Garantías para la oposición: un avance hacia la paz - Estatuto de la Oposición - Retos y tendencias del derecho electoral - Libros y Revistas - VLEX 632462745

Garantías para la oposición: un avance hacia la paz

AutorFreddy Cante
Cargo del AutorDoctor en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia
Páginas347-375
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Garantías para la oposición, un avance hacia la paz
Freddy Cante*
Resumen
En este capítulo reexivo se muestra que existe una correlación directa en-
tre garantías para la oposición y promoción de la paz, se presenta la relación
entre democracia y oposición, y se hace énfasis en que la paz exige un avance
hacia la democracia (secciones 1 y 2). A continuación se resalta que Colom-
bia es una precaria democracia, un país fragmentado en tiranías, y se subraya
que la paz no consiste en un simple problema de desarmar ejércitos ilegales
sino, fundamentalmente, de desintegrar el poder autoritario que los actores
armados violentos e ilegales ejercen a nivel local y regional cuan señores de
la guerra (sección 3). Luego se recogen las críticas y advertencias de algunas
voces expertas de formadores de opinión para mostrar que, tristemente, los
sectores que se autodenominan pacistas y demócratas no acostumbran ni
tan siquiera tolerar la oposición (sección 4). Por último, en las conclusiones
(sección 5), se muestran otras sugerencias y ejemplos esperanzadores de sec-
tores que insisten en ejercitar su derecho a la oposición.
Introducción
Mientras en una democracia incipiente la oposición es apenas tolerada, en
una democracia madura los opositores pueden incidir en las escogencias so-
ciales y, además, sus prácticas políticas son institucionalizadas y legítimas. La
tolerancia implica un reconocimiento público, sin ambages, de que existen
posiciones contrapuestas a las del gobierno de turno. La institucionalización
de la oposición (su reconocimiento como actividad legal, sana, licita y legíti-
ma), equivale a garantizar espacios de participación (interlocución y compe-
* Doctor en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, Profesor asociado,
Facultad de Ciencia Política y de Gobierno de la Universidad del Rosario.
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Retos y tendencias del derecho electoral
tencia política) para que quienes están en la actividad opositora confronten
a los gobernantes, y su incidencia en la política no sea trivial (Dahl, 1966).
En este capítulo se hace una reexión teórica y se recogen algunas opinio-
nes de inuyentes analistas para sustentar una hipótesis de trabajo, esta es: sin
garantías para la oposición en Colombia (para que esta sea tolerada y, mejor
aún, institucionalizada) no será posible alcanzar la paz ni en sentido minima-
lista (paz negativa como cese del conicto armado) ni menos aún la paz en
perspectiva maximalista (paz positiva, como avance hacia una justicia social).
1. Democracia y oposición
1.1. Sobre lo que signica estar en oposición
Una consulta al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
permite sugerir los siguientes signicados de la oposición política:
5. f. Contradicción o resistencia a lo que alguien hace o dice. Su
propuesta halló la oposición del público; 6. f. Conjunto de grupos
o partidos que en un país se oponen a la política del Gobierno;
7. f. En los cuerpos legislativos, minoría que habitualmente impug-
na las actuaciones del Gobierno; 8. f. Cada uno de los cuerpos de-
liberantes, o de los sectores de la opinión pública adversos al poder
establecido.
Para Bobbio (1996) los opositores políticos son aquellos individuos o gru-
pos que ostentan nalidades contrapuestas (aún antagónicas) a las de quienes
poseen el poder político (esto es, de quienes detentan el poder del Estado).
La oposición política es sinónimo de competencia, descentralización y
desconcentración del poder. Es justo el antídoto contra el monopolio del po-
der, y una medicina contra la corrupción, si se comparte el famoso aserto del
historiador y político británico Lord Acton, quien escribió: “El poder tiende
a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”.
La oposición política es apenas una quimera si los opositores carecen de
poder de contrapeso para así tener, justamente, la capacidad real de incidencia
en la toma de decisiones. El ejercicio político de oponerse signica no solo
exigir cuentas a los gobernantes sino, además, poder controlarlos, neutralizar-
los y, por lo mismo, frenar o contrarrestar el dominio de estos.

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