Las emociones como formas de implicación en el mundo. El caso de la ira - Núm. 53, Enero 2016 - Revistas Estudios de Filosofía - Libros y Revistas - VLEX 744172121

Las emociones como formas de implicación en el mundo. El caso de la ira

AutorLuisa Fernanda López Carrascal
CargoOrganización Internacional para las Migraciones (OIM) -Defensoría del Pueblo de Colombia Bogotá, Colombia
Páginas81-101
Estud.los ISSN 0121-3628 nº 53. Junio de 2016. Universidad de Antioquia pp. 81-101.
Las emociones como formas de implicación en el mundo.
El caso de la ira*
Emotions as ways of engaging the world. The case of anger
Por: Luisa Fernanda López Carrascal
Organización Internacional para las Migraciones (OIM)
-Defensoría del Pueblo de Colombia
Bogotá, Colombia
E-mail: luisafernandalc@yahoo.es
Fecha de recepción: 23 de febrero de 2015
Fecha de aprobación: 8 de septiembre de 2015
Doi: 10.17533/udea.ef.n53a05
Resumen. Este artículo destaca la dimensión moral de las emociones, particularmente de la ira, desde la postura
cognitiva-evaluadora de Martha Nussbaum y Robert Solomon. Este punto de vista representa una alter-
nativa que hace frente a la posición estoica que propone extirpar las emociones, especialmente aquellas
que como la ira son consideradas destructivas e irracionales. El aporte de Aristóteles será fundamental,
especialmente en lo que se reere a su armación de que las emociones pueden ser apropiadas o no,
pero no racionales o irracionales.
Palabras clave: emociones, moral, creencias, juicios
Abstract. This article highlights the moral dimension of emotions, particularly anger, from the cognitive-evaluative
perspective proposed by Martha Nussbaum and Robert Solomon. This standpoint faces the stoic position
that emotions are destructive and irrational. The contribution of Aristotle is essential in the argumenta-
tion of this article. It considers especially Aristotle’s proposal that the emotions are appropriate or not,
rather than rational or irrational.
Key Words: emotions, moral, beliefs, judgements
* El artículo hace parte de la tesis de Doctorado del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia
titulada “La ira: un análisis de la naturaleza moral de las emociones”. El doctorado fue realizado entre
enero de 2010 y septiembre de 2015.
Cómo citar este artículo:
MLA: López, Luisa. “Las emociones como formas de implicación en el mundo. El caso de la ira”. Estudios de Filosofía
53 (2016): 81-101.
APA: López, L. “Las emociones como formas de implicación en el mundo. El caso de la ira”. Estudios de Filosofía, 53
(2016): 81-101.
Chicago: López, Luisa. “Las emociones como formas de implicación en el mundo. El caso de la ira”. Estudios de
Filosofía, 53 (2016): 81-101.
Luisa Fernanda López Carrascal
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La ira es básicamente el juicio de que uno ha sido agraviado u ofendido.
Robert Solomon. Ética emocional
Ira es lo que sobrepuja a la razón y la arrastra con ella.
L. A. Séneca. De ira
El 16 de agosto de 1970 en una cantina de Dibulla, un pueblo apartado en la
Guajira, y al parecer por un arranque de celos, inicia lo que serán veinte años de
venganza. Esta venganza responde a un ritual basado en el honor y en la legitimidad
de la retaliación como manera de restituir la afrenta contra la carne y la sangre
del hermano. Con base en estos hechos, Laura Restrepo escribe Leopardo al sol.
La historia empieza cuando Nando Barragán mata a Adriano Monsalve, su primo
hermano, “su amigo, su socio, su llave. Sangre de su sangre”.
Según una versión, la que elige Laura Restrepo, fue el amor por Rebeca
Brito, una mujer casada que atendía la cantina de Dibulla, lo que provocó en José
Antonio Cárdenas (Nando Barragán en Leopardo al Sol) la ira con la que hubiera
disparado a Hilario Valdeblánquez (Adriano Monsalve). En los hechos reales, de
acuerdo con la abuela del último de los Cárdenas, la razón no fue esta, sino que
Hilario no quiso acompañar a José Antonio a matar a un comandante de policía.
La emoción que antecede al asesinato de Adriano en manos de su primo
Nando es la ira que Laura Restrepo describe así:
Nando los ve y se le arrebolan las mejillas con una rabiecita colorada, como sarpullido
alérgico (...) se le ampollan y se le inyectan los ojos (...) le sube por el esófago una desazón
agria y espesa. En su cabeza se dispara un éxtasis vertiginoso, sin pasado ni futuro, sin
conciencia, ni consecuencias, luminoso de ira y enceguecido de dolor (2006: 27).
La sonomía de la ira que acá encarna Nando nos recuerda la apreciación
de Séneca según la cual es difícil saber si la ira es un vicio más detestable que
deforme. La ira, además, es la pasión “más sombría y desenfrenada de todas”, es
“sorda a los consejos de la razón”, es una “locura breve”, destruye a las personas
y a las naciones, “es ávida de venganza, y no está conforme con la naturaleza del
hombre” (De ira, I, 1).
Emociones como enojo, enfado, cólera, furor, ira, rabia, resentimiento e
indignación, difícilmente pueden distinguirse unas de otras. Así como hay quienes
consideran que se diferencian sólo en cuanto su intensidad: tener rabia es estar muy
enojado, y cólera e ira se denen en los diccionarios como enfado o enojo muy
violento (Hansberg, 1996), hay quienes sostienen que se diferencian por su estructura

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