La necesidad de una nueva ciudadanía para América Latina - Núm. 5, Diciembre 2007 - Ratio Juris - Libros y Revistas - VLEX 52108318

La necesidad de una nueva ciudadanía para América Latina

AutorRafael Pizarro Alvarado
CargoLicenciado en Trabajo Social y Educación de Adultos
Páginas96-102

Licenciado en Trabajo Social y Educación de Adultos, participante del Doctorado en Sociología de la Universidad de Granada de España. Docente de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Tecnológica Metropolitana de Chile y participante del Programa de Mejoramiento de la Calidad de la Educación Superior del Ministerio de Educación chileno.

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Introducción

Levantaré preguntas y pista de respuestas a uno de los tantos problemas históricos de América Latina, por muchos asumidos y aún no resueltos- Es probable que con esta aproximación, nos imaginemos una lista muy grande de problemas, pero no es ninguno de los que comúnmente son estudiados: pienso en la "ausencia y no visibilidad" de la mayoría de los habitantes latinoamericanos en la búsqueda de la integración del Continente.

Seguramente algunos estudiosos de la materia, dirán que no es un problema, sino que somos un Continente que ha tenido una heterogeneidad de culturas, que hacen imposible su integración. Otros afirmarán que el rol de nuestro Continente, es el de aportar materias primas a la economía mundial, es lo que ha condicionado nuestro ser y nuestro qué hacer o, quizá, que el proceso de globalización ya realizó una nueva división del mundo bajo una lógica de mercado, y que una vez más, hemos llegado tarde a ocupar un espacio significativo y estratégico en el mundo. Así, que son varios los motivos por los cuales, América Latina sigue siendo lo que ha sido por cientos de años.

La ausencia y no visibilidad de los ciudadanos latinoamericanos en el proceso de búsqueda para lograr la integración del Continente, es en sí un problema, porque cualquier acuerdo, sin ciudadanía activa, será una negociación entre mercado y Estados nacionales, que velarán por los intereses políticos de las "élites" y los intereses económicos de las empresas exitosas del Continente, pero en su esencia no responderán a los intereses de la gran mayoría de los habitantes de América Latina. La élite política tampoco representa a la mayoría, porque las democracias representativas en América Latina, se han desarrollado mayormente, a través de la obtención del voto, los que se consiguen con campañas y técnicas electorales de amplia cobertura, a través de los medios de comunicación. Desde esta perspectiva el triunfo democrático del candidato, es el resultado electoral de los equipos técnicos, cuyo logro y triunfo se debe a la alta presencia de gente suelta sin representación social y política, y a la ausencia de ciudadanos con exigencias de ser informados de los programas y propuestas de los candidatos. La gente suelta sin representación social y política, se controlan y se encausan a través de la construcción de opinión pública, en cambio, con el ciudadano informado, se origina debate público. Ante estos hechos, no es muy aventurado afirmar que las democracias en América Latina se gobiernan más por la opinión pública que por el debate público, esto significa que este tipo de democracia no representa necesariamente el querer y el sentir de los ciudadanos.

1. - ¿Existe la voluntad social y política para el surgimiento de la ciudadanía?

Pregunta fundamental y profunda, la que no es de fácil respuesta por la complejidad de la sociedad actual, donde los énfasis están puestos en progreso económico del capitalismo y el predominio del Mercado y el Estado, fijan las alianzas estratégicas para asegurar el crecimiento de la matriz productiva y el mecanismo de distribución.

Todo gira en torno a los intereses de la élite política, los empresarios, los agentes financieros y "la clase gestora: Page 97 Culturocracia"140 (Guy Bajoit, "Todo Cambia", LOM, 2003). Este conjunto de élites configuran la orquestación y la gestión de una imagen de sociedad latinoamericana, que a pesar de constituir la minoría, se hace ver -se visibilizan- como si fuera la mayoría.

Las élites económica y política controlan la información, los medios de comunicación y manipulan al electorado. Son ellos los que establecen la opinión pública y las reglas de juego para luego jugarla a través de los acuerdos entre los de siempre. No cabrá duda que lograrán los mismos acuerdos, algo mejorado en beneficio de los de siempre, de ser así, es el conglomerado social el que primero que nadie, debería pronunciarse por la voluntad de favorecer el surgimiento y el desarrollo de una ciudadanía con derechos civiles, políticos y sociales en toda América Latina.

No resulta fácil indagar entre este sector de élite, la predisposición y voluntad de la formación de una ciudadanía, en todo caso, si nos limitamos a buscar los estudios existentes que emanan de este sector, respecto a la ciudadanía, no hay prácticamente ninguno. En cambio sí podemos ver que existen múltiples estudios de mercado, que se toman la molestia de estudiarnos en cuanto clientes, consumidores, colaboradores, trabajadores, electores, pobres, excluidos, beneficiarios, bancarizados, pero nunca destinan recursos para saber quiénes son aquellos que quieren ser ciudadanos.

Por su parte, las universidades públicas, (y son algunas), las Organizaciones No Gubernamentales -ONGs - que operan dentro del Tercer Sector, junto a intelectuales con alta sensibilidad social, destinan tiempo y recursos para conocer y comprender la relevancia e importancia que puede llegar a tener la ciudadanía en las sociedades complejas. También existen algunos órganos del Estado que por su función, se ven obligados a realizar estudios centrados en los ciudadanos.

Por otro lado, la elite...

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