Sobre la historia del arte que nos merecemos - Núm. 58, Julio 2018 - Revistas Estudios de Filosofía - Libros y Revistas - VLEX 744095413

Sobre la historia del arte que nos merecemos

AutorVicente Jarque Soriano
CargoDepartamento de Filosofía, Antropología, Sociología y Estética Facultad de Bellas Artes (Cuenca) Universidad de Castilla-La Mancha Castilla-La Mancha, España
Páginas197-213
Estud.los nº 58. Julio-diciembre de 2018. Universidad de Antioquia. pp. 197-213.
ISSN 0121-3628. ISSN-e 2256-358X
Sobre la historia del arte que nos merecemos*
On the art history that we deserve
Por: Vicente Jarque Soriano
Departamento de Filosofía, Antropología, Sociología y Estética
Facultad de Bellas Artes (Cuenca)
Universidad de Castilla–La Mancha
Castilla–La Mancha, España
E-mail: vicente.jarque@uclm.es
ORCID: 0000-0001-5686-4981
Fecha de recepción: 16 de febrero de 2018
Fecha de aprobación: 22 de marzo de 2018
Doi: 10.17533/udea.ef.n58a09
Resumen. El ensayo parte de la necesidad de seguir desarrollando visiones del arte contemporáneo alter-
nativas a la historia ocial, como lo son las que se proponen desde el punto de vista del feminismo
o desde las posiciones queer. Toma como ejemplo particularmente brillante y signicativo los
trabajos de Douglas Crimp sobre Warhol, en los que, enfrentándose al silencio habitual respecto a
su homosexualidad, trata de presentar su obra, y especialmente buena parte de su cine, desde una
perspectiva gay, mostrando que sin ella resulta bastante menos inteligible. Aunque Crimp sostiene
que esas interpretaciones derivan de los llamados “estudios culturales”, en las conclusiones se
intenta señalar que esos textos, aunque de alcance relativo, a causa de la concreta delimitación
de su declarada militancia, pueden ser entendidos también (al igual que los de otros encuadrados
en la queer theory) como legítimas y muy valiosas contribuciones de una nueva historiografía del
arte contemporáneo.
Palabras clave: Historia del arte; Queer Theory; Estudios Culturales; Teoría del Cine; Andy Warhol
Abstract. The essay is based on the need to keep developing alternatives to the ocial history of contemporary
art. These alternatives would be the kind proposed from the point of view of feminism or queer theory.
It takes the works of Douglas Crimp on Warhol as an example particularly brilliant and meaningful.
In these works, facing the usual silence about his homosexuality, he is presents his work, and espe-
cially most of his lms, from a gay perspective, showing that without it, it is rather less intelligible.
Although Crimp argues that these interpretations are derived from the so–called “cultural studies”,
the conclusions are trying to point out that these texts, yet short in scope for the specic delimitation
of its declared militancy, can be also understood (as well as those of others within the queer theory)
as a legitimate and valuable contributions of a new historiography of contemporary art.
Keywords: Art History, Queer Theory, Cultural Studies, Film Theory, Warhol
* El artículo está vinculado a los productos del grupo: Interfaces culturales, arte y nuevos medios.
Dirigido por José Ramón Alcalá (MIDECIANT, Facultad de Bellas Artes de Cuenca, Universidad
de Castilla-La Mancha).
Cómo citar este artículo:
MLA: Jarque Soriano, Vicente. “Sobre la historia del arte que nos merecemos.” Estudios de Filosofía, 58 (2018): 197-213.
APA: Jarque, V. (2018). Sobre la historia del arte que nos merecemos. Estudios de Filosofía, 58, 197-213.
Chicago: Jarque Soriano, Vicente. “Sobre la historia del arte que nos merecemos”. Estudios de Filosofía n.° 58
(2018): 197-213.
Vicente Jarque Soriano
198 Estud.los nº 58. Julio-diciembre de 2018. Universidad de Antioquia. pp. 200-216.
ISSN 0121-3628. ISSN-e 2256-358X
I
Seguramente no fue Linda Nochlin la primera en concebir una historiografía del
arte, digamos, alternativa a la que venía siendo la historia ocial practicada por
la Academia. Como bien sabemos, se habían dado antes tentativas muy radicales
al respecto. Baste recordar a Aby Warburg o a Carl Einstein, a quienes hoy en día
sigue remitiendo Didi–Huberman (2006) y su apuesta por una posible historia del
arte desde la supervivencia y el carácter fantasmagórico de la imagen, frente a la
iconografía de Panofksy, por ejemplo. También es cierto que no era lo mismo un
Riegl y su concepción de la Kunstwollen que un Wölin y su historia de los estilos
sin nombres, como bien advirtió Benjamin (1982). Pero el caso de Linda Nochlin
es diferente (2001, 2007b). Lo que ella proponía, en parte como resultado de sus
trabajos sobre Courbet (2007a), era lo que se ha entendido y desarrollado luego a
partir de su famoso texto de 1971 ¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?,
como una visión feminista de la historia del arte. Aquí el problema no era tanto el
de construir una posible historiografía antiacadémica, como la que reivindica Didi–
Huberman (2006) (si es que eso fuera posible dentro de la Academia), como una
historia escrita desde un punto de vista sustentado en la experiencia de un colectivo
bien determinado: el de las mujeres conscientes de las lamentables consecuencias
de milenios de cultura patriarcal, y que muy poco deben a Warburg (2010).
Bastantes años después, en 1999, pero basándose en experiencias comenzadas
a principios de los años setenta, y tras haber abandonado su puesto prominente
como editor de la legendaria revista October,1 Douglas Crimp se adentraba en una
muy seria reexión que formaba parte de un “proyecto” sobre la manera de pensar
la relación entre arte y cultura, el activismo, los estudios visuales y culturales bajo
el signo de Warhol, claramente vinculable a la de Nochlin. Me reero al ensayo
signicativamente titulado “El Warhol que merecemos” (Getting the Warhol We
Deserve), en donde planteaba la cuestión de legitimidad de los “estudios culturales”
para el estudio de la cultura queer. Subrayo el hecho de que Crimp remita a los
“estudios culturales” porque, como es notorio, existía una tendencia –tal vez
hoy en declive– que pensaba en ellos o mejor, en su derivación en forma de
“estudios visuales”2 como el espacio de juego en donde desarrollar una alternativa
1 La revista October fue fundada por Rosalind Krauss en 1976. Esta fue una plataforma de reexión
sobre el arte contemporáneo desde el pensamiento estructuralista y posmoderno.
2 Crimp ha considerado esta posibilidad como un modo de pensar los momentos culturales desde lo que
podría llamarse una historia cultural vinculada a una amplia gama de detalles biográcos.

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