Mujeres rurales, tierra y adaptación al cambio climático - Segunda parte. Debates actuales sobre mujeres y cambio climático - El cuidado de la tierra: mujer, ambiente y cambio climático - Libros y Revistas - VLEX 684135785

Mujeres rurales, tierra y adaptación al cambio climático

AutorLeonardo Güiza, Lina Correa
Páginas77-99

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Introducción

Uno de los tópicos frecuentes en la literatura sobre ambiente y género tiene que ver con la falta de acceso a recursos naturales de las mujeres rurales, el más importante de los cuales es la tierra, pues es en sí misma una condición para el acceso a otros recursos y para una mayor autonomía e independencia.

Si bien se reconoce que las mujeres rurales desempeñan un papel importante en las actividades agrícolas, desde la producción a pequeña escala hasta la ganadería extensiva, por lo general, ellas tienden a ocupar una posición subordinada con relación a sus esposos y demás familiares varones. Como veremos a continuación, los derechos sobre la tenencia de la tierra son un fenómeno profundamente permeado por las relaciones de género y, además, tienen un papel clave en la adaptación de las mujeres rurales al cambio climático.

Diversos estudios han demostrado que el cambio climático intensifica las desigualdades sociales existentes y, en especial, las desigualdades de género,

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como consecuencia de la distribución diferencial de sus impactos según la región, la clase social, la edad y el género (Smyth, 2009). En consecuencia, la capacidad adaptativa al cambio climático también varía según el género. Prestar atención a las desigualdades de género en el contexto del cambio climático implica centrarse en áreas tales como el acceso a la tierra, los insumos y la tecnología, el empleo rural remunerado y formal y las políticas de protección social (Asian Development Bank, 2013).

En este capítulo partimos del hecho que el acceso a la tierra por parte de las mujeres campesinas colombianas es un fenómeno social complejo, que debe entenderse en relación con el problema de la tenencia de la tierra en el contexto del conflicto armado y la violencia organizada, por un lado, en el contexto de las relaciones de género que han tenido como expresión profundas desigualdades económicas y sociales, por otro.

Ahora bien, hablar de las mujeres rurales como un todo plantea problemas metodológicos profundos. En primer lugar, la categoría ‘rural’ en realidad hace referencia a una gran diversidad de actores: campesinos, afrocolombianos, comunidades indígenas y pueblos rom (cnrr, 2009). En segundo lugar, la categoría ‘mujer’ no es homogénea, sino que debe entenderse en relación con diversas variables, como la clase social, el nivel educativo, etc. En tercer lugar, un serio obstáculo para el estudio de las mujeres rurales en Colombia lo constituye la falta de información estadística desagregada que dé cuenta del acceso y la tenencia diferenciados de la tierra por parte de hombres y mujeres.

Sin obviar estas dificultades, este capítulo analiza el papel que desempeñan el género y el acceso a la tierra de las mujeres campesinas colombianas en su adaptación efectiva al cambio climático. Nuestra tesis es que tanto el acceso y la tenencia de la tierra como las relaciones de género son dos asuntos interdependientes, que constituyen un obstáculo para el empoderamiento y la adaptación efectiva al cambio climático de las mujeres rurales colombia-nas. Sostenemos que hay un primer momento en el que las representaciones sociales de género condicionan los derechos de propiedad y el acceso a la tierra, y un segundo momento en el que factores macrosociales, tales como la distribución desigual de la tierra y las políticas agrarias, refuerzan los estereotipos de género y, así, contribuyen a la subordinación y a la reproducción de la desigualdad de género, todo lo cual constituye un impedimento para la adaptación al cambio climático de estas mujeres.

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A continuación, mostramos cómo el acceso y la tenencia de la tierra son fenómenos permeados por el género. Luego, presentamos algunos acontecimientos relevantes en el proceso de la lucha por los derechos de propiedad sobre la tierra de las campesinas colombianas. Después, mostramos en qué medida el acceso y la tenencia segura sobre la tierra por parte de estas mujeres es una condición para su empoderamiento y para su efectiva adaptación al cambio climático. Acto seguido, ofrecemos un breve balance de la incorporación del enfoque de género en las políticas agrarias en Colombia. Finalmente, planteamos algunas sugerencias sobre el enfoque diferencial de género en la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, y presentamos nuestras conclusiones.

