La ley de los grandes números: de la Asamblea Nacional Constituyente a la Ley 100 de 1993
| Autor | Everaldo Lamprea Montealegre |
| Páginas | 61-83 |
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La ley de los grandes números:
de la Asamblea Nacional Constituyente
a la Ley 100 de 1993
I
Antes de la reforma de la Ley 100 de 1993, al sistema de salud colombiano
lo aquejaban serios problemas estructurales que lo habían sumido en una
profunda crisis. Entre dichas fallas se destacaba la baja cobertura del sistema
de seguridad social en salud —limitado a menos del 25% de la población.
Este capítulo muestra cómo durante la primera ventana de oportunidad
para reformar el sistema de salud (1991-1994), abierta por la Asamblea
Nacional Constituyente, los diseñadores de la Ley 100 de 1993 lograron
sentar las bases de una revolución de políticas públicas centrada en la amplia-
ción de la cobertura poblacional del sistema de salud. Veinte años después,
Colombia alcanzó cobertura universal, con más de un 90% de colombianos
cobijados por el sistema.
Pese a que esa exitosa política de corte utilitarista diseminó entre millo-
nes de colombianos titulaciones de ciudadanía social130 al expandir rápida-
mente la cobertura del sistema, debido al poco tiempo con el que se contó
para la implementación de la reforma —lo que llamaré aquí una estrecha
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Según T.H. Marshall, las titulaciones de ciudadanía social suponen la garantía,
por parte del Estado, de titulaciones sociales como la salud a todos los miembros de una
comunidad política. Marshall, “Citizenship and Social Class”. Un sistema de seguridad social
capaz de proveer servicios de salud que no están atados al ingreso o al estatus laboral tiene
el potencial, según Esping-Andersen, de “descomodicar” (decommodify) a los beneciarios,
al hacerlos acreedores de servicios de salud por el simple hecho de ser ciudadanos. Esping-
Andersen, “e ree Worlds of Welfare Capitalism”.
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ventana de oportunidad—, no se creó suciente capacidad estatal131 para
llevar a la práctica muchos de los presupuestos de la Ley 100. Como resul-
tado de esta problemática implementación de la Ley 100, los operadores de
políticas públicas no pudieron garantizar acceso “material” a los servicios
de salud exigidos por los millones de nuevos beneciarios del sistema de
seguridad social.
Sugeriré que, pese a que la Ley 100 es una “ley de los grandes números”
que apuntaba a la satisfacción del interés colectivo, no incorporó una pers-
pectiva de la salud como derecho individual. También argumentaré que fue
el litigio de tutela el que permitió que los nuevos beneciarios del sistema
pudieran exigir servicios de salud por medio de la práctica del litigio de
derechos fundamentales.
No obstante, la avalancha de tutelas individuales que se produjo en
Colombia durante los últimos veinte años profundizó todavía más la cri-
sis del sistema de salud. Concluiré que, al nalizar el Gobierno de Álvaro
Uribe, en el 2010, el sistema de salud colombiano se hallaba en un punto
de quiebre similar al experimentado antes de la reforma de la Ley 100 de
1993. Esta situación crítica abrió una segunda ventana de oportunidad para
la reforma del sector salud (2008-2014), la cual exploro a profundidad en
el capítulo siguiente, “La salud como experimento social: de la Sentencia
T-760 de 2008 a la Ley Estatutaria de Salud de 2013”.
L :
El 26 de julio de 1945, Adán Arriaga Andrade, ministro de Trabajo de la
segunda administración López Pumarejo, invocó ante el Congreso la llamada
“ley de los grandes números” para defender la creación del Instituto de Segu-
ros Sociales. Según este presupuesto estadístico, en un modelo de “seguros
sociales, la carga nanciera [para las empresas y empleadores] es innita-
mente menor, pues al distribuirse los riesgos entre toda la población activa,
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Aquí estoy utilizando la noción de poder o capacidad estatal “infraestructural”
propuesta por Michael Mann, esto es, su capacidad de penetración en la sociedad a través
de, por ejemplo, políticas públicas, obras públicas, programas sociales, etc. M. Mann, “e
Autonomous Power of the State: Its Origins, Mechanisms and Results”, State/Space: A
Reader, 2008, 53-64.
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