Orígenes de la propiedad intelectual
Autor | Piedad Lucía Barreto Granada/Carlos Alberto Ortiz López/Wilson Libardo Peña Meléndez/Diana Alexandra Varón Cárdenas |
Cargo del Autor | Editora-Autora/Autores/Autores/Autores |
Páginas | 23-28 |
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Como sistema jurídico, la propiedad intelectual data del siglo XVIII, aunque
realmente es muy antiguo su sustento teórico, el cual se basa en reconocