Un lápiz inexorable - Artículos de Baldomero Sanín Cano en la revista Hispania - Años de vértigo. Baldomero Sanín Cano y la revista Hispania (1912-1916) - Libros y Revistas - VLEX 857284221
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Un lápiz inexorable

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Vincent
AutorRafael Rubiano Muñoz/Juan Guillermo Gómez García/Baldomero Sanín Cano
Cargo del AutorSociólogo y magíster en Ciencia política de la Universidad de Antioquia/Abogado de la Universidad Externado de Colombia con estudios de filosofía en la Universidad Nacional de Colombia/Autor
Páginas285-289
285
UN LÁPIZ INEXORABLE
Revista Hispania, n.º 49, Londres, 1 de enero de 1916, pp. 1507-
1508.
el dIBuJant e Holand és Louis Raemaekers ha desgarrado en
partes muy visibles el símbolo de la cultura contemporánea. Era
muy conocido antes de la guerra. En este momento su obra tiene
reputación mundial. Parte de ella muy considerable y muy sugestiva
se exhibe actualmente en Londres, y atrae un ávido concurso de
curiosos, de indiferentes, de críticos fatigados, de peritos en cosas
de arte y de observadores apasionados. El interés que el público
muestra está justificado. La obra de Raemaekers es más actual que
la guerra: simboliza los sollozos de las madres, el valor indómito
de los soldados, la crueldad, la torpeza fundamental de los jefes
alemanes, la avaricia de los neutrales que sacan piltrafas de los
cadáveres insepultos, el aspecto ridículo de los que quieren fundar
la paz sobre los escombros de la civilización cristiana, invocando a
gritos esta civilización. Simboliza los errores y miserias de la eco-
nomía política ante el caos creado por la guerra, y la inmarcesible
incapacidad de algunos cerebros colocados por el destino ciego al
frente de los acontecimientos.
La mayor parte de estos dibujos no cabe dentro de la ordinaria
definición de la caricatura, si bien hay algunas caricaturas sober-
bias, como la que muestra a Fernando de Bulgaria adiposo, harto,
con gesto de traficante satisfecho, la mano derecha tendida a re-
cibir los treinta dineros. La caricatura lleva por título Fernando el
Camaleón, y es, en verdad muy injusta. Fernando ha cambiado de
colores religiosos con el solo objeto de hacerse pagar cada nueva

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