Judith Butler y Beatriz Preciado: una comparación de dos modelos teóricos de la construcción de la identidad de género en la teoría queer - Núm. 30, Enero 2016 - Civilizar. Ciencias Sociales y Humanas - Libros y Revistas - VLEX 738402645

Judith Butler y Beatriz Preciado: una comparación de dos modelos teóricos de la construcción de la identidad de género en la teoría queer

AutorAlexis Emanuel Gros
CargoDoctor en Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires)
Páginas245-260
Judith Butler y Beatriz Preciado: una comparación de
dos modelos teóricos de la construcción de la identidad
de género en la teoría queer1
1 Artículo de investigación nanciado
por el Consejo Nacional de Investiga-
ciones Cientícas y Técnicas (Coni-
cet) de Argentina.
2 Doctor en Ciencias Sociales (Uni-
versidad de Buenos Aires). Licen-
ciado en Sociología (Universidad de
Buenos Aires). Becario Post-doctoral
del Conicet (Consejo Nacional de
Investigaciones Cientícas y Téc-
nicas, Argentina). Realizó estadías
de investigación sobre teoría social
contemporánea y fenomenología en
la Universität Konstanz, Alemania,
nanciadas por el Deutscher Akade-
mischer Austauschdienst.
Correo electrónico:
alexisgros@hotmail.com/
alexis.gros@uni-konstanz.de
Para citar este artículo use: Gros,
A. (2016). Judith Butler y Beatriz
Preciado: una comparación de dos
modelos teóricos de la construcción
de la identidad de género en la teoría
queer. Revista Civilizar Ciencias So-
ciales y Humanas, 16(30), 245-260.
Judith Butler and Beatriz Preciado: a comparison of two
theoretical models of the construction of gender identity in
Queer theory
Recibido: 06 de marzo de 2015 – Revisado: 23 de septiembre de 2015 – Aceptado: 05 de octubre de 2015
Alexis Emanuel Gros2
Resumen
El presente trabajo se propone contrastar dos modelos teóricos de la
construcción de la identidad de género dentro de la teoría queer: el modelo
performativo-teatral de Judith Butler y el biodrag de Beatriz Preciado. Para
cumplir con este objetivo, se procede en dos pasos. Primero, se analiza la
crítica de Butler a la metafísica de género y se presentan los lineamientos
centrales de su modelo performativo-teatral. Segundo, se estudia el rol que
los conceptos de farmacopornocapitalismo y posmoneyismo desempeñan en
la obra de Preciado, para luego pasarse a un análisis de su modelo biodrag.
Palabras clave
Teoría queer, fenomenología, identidad de género, construcción, performativi-
dad, feminismo, farmacopornocapitalismo, posmoneyismo.
Abstract
This paper aims to contrast two theoretical models of the construction of gender
identity within queer theory: the performative-stage model of Judith Butler
and Beatriz Preciado´s biodrag. To meet our goal, we proceed in two steps.
First, Butler´s criticism of gender metaphysics is analyzed and the central
guidelines of her performative-stage model are presented. Second, the role that
the concepts of pharmaco-porno-capitalism and post-Money-ism play in the
work of Preciado is studied, coming then to an analysis of her biodrag model.
Keywords
Queer theory, phenomenology, gender identity, construction, performativity,
feminism, pharmaco-porno-capitalism, pos-Money-ism.
Civilizar 16 (30): 245-260, enero-junio de 2016
246 Alexis emAnuel Gros
Civilizar 16 (30): 245-260, enero-junio de 2016
Introducción1
A comienzos de los años noventa, aparece
en los Estados Unidos una perspectiva novedosa
en el campo de los estudios de género: la teoría
queer. Esta posición, representada por autoras
como Judith Butler, Eve Kosofski Sedgwick
y Teresa de Lauretis, entre otras, pone en
cuestión el carácter “natural” –y, por tanto,
ineludible– de la llamada heteronormatividad:
la matriz binaria según la cual se asignan,
clasican y regulan las identidades de género
en las sociedades occidentales. Para la teoría
queer, lejos de estar inscrita en la complexión
ontológica del mundo o jada en la constitución
biológica de los seres humanos, esta matriz es
una construcción sociohistórica. En la tarea
de descentrar y desmontar el régimen sexual
dominante en Occidente, los teóricos queer
recurren a procedimientos críticos que se
inspiran en la deconstrucción posestructuralista
de la metafísica occidental.
La desestabilización queer del régimen
heterosexualista no obedece a nes meramente
cognoscitivos. Por el contrario, está guiada por
un claro objetivo ético-político: volver posible
la vida de las “sexualidades periféricas”; es
decir, de las sexualidades que, al no ajustarse a
los parámetros dominantes en Occidente, se ven
condenadas al “rechazo social, la discriminación
y el estigma” (Fonseca-Hernández & Quintero-
Soto, 2009, p. 44). Por esta razón, para
comprender a cabalidad el cariz de la teoría
queer, es preciso dar cuenta de su vinculación
íntima con el movimiento político queer, que
surge a mediados de los años ochenta.
Como es sabido, en su acepción común,
la voz inglesa queer es un insulto que reere de
manera peyorativa a todas las formas “anómalas”
de la sexualidad –“puto”, “maricón”, “gay”,
etc.– (Fonseca-Hernández & Quintero-Soto,
2009; Preciado, 2012). En el contexto de la crisis
del VIH, un conjunto de microgrupos radicales
–Act Up, Radical Furies y Lesbian Avengers,
entre otros– se reapropia de esta injuria y cambia
radicalmente su sentido. En manos de este
nuevo movimiento, la palabra queer deviene
motivo de orgullo. Se convierte en un signo
de resistencia a procesos de normalización y
exclusión sexual que tienen lugar no solo en
la sociedad heterosexista, sino también dentro
de aquellos espacios políticos que se sitúan
críticamente ante la misma: el feminismo y
el movimiento homosexual (Preciado, 2012).
Para el movimiento queer, al interior de estas
posiciones pretendidamente progresistas y
emancipatorias, pueden reconocerse tendencias
excluyentes y normalizadoras análogas a las del
heterosexualismo.
A menudo, los sectores que dominan al
interior de estos amplios espacios políticos hacen
pasar su identidad particular por la identidad
general del movimiento: así, por ejemplo, en
el feminismo, suele identicarse la gura de
la “mujer” con la mujer blanca y occidental.
Esto da lugar a procesos de paternalismo,
vampirismo y ventrilocuismo que condenan
a los grupos subordinados –las bolleras, los/
las transexuales, los/las inmigrantes, los/las
mestizos/as, etc.– a situaciones de ostracismo
(Leciña-Blanchard, 2006).
Combatiendo los peligros de toda
esencialización identitaria, el movimiento queer
se dene como “posidentitario” (Preciado,
2012). “No es una identidad más en el folklore
multicultural, sino una posición crítica atenta a
los procesos de exclusión y de marginalización
que genera toda cción identitaria” (párr. 5). En
efecto, lejos de presentarse como un movimiento
de “homosexuales” o de “mujeres”, el queer
quiere mostrarse como un movimiento político
de “disidentes de género” (párr. 5).
De lo antedicho se desprende que una de
las misiones teóricas fundamentales, si no la
fundamental, de la teoría queer consiste en la
desontologización de las identidades de género,
desontologización que solo puede lograrse a
través de la puesta de maniesto del carácter
construido y contingente de las mismas. En este

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