federal de Instituciones Y Procedimientos Electorales --Co fipe-- y, con él, la creación de una entidad autónoma para organizar y certificar las elecciones, el Instituto Federal Electoral (IFE), que sustituyó a la Comisión Federal Electoral que dependía directamente de la Secretaría de Gobernación. El órgano máximo de decisión de este instituto, el Consejo General, estaba integrado, entre otros, por consejeros ciudadanos, que serían destacadas personalidades independientes de los partidos y formalmente del gobierno. La creación del IFE fue sin duda el...

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