Juan Pablo Aranguren Romero. 2016. Cuerpos al límite: tortura, subjetividad y memoria en Colombia (1977-1982) - Núm. 59, Enero 2017 - Revista de Estudios Sociales - Libros y Revistas - VLEX 667464789

Juan Pablo Aranguren Romero. 2016. Cuerpos al límite: tortura, subjetividad y memoria en Colombia (1977-1982)

AutorGabriel Gatti
CargoDoctor en Sociología por la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, España
Páginas162-163
162
El cuerpo sostiene la vida a todos los niveles y en todas
las dimensiones. La psicología lo ha sabido ver desde
hace tiempo, y no hace tanto que la historiografía y la
sociología lo vienen tratando como uno de los soportes
ineludibles de sus respectivos objetos, tan ineludibles
que a veces parece que el cuerpo, sin adjetivos, el
cuerpo, es un universal antropológico. Probablemente
no lo sea, pero así lo creemos, y con arreglo a eso
pensamos y actuamos. Por eso, cuando al cuerpo se le
toca, se le violenta, en cualquiera de sus niveles, todo
peligra. Si se tortura o se desaparece el cuerpo de un
individuo, si se fragmentan, machacan o suprimen los
lazos que anudan a una comunidad, si se rompen las
cadenas liatorias que engranan cuerpos en el tiempo
de la sucesión, se desmorona el edicio sobre el que se
sostienen la identidad, el sentido, la vida, en n.
O al menos lo hace nuestro sentido, el occidental y
moderno, de la vida. Así ha sido en conformaciones
históricas —las llamamos sociedades, esto es, cuerpos
sociales, sí, hechos de cuerpos individuales trenzados
en formas sui generis— atravesadas por genocidios,
exterminios, holocaustos o violencias continuadas. Las
de América Latina no son las únicas, pero sí han sido
recurrentemente afectadas por todo eso. Colombia
no es, tampoco, el único ejemplo pero sí proporciona
muchas ilustraciones de estas violencias que afectan a
la vida y a sus soportes. De lo que hablo es de un viejo
tema en la literatura cientíco-social al que desde hace
ya años lo llamamos biopolítica. Para ella, como para
casi todo lo que leemos ahora con gusto, en el meritorio
panteón de los descubridores, debe consignarse el
nombre de Michel Foucault: la política moderna, nos
dijo, se ejerce sobre objetos (la población, el individuo)
pensados desde el siglo XVII como cuerpos organizados,
vida gestionable, esto es, curable, pensable, adminis-
trable, diseñable, reprimible. Y ello tanto en momentos
de destrozo, cuando interviene la racionalidad propia
de las apisonadoras y las desbrozadoras, como en
momentos de orden, cuidado y belleza. A esto último, a
ese proyecto bello de jardinería social, lo hemos llamado
civilización. No es, en realidad, muy distinto del otro, el
del destrozo: los dos trabajan igual, imponiendo.
Desde que hemos sabido de esto, hemos podido leer
excelentes textos, que abordaban fragmentos de ese
destrozo o de esa belleza: el cuerpo destrozado del
Aranguren Romero, Juan Pablo.
2016. Cuerpos al límite: tortura,
subjetividad y memoria en
Colombia (1977-1982). Bogotá:
Ediciones Uniandes [322 pp.].
Gabriel Gatti*
DOI: https://dx.doi.org/10.7440/res59.2017.15
* Doctor en Sociología por la Universidad del País Vasco/
Euskal Herriko Unibertsitatea (España) y profesor titular de
la misma institución. * g.gatti@ehu.eus

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