Hablan las organizaciones de mujeres - V Informe sobre violencia sociopolítica contra mujeres, jóvenes y niñas en Colombia - Libros y Revistas - VLEX 840324199

Hablan las organizaciones de mujeres

AutorOlga Lucía Pérez
Páginas121-124
HABLAN LAS ORGANIZACIONES DE MUJERES
121
Hablan las organizaciones de mujeres
“LA IMPUN IDAD SE CONVIERTE EN UNA PELIGR OSA INVITACIÓN AL INCREME NTO
DE LAS VIOLACIONES DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES
de salir del país, y frente al riesgo que corren si regre-
san a Colombia porque las condiciones que generaron
su desplazamiento no han cambiado, se enfrentan al
abandono a su suerte y se ven obligadas a renunciar a
sus opciones de vida para garantizar un ingreso econó-
mico que les permita sobrevivir con sus familias en otro
país, pero que en nada se conduele de su dignidad y su
libertad. Es el desperdicio de un potencial de trabajo,
pues las mujeres que están en el exilio se dedican a
labores que casi nunca corresponden a sus fortalezas, y
que muy seguramente tampoco aportan a su crecimien-
to personal.
El país debe entender que al perder una líder pierde
una parte de su historia y con ella la oportunidad de no
repetir errores con miras a la superación del conflicto y
a la construcción de la paz verdadera y duradera. Los
cometidos sociales del Estado se cumplen a cabalidad
si éste se apoya en el tejido social que las mismas co-
munidades van construyendo. Por eso la indiferencia
con la cual se mira a las líderes que abandonan el país
parece demostrar que no se ha tomado conciencia del
daño social que esta situación genera, porque la valiosa
experiencia de cada una de estas mujeres deja de mul-
tiplicarse y de alimentar a otras.
Para las organizaciones como Anmucic, el hecho de que
en los últimos años hayan tenido que salir del país tres
de sus principales líderes, significa un estancamiento
en sus niveles de trabajo y una enorme disminución del
accionar de la organización que repercute directamente
sobre los derechos de las mujeres del campo. No es
sólo la pérdida de la persona dentro del equipo de tra-
bajo, sino también el traumatismo causado en las de-
más dirigentes que enfrentan los desafíos dentro del
país pensando que se pueden ver afectadas de la misma
manera al continuar con su labor. El acumulado social
de estas mujeres se pierde para ellas, se pierde para la
organización a la cual pertenecen y se pierde para Colombia
como potencial social de identidad y de cultura nacional.
La violencia del conflicto armado colombiano sigue arro-
jando altos índices de violación de los derechos de mi-
les de campesinos y campesinas, con profundas
repercusiones en las vidas de las mujeres y de las orga-
nizaciones en las que ellas participan para defender sus
derechos y los de sus familias y comunidades. Las co-
munidades se fortalecen con todo proceso organizativo
que constituya una nueva alternativa para el mejora-
miento de su calidad de vida y que busque salidas dife-
rentes a la guerra. De esta manera, ejercen una fuerza
de resistencia frente a los propósitos de los actores
armados y se hacen menos vulnerables a su manipulación.
La Asociación Nacional de Mujeres Campesinas, Ne-
gras e Indígenas de Colombia (Anmucic) ha denunciado
que los actores armados participantes en el conflicto
han adoptado una estrategia de control del territorio y
la vida civil que desarticula el tejido social de las orga-
nizaciones sociales y tiene un impacto integral sobre las
vidas de las líderes y la supervivencia de las organiza-
ciones de mujeres. A través de mecanismos como la
amenaza a la participación en procesos organizativos,
la conquista sentimental engañosa, el chantaje, la infil-
tración de sus procesos para suplantarlos, buscan in-
fluenciar a las líderes con el fin de ir cerrando los
espacios y presionando a las organizaciones a alinear-
se dentro de sus propósitos o, de lo contrario, a despla-
zarse abandonando los procesos. Los grupos
paramilitares se han ido apoderando de los espacios de
las organizaciones y de la sociedad civil, y buscan
legitimarse tomándose los concejos municipales, las
alcaldías y los contratos administrativos.
Se requiere con urgencia tomar en consideración la mul-
tiplicidad de derechos vulnerados a las líderes que se
han visto abocadas a abandonar el país para salvar sus
vidas. El exilio se ha convertido en uno de los mecanis-
mos de hecho más frecuentes, con el cual los actores de
la guerra castigan a las dirigentes. Cuando termina el
programa de protección que les brindó la oportunidad
ASOCIACIÓN NACIONAL DE MUJERES CAMPESINAS,
NEGRAS E INDÍGE NAS DE COLOMBIA (ANMUCIC)

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