Equilibrio general y modelos
| Autor | César A. Ferrari |
| Páginas | 525-571 |
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En términos económicos, el equilibrio en un mercado alude a una situa-
ción en la que a un precio dado las cantidades ofertadas y demandadas
se igualan. Cuando en todos los mercados existe un precio que iguala las
demandas y ofertas se dice que la economía está en equilibrio general.
Por el contrario, si a un precio dado las cantidades demandadas y
ofertadas no son iguales, se dice que el mercado está desequilibrado. Por
ejemplo, el mercado laboral estará desequilibrado si al salario vigente
existe desempleo. Se supone que si existe diferencia entre demanda y
oferta el precio cambia hasta igualarlos. Pero pueden existir rigideces
en los mercados que impiden que los precios cambien para obtener el
equilibrio.
Usualmente, las economías desequilibradas son inestables. Por
ejemplo, una economía con inflación elevada, que puede llegar a ser
hiperinflacionaria dependiendo de la magnitud de los desequilibrios, es
una economía inestable en la que los precios cambian con frecuencia en
busca de un equilibrio que no logran. Por otro lado, una economía que
crece a tasas elevadas por encima del crecimiento de la población, con
estabilidad relativa de precios, distribución equitativa del ingreso y sin
desempleo, podría considerarse equilibrada, pero inestable.
Los desequilibrios económicos pueden presentarse en un mercado o
en varios en forma simultánea o secuencial. Las consecuencias de dichos
desequilibrios no son los mismos, dependen de los arreglos institucio-
nales existentes, del desarrollo de los mercados o de la situación especí-
fica de los mismos al momento de ocurrir los hechos que los originan. Si
el hecho desequilibra un mercado básico, en el sentido que se encadena
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a los otros mercados en forma significativa, por ejemplo, el mercado
cambiario, su desequilibrio se extenderá en mayor medida a los otros
mercados. Es obvio que cuando los hechos alcanzan a más mercados
importantes, más difícil es la obtención del nuevo equilibrio.
En algunos casos el equilibrio puede no ser obtenible, es decir, el
sistema puede encontrarse en desequilibrio permanente. Una demos-
tración visible de dicha situación es, por ejemplo, el desempleo perma-
nente de personas o de máquinas. No es el caso de un shock eventual que
induce un cambio en los precios y en los precios relativos y, por lo tanto,
una nueva estructura de precios y, así, no genera inflación, aunque se
obtenga progresivamente.
Para identificar y evaluar las consecuencias de dichas ocurrencias
sobre la economía, las directas e indirectas, es necesario contar con un
instrumento de análisis. Los adecuados son los modelos de equilibrio
general. El presente capítulo trata sobre dichos modelos.
Mercados y modelos de equilibrio general
Diversos hechos económicos generan desequilibrios o nuevos equili-
brios: aumentos o disminuciones de los precios internacionales, excesos
o insuficiencias de emisión monetaria, gastos fiscales superiores a los
ingresos, con financiamientos diversos que se transmiten de manera
distinta a la economía, aumentos o disminuciones de impuestos,
catástrofes naturales, descubrimientos e incorporaciones de recursos
naturales o de nuevas tecnologías que modifican las posibilidades de
producción, incrementos o disminuciones de la inversión doméstica,
incrementos de la inversión extranjera, etc.
El análisis de los efectos de los mencionados hechos económicos
sobre la totalidad de la economía, así como de determinadas medidas
de política que se aplican para contrarrestarlos, debe realizarse consi-
derando la interacción de los diferentes mercados. Cuando esos hechos
se aplican a un modelo económico que trata los mercados en forma
agregada, el modelo y la solución son de carácter macroeconómico.
Usualmente, considera dos tipos de mercados: de bienes y de dinero
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que se resuelven en forma simultánea para encontrar un nuevo equili-
brio global de la economía. Ese es el modelo tradicional, presentado en
los textos de macroeconomía en la forma - (investment-savings,
loan-money) o de demanda y oferta agregadas. En el apéndice 6, a modo
de ilustración, se presenta una versión simple del modelo -.
Si el análisis considera varios mercados de bienes y servicios (desa-
gregados en forma conveniente), los mercados de factores y los otros
elementos supramercados, el tratamiento es de naturaleza microeconó-
mica. La ventaja de este método sobre el primero ha sido discutida con
anterioridad. En los capítulos precedentes se consideraron por separado
los mercados de bienes y servicios, la inversión, los aspectos fiscales y
monetarios y los mercados cambiario, de crédito y laborales. El análisis
microeconómico incluye dichos aspectos actuando en forma simultánea
y retroalimentándose.
Los modelos de equilibrio general, a diferencia de los de análisis de
equilibrio parcial, pueden ser empleados para analizar el efecto de un
choque determinado sobre toda la economía; por ejemplo, el efecto
sobre cada uno de los mercados y sobre las variables agregadas de la
variación de los precios internacionales.
El modelo teórico del equilibrio general ha sido estudiado por diver-
sos autores desde León Walras en el siglo . Considerando ciertos
supuestos restrictivos, han demostrado la existencia de su solución, es
decir, la existencia de un conjunto de precios no negativos que equili-
bra todos los mercados simultáneamente, y han definido las condiciones
para la unicidad de la solución. En los libros avanzados de microeco-
nomía se muestra la solución recurriendo al teorema del punto fijo de
Luitzen Brouwer (1881-1966), matemático holandés, uno de los creado-
res de la topología moderna.
Desde un punto de vista algebraico, la solución requiere como
condición necesaria un sistema de n ecuaciones con n incógnitas. Sin
embargo, intentar establecer un sistema de ecuaciones que cubra todos
1.Existe una gran cantidad de modelos macroeconométricos para diversos países. Una amplia discusión
sobre la forma de construirlos puede encontrarse en S. Rajcoomar et al., Financial Programming and
Policy, The Case of Sri Lanka (Washington, D. C.: International Monetary Fund, 1996). Un ejemplo para
una economía en desarrollo puede apreciarse en César A. Ferrari y Alcira Tapia, “MacroCol, un modelo
macroeconométrico para Colombia”. Pontificia Universidad Javeriana, Maestría en Economía, Bogotá, 2001).
2.Véase Walter Nicholson, Teoría microeconómica, 6.ª ed. (Madrid: McGraw Hill, 1997), capítulo 17.
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