Lógicas de signos y consumo - Semiótica del consumo. Una aproximación a la publicidad desde sus signos - Libros y Revistas - VLEX 821471469

Lógicas de signos y consumo

AutorEduardo Yalán Dongo
Páginas41-89
41
Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas
Capítulo 2 | Lógicas de signos y consumo
CAPÍTULO 2
Lógicas de signos y consumo
2.1 Las lógicas de la sociedad de consumo
La sociedad como espacio semiótico es luente No siempre los signos la expresión los
discursos y signos publicitarios) se encuentran primando sobre los cuerpos (el conte-
nido: el consumo, los cuerpos consumidores) de manera homogénea ni invariable a
lo largo de la historia colectiva. Las relaciones entre signos y cuerpos de consumo se
transforman de acuerdo con los procesos históricos de producción28.
No hay más historia universal
que la de la contingencia.
Deleuze y Guattari
(1998, p. 230 - 231)
28 La práctica semiótica que aquí pretendemos rige su análisis inmanente sobre cuatro componentes
(Foucault, 2014, pp. 52-53):
(i) Trastocamiento. No podemos estudiar lo material a través de una gramática, manual, mapa
o guion académico, sino en la emergencia de la rarefacción de los signos. Es el contexto ma-
terial del cual brotan los códigos.
(ii) Discontinuidad. El movimiento semiótico no es continuo, sino discontinuo, tartamudo y
poblado de cortes. Por ello, no es el propósito decir qué es la publicidad, sino aproximarnos
a sus lógicas.
DOI: http://dx.doi.org/10.19083/978-612-318-160-4_2
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Semiótica del consumo | Eduardo Yalán Dongo
Ejemplo. Pensemos en la publicidad llamada aspiracional. ¿Es toda la publicidad un
discurso aspiracional Según la perspectiva semiótica no La deinición aspiracional
responde a relaciones sociales de consumo especíicas Es decir si bien las imágenes
privilegiadas o estereotipadas determinan a las personas y a sus relaciones sociales
activando, por ejemplo, el racismo, la xenofobia, la diferencia de clases, etcétera (un
caso muy sonado fue el de Saga Falabella y el catálogo publicitario donde colocaba a
niñas rubias muy fuera de los rasgos estándar de peruanos), el consumo aspiracional es
validado por ciertas lógicas de consumo. Lo que expresa el signo publicitario aspiracio-
nal (el estereotipo) no es una condición de la publicidad como tal, sino una expresión
de fuerzas políticoeconómicas de un tipo especíico de relaciones del capitalismo de
consumo la masiicación del consumo a toda escala social el standing de consumo).
Estas iguras organizan signos con pretensión colectiva y mental como el estereotipo o
el personaje aspiracional. En este sentido, la pregunta semiótica no es “¿Por qué la pu-
blicidad es aspiracional?”, sino “¿Cuál es esa relación histórica de expresión y contenido
que produce un discurso aspiracional de la publicidad?”.
Entre expresión y contenido, entre signos y cuerpos-consumo, existen variacio-
nes temporales (diacrónicas), discontinuidades y rupturas históricas que se han produ-
cido por crisis económicas, cambios tecnopolíticos y acontecimientos sociales. Es por
ello que el propósito de este capítulo se encuentra en el estudio de las “lógicas del sig-
no-consumo”; es decir, de la relación y agenciamiento entre los signos publicitarios y los
cuerpos de consumo en el capitalismo. Por lógica, no debemos entender una racionali-
dad o coherencia del consumo, sino un movimiento extensivo (de sentido y coherencia)
iii Especiicidad No hay una fuente esencial-referencial (semiótica representativa), determinada o
indeterminada (des-capitalizada) de los signos. Las interacciones semióticas en la sociedad son
más bien consignas especíicas de la necesidad material de cada organización social
(iv) Exterioridad. No encontrar las signiicaciones ocultas de los signos sino partir de ellos
hacia la cartograía de un afuera y potencialidad Una descripción de la organización de
signos solo tiene como in esbozar fugas y posibilidades fuera de estos
Partiendo de estos cuatro componentes, nuestro objetivo será el análisis de las tensiones entre la
publicidad y el reconocimiento de un metabolismo esencial de crecimiento constante del capital.
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Capítulo 2 | Lógicas de signos y consumo
e intensivo (como irracional, ilógico) singular de la sociedad de consumo. Una lógica es
un viento o movimiento en esencia no direccionado del espacio semiótico.
Para sustentar y materializar estas lógicas y sus discontinuidades se recurrirá
primero a un préstamo teórico del ilósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky 
sobre la sociedad de consumo. Sostiene Lipovetsky en su libro La felicidad paradójica
una descripción de tres descodiicaciones especíicas que han ocurrido en el mercado
desde la Segunda Revolución Industrial:
Fase I (1880-1950)
Fase II (1950-1980)
Fase III o hiperconsumo (1980-actualidad)
Según Lipovetsky, el capitalismo de consumo ha adoptado variadas formas
gracias a su capacidad de redeinición de adaptabilidad y ajuste ante diversas crisis
económicas políticas y sociales que han determinado su coniguración Ahora bien la
tripartición y bautizo que efectúa Lipovetsky no es un invento ilosóico más bien re-
sulta una tríada hartamente mencionada sobre la cual múltiples economistas abordan
los modos históricos del capitalismo de consumo.
Así como Lipovetsky, el economista turco Dani Rodrik coincide con el recono-
cimiento de ciertas transformaciones del capitalismo en tres momentos puntuales. En
este sentido, llama capitalismo 1.0 a aquellas relaciones que se dieron durante la pri-
mera parte del siglo XX por instituciones públicas y estatales que trataban su papel
económico dentro de términos restringidos, jerárquicos e incluso explotadores. Es la
lógica económica de un capitalismo aún débil cubierto bajo las teorías de Adam Smith.
En segundo lugar, Rodrik (2011) llama capitalismo 2.0 a aquella economía mixta abri-
gada por la teoría keynesiana, y describe una transformación económico-social que
desde el inal de la Segunda Guerra Mundial logra hacer del Estado un actor impor-
tante en la distribución de bienestar (considerando al petróleo como factor clave) y
protección social:
Este modelo de “economía mixta” fue el mayor logro del siglo XX. El nuevo equilibrio que
se estableció entre Estados y mercados permitió un periodo sin precedentes de cohesión
social, estabilidad y prosperidad en las economías avanzadas que duró hasta mediados
de la década de 1970 (p. 254).

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