La justicia reconfiguradora del estado: problema, método y estructura del trabajo
| Autor | Edimer Leonardo Latorre Iglesias/Jackeline Saravia Caballero/Marlenny Díaz Cano/Andrea Carolina Rodríguez |
| Páginas | 9-26 |
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CAPÍTU LO 1
LA JUSTICIA RECONFIGURADORA
DEL ESTADO: PROBLEMA, MÉTODO Y
ESTRUCTURA DEL TRABAJO
1.1. Globalización y justicia: lo público y lo
privado en la era de los dominios económicos
En el mundo actual, el incesante desarrollo de la tec-
nología mediática, la imparable revolución cibernética
que provoca incrementos continuos en la productividad
ha acelerado los ritmos de producción de bienes, lo cual
obliga a la búsqueda de nuevos mercados, pero también
a la necesidad de procesos de integración económica que
posibiliten el objetivo de encontrar medios y mecanismos
para no alterar la velocidad del sistema.
En este sentido, adquiere normalidad el paso de la
era fordista, cuya esencia era la cadena de montaje en
serie, propia de una empresa piramidal y agigantada
burocráticamente, a la nueva era propuesta por el modelo
de la empresa toyotista, altamente hiperespecializada,
achicada y centrada en las necesidades del cliente-
dominios económicos, sea parte de los procesos de in-
tegración propios de una globalización irreversible ante
la cual ningún país puede escapar. Más que de órdenes
mundiales, hoy debemos hablar de turbulencias mundia-
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LITIGIO ES TRUCTURAL EN AM ÉRICA LATINA:
GÉNESI S Y TENDENCIAS DE L CONSTITUCIONA LISMO PROGRESI STA
les (Greenspan, 2008), de confrontaciones entre dominios económicos que
pugnan por posicionarse-reposicionarse con diversas estrategias políticas y
económicas que generan consecuencias en los órdenes locales. Al respecto,
nos dice Naisbit (2007):
Las fronteras económicas del mundo no serán trazada s entre los países,
sino en torno a dominios económicos. A lo largo de los cami nos para-
lelos de la globalización y la descentralización, las piezas económicas
del futuro van a ser ensambladas de u na nueva manera. Lo que es
producido por un país o en él no tendrá importancia sino la producción
dentro de los dominios económicos globales, medidos como producto
bruto ( p. 187).
Posibilitar el proceso anterior ha obligado, entonces, a una contempori-
zación a nivel legal que ha implicado revisar la legislación en dimensiones
muy sensibles desde la óptica de la historia de los pueblos. Muestra de ello
se expresa claramente en los cambios sustanciales en los roles del Estado,
de sus instituciones, de la legislación laboral, comercial y del papel cada
vez más creciente de las entidades supranacionales que toman como refe-
rente jurisprudencial el derecho privado y las técnicas corporativistas de
las empresa capitalista (Ohmae, 2008). Lentamente, encontramos eviden-
cia de cómo el derecho público y las orientaciones de los Estados se dirigen
al refugio plausible del derecho privado.
Por ende, presenciamos en la era contemporánea (era conceptual o era
ha cercado el escenario de la organización social, desplazando a protago-
nistas tradicionales como el Estado. De ahí que se haga factible evidenciar
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cia sobre la racionalidad y la lógica social, con su impacto innegable en la
en las decisiones y formas de gobierno, para lograr dentro de esta realidad
un crecimiento económico sostenido (Selden, 2013).
En este orden de ideas, el capitalismo corporativista se ha desarrolla-
do de forma exponencial gracias a la globalización, y de una forma casi
mágica, el ser humano ha sido atrapado psicológicamente por el seductor
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