Imaginario de política exterior y proamericanismo en Colombia
| Autor | José Luis Bernal - Arlene B. Tickner |
| Páginas | 3-38 |
Imaginario de política exterior
y proamericanismo en Colombia*
José Luis Bernal y Arlene B. Tickner
Introducción
E titulado “El t ratado con los Estados Unidos”, publicado el
de mayo de , el entonces miembro de la Comisión Asesora de Relaciones
Exteriore s () y futuro presidente de Colombia Marco Fidel Suárez defendió
el acuerdo que permitió normalizar las relaciones con Estados Unidos luego
de la separación de Panamá. Además, seña ló:
[…] el norte de nuestra política ex terior debe estar allá, en e sa poderosa
nación que más que ninguna otr a ejerce decisiva atracción respecto de
todos los pueblos de América. Si nuestra conducta hubiera de tener un
lema que condensase esa aspiración y esa v igilancia, él podría ser res-
pice polum, es decir, no perdamos de vista nuest ras relaciones con la
gran confederación del norte. (Suárez )
El de diciembre de , después de varios años de intenso debate, la Cá-
mara de Representantes aprobó en su versión nal el Tratado Urrutia- omson
que restableció las relaciones entre Colombia y Estados Unidos. Este hito his-
tórico se identica comúnmente como el principio de la relación especial
entre ambos países (Drekonja ; Pardo y Tokatlian ). Después, la Se-
gunda Guerra Mundial y la posible presencia de los países del eje en América
Latina propiciaron el forta lecimiento de los vínculos de cooperación bilateral
1
* Para citar est e artículo: http://dx.doi.org /./..
Nuevos enfoques para el estudio
de las relaciones internacionales de Colombia
económica y militar. Finalizado el conicto en Europa, Colombia entró a la
era de la Guerra Fría de la mano de Estados Unidos. En este periodo, Pardo y
Tokatlian (, ) armaron que “se reconocía una fuerte armonía de in
-
tereses entre Washington y Bogotá, sobre la base de la lucha común contra el
‘enemigo rojo’ y la Alianza para el Progreso”.
El n del conicto bipolar llevó a un c ambio en el contenido de la agenda
bilateral, pero no en el carácter de la interacción, la cua l se siguió deniendo
principalmente por la alineación de intereses. La “narcotización” de la rela-
ción y la existencia de desacuerdos esporádicos sobre manejo del problema de
las drogas ilícitas produjeron momentos de tensión y relativo distanciamiento,
como ocurrió durante el gobierno de César Gavi ria (-) y, más aún, en
el de Ernesto Samper (-) (Tokatlian ; Bagley ; Tickner ).
Aun cuando los vínculos con el seg undo entraron en crisis a raíz del proces o
ocho mil y se le canceló la visa es tadounidense al mandatario colombiano, ello
no fue obstáculo para que otros actores, como la Policía Nacional y la Fisca-
lía, preservara n una estrecha colaboración con la Casa Blanca. Por otra parte,
durante los años noventa el Estado colombiano manifestó su apego y ani-
dad con los intereses de Estados Unidos, al seguir de forma entusiasta el re-
cetario económico que denió el Consenso de Washington, lo que signicó
entrar a la ola neoliberal que ese lideraba. Fina lmente, los gobiernos de An-
drés Pastrana (-) y Álvaro Uribe (- y -) se carac-
terizaron por profundiza r, como pocos mandatarios lo habían hecho antes, la
cooperación bilateral relacionada con el narcotráco, la insurgencia armada
y la debilidad estatal.
Este breve resumen de la relación entre Colombia y Estados Unidos parece
desaar la sabiduría convencional sobre política exterior, según la cu al la con-
ducta de un país dif ícilmente puede mantenerse estable en el tiempo ante trans
-
formaciones en la esfera internacional o nacional (Holsti ; Hermann ;
Carlsnaes ; Gustavson ; Yang ). La Casa de Nariño no ha sido ajena
a episodios externos, como el n de la Guerra Fría o la guerra mundial anti-
terrorista, ni a diná micas internas, como cambios de régimen político o crisis
económicas. Sin embargo, esto no ha generado modicaciones ostensibles en su
política exterior, en especial en lo concerniente a la relación con Estados Unidos.
Colombia no solo es un reto para la literatura sobre cambio y restructu-
ración en la política exterior, sino que plantea un desafío empírico. Pardo y
Tokatlian señalan que
el acercamiento de Colombia con Estados Unidos, con mira s a cons-
truir y consolid ar una alianza e strecha, no forma parte de una tendencia
mayoritaria en el continente […]. Mientras en América Latina el nuevo
panorama ha esti mulado la aparición de un comportamiento externo
Imaginario de política exterior y proamericanismo
en Colom bia
creativo que pasa por la redenición de los ví nculos con Estados Unidos
[…], Colombia se acerca a Washington. (, -)
Esta particularidad de la política exterior colombiana lleva a dos pregun-
tas: ¿cómo se explica que el país mantenga la asociación con Estados Unidos si
existen múltiples factores que deberían haber modic ado esta postura? y ¿por
qué los tomadores de decisión no han percibido esa asociación como algo ne-
gativo, sino que la han interiorizado y propiciado? En este artículo arg umen-
taremos que la cercanía entre Colombia y Estados Unidos ha sido posible por
la existencia generalizada del proamericanismo entre las élites nacionales, el
cual se ha reproducido a lo largo de momentos claves de la relación bilateral.
A diferencia de la mayoría de la literatura sobre las ideas en política exterior
(Goldstein y Keohane ; Checkel ; Shimko ; Laey y Weldes ;
Ozkececi-Taner ), que enfatiza en el papel de estas como factores explica-
tivos o causales de la toma de decisiones o la conducta internacional de los es-
tados, nuestra pregunta apunta a cómo el proamericanismo engendra, una y
otra vez, procesos que llevan a l mismo resultado de la asociación.
Para esto, en concordancia con los análisis de Jutta Weldes (, ) y
Stefano Guzzini () sobre los imaginarios de seguridad, haremos uso de la
idea del imaginario de política exterior (). Este es un entramado de signi-
cados y de relaciones sociales a partir del cual los voceros del Estado constru-
yen representaciones del mundo. El emerge de posiciones intersubjetivas
(subject positions) especícas e interpretaciones existentes acerca de la política
mundial y es a la vez recreado por estas (Weldes , -). Como veremos,
la lectura que las élites política s de Colombia han hecho de distintos episodios
de la relación con Estados Unidos forma parte de un imaginario de política
exterior en el cual el proamericanismo ha sido el elemento dominante. Este
proceso inicia con la perdida de Panamá, que pone en cuestión la autocompren-
sión nacional existente y provoca una crisis de identidad que es resuelta con la
rma del Tratado Urrutia-omson y el estrechamiento de los lazos bilaterales.
Con el n de esclarecer y rastrea r el papel que el proamericanismo ha desem-
peñado como elemento identitario dominante en el de Colombia, el capítulo
está organizado de la sigu iente manera. En la primera sección exam inaremos
la literatura académica sobre las relaciones entre Colombia y Estados Unidos,
con el n de exponer los lugares comunes que la caracteriza n, en especial la
primacía de las doctri nas del respice polum, el respice similia y las limitaciones
de estos análisis. La segunda sección explora el papel de las ideas y la identi-
dad en política exterior desde el constructivismo crítico pospositivista (Hopf
), para explicitar la función de la identidad (en la que la intersubjetividad
es determinante) en la interacción internacional así como su papel en los ima-
ginarios de segu ridad o de política exterior. Esta discusión permitirá entender
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