1. El acceso a la tierra, un asunto permeado por el género

En su investigación de 2007, Kleinbooi & Lahiff estudian los significados que un grupo de mujeres confiere a la tierra y a su experiencia en la agricultura en Namaqualand, una región sudafricana. Encontraron que: ellas tienden a tener posturas muy conservadoras respecto del sistema patriarcal en que viven, tienen acceso a la tierra “principalmente a través de las relaciones de dependencia con esposos, padres e hijos” y que, en consecuencia, “a las mujeres solteras les resulta prácticamente imposible la obtención de derechos sobre la tierra en su nombre propio” (Kleinbooi & Lahiff, 2007, p. 799, traducción propia). En este contexto, de acuerdo con las convenciones sociales, la tierra no puede ser heredada por las hijas.

Según investigaciones recientes, la desigualdad en la tenencia de la tierra se explica en gran medida por la incidencia de los sistemas simbólicos, es decir, los sistemas de creencias que prescriben las actitudes y percepciones sobre la identidad y los roles de hombres y mujeres. Un buen ejemplo de ello es que en ciertos casos, aun cuando el sistema jurídico reconoce que la tierra debe ser compartida por ambos cónyuges, la participación de las mujeres en la toma de decisiones en torno a la tierra se obstaculiza por el hecho de que ellas no se “sienten dueñas” de las parcelas, gracias a lo cual tampoco participan de los ingresos económicos que se obtienen con ella (Zuluaga, 2011). Así, numerosos estudios han demostrado que mientras los hombres son los propietarios de la tierra, las mujeres trabajan en ella (Fonjong, Fombe, & Sama-Lang, 2013).

Perez et al. (2015) muestran que en varios países del este y oeste de África, las mujeres tienen menos control sobre la tierra que los hombres y que, además,

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la tierra que ellas tienen es de peor calidad y su tenencia es insegura. Por su parte, Radel (2011) muestra cómo es el proceso social de “convertirse en agricultora”, pues aun cuando el control de los recursos naturales por parte de las mujeres campesinas y su participación en el sector agropecuario es cada vez mayor, en muchos casos, ellas no son reconocidas como agricultoras. La autora demuestra que las nociones sobre quién es un agricultor y quién no, están permeadas por el género, y están asociadas con las nociones sobre quién controla la toma de decisiones sobre el uso de la tierra y del ingreso que de esta se deriva, por un lado, y con la división agrícola del trabajo, por otro.

En el artículo “La brecha de género en la propiedad de la tierra en Amé-rica Latina”, León (2011) se pregunta cuáles son los factores que inciden en la desigualdad de género en el acceso y tenencia de la tierra por parte de las mujeres latinoamericanas. Este autor encontró cinco factores: 1. las preferencias masculinas en las prácticas de herencia; 2. los privilegios masculinos en los ámbitos legal, matrimonial y cultural; 3. los sesgos de género en el mercado de tierras; 4. los sesgos masculinos en el uso de la tierra comunitaria y 5. los sesgos masculinos en los programas estatales de distribución y titulación de tierras (León, 2011).

En concordancia con este estudio, González y Guzmán (2013) señalan que la excesiva concentración de la tierra en Colombia se debe a razones de clase, y también de género. La siguiente tabla, elaborada por la Comisión de Seguimiento con base en los datos de la III Encuesta Nacional de Verificación de los Derechos de la Población Desplazada, muestra el limitado acceso a la propiedad y la precariedad en la tenencia de la tierra por parte de las mujeres campesinas.

Tabla 1. Tenencia de la tierra de desplazados en Colombia discriminada por género

Fuente: Comisión de Seguimiento, como se citó en González y Guzmán (2013)

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La tabla nos permite ver que la proporción de hombres desplazados con tierra es considerablemente mayor a la proporción de mujeres desplazadas con tierra, en todas las formas de tenencia de esta. Asimismo, nos deja ver que la herencia sigue siendo el mecanismo más importante de adquisición de la tierra para las mujeres, y, en todo caso, que es más significativa que para los hombres.

Un ejemplo que ilustra cómo las representaciones simbólicas condicionan la percepción sobre quién posee la tierra lo constituye el hecho de que en Colombia muchas mujeres campesinas “no sienten la tierra como ‘propia’, cuando se re?eren a las parcelas [en las que laboran], sino pertenecientes a los hombres de su familia, quienes la trabajaban y donde ellas sólo ‘ayudaban’.” (Meertens, 2006, como se citó en Área de Memoria Histórica cnrr, 2009).

Según Deere y León (2000), los estudios feministas latinoamericanos de las últimas décadas del siglo xx han tendido a centrarse en las construcciones simbólicas que expresan y contribuyen a la reproducción de la desigualdad de género, en detrimento de asuntos tales como la clase, la economía política y la redistribución de la propiedad. Teniendo en cuenta eso, y habiendo señalado cómo las representaciones sociales desempañen un papel importante en el acceso y la tenencia desiguales de la tierra, es momento de plantear en qué medida la falta de acceso...

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