La ética en las entidades públicas
Autor | Miguel David Rojas López |
Cargo del Autor | Profesor asociado, Universidad Nacional de Colombia |
Páginas | 67-88 |
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CAPÍTULO 4
LA ÉTICA EN LAS ENTIDADES PÚBLICAS
Es el Estado el director general del funcionamiento de las
entidades públicas, y son éstas las encargadas de velar por el buen
funcionamiento de la conciencia y de los bienes de la sociedad que
rigen. La conciencia de la sociedad se mide por el cumplimiento
o no de las diferentes normas que se establecen en el gobierno,
y los bienes de dicha sociedad, son todos aquellos que producen
bienestar y generan progreso para todas las personas. Desde esta
perspectiva global, se identi ca la necesidad de analizar cómo la
función de las entidades púbicas debe estar desarrollada en los
cimientos de la ética, por la naturaleza de las funciones que en
estas entidades se desarrolla, además porque su eje central es
cada individuo que conforma la sociedad donde gobiernan, y si
se piensa desde lo ético, la función pública es el actuar basado en
el bienestar y el reconocimiento del otro en el entorno.
En este capítulo se hablará de los diferentes términos que rodean
la ética, pero no desde el punto de vista global, como ya se ha
desarrollado, sino desde el punto de vista público. Además, se
presentará una descripción del modelo que, en el caso puntual
de Colombia, se utiliza para el desarrollo de la gestión ética en las
entidades públicas.
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ÉTICA ORGANIZACIONAL - MIGUEL DAVID ROJAS LÓPEZ
1. LA ÉTICA Y LA FUNCIÓN PÚBLICA
No es sencillo promover la ética en una organización pública.
Así, algunos podrían pensar que es ético lo que es ecaz. Pero la
ecacia no es un valor que produzca resultados unívocos y por
todos aceptados. Lo que es ecaz para algunos, incluso para la
mayoría, puede no serlo para otros, o serlo a un coste inaceptable,
aunque sean la minoría. Es aquí donde se debe hacer énfasis en
lo ético y en la función especíca a la que se debe un funcionario
público, dicha función debe estar denida mediante los criterios
básicos de comportamiento ético, de tal forma que la función no
sobrepase los límites, que dentro de lo ético, existen. Por ejemplo,
una organización pública como la Policía Nacional puede ser muy
ecaz combatiendo el crimen o el terrorismo pero puede hacerlo
a costa de sacricar derechos fundamentales. Esa ecacia, aunque
pudiera ser utilitariamente defendible, no podría ser aceptada por
todos. Incluso se podría armar que deontológicamente es una
ecacia inmoral. En suma, la ecacia no es un valor absoluto, ni es
el único a promover en organizaciones públicas que pretenden
que sus empleados actúen moralmente (Villoria, 2007).
Para analizar la ética desde el punto de vista de la función
pública, es necesario par tir de la denición básica que se le da a
ésta en cualquier contexto. Partiendo de la tradición racionalista,
donde se asume la ética como un saber que se fundamenta y se
construye desde la reexión losóca, entonces la ética se traduce
en un sistema normativo que las personas deben aplicar en su
cotidiano vivir para que su comportamiento sea considerado
ético, dentro del modelo ideal de ser humano y de sociedad.
Desde este mismo punto, se tiene la moral como la expansión
de la capacidad cognitiva para argumentar y explicar la conducta
a seguir, según los principios universales, donde la ética busca
una nalidad, un propósito como consecuencia de la acción y
se funda en la emocionalidad del miedo o en la expectativa de
una esperanza; y por último, se tiene que los valores son los ejes
que sostienen dicha formación ética. De esta manera, se resume
la ética y su contexto (Programa de Eciencia y Rendición de
Cuentas en Colombia, 2006).
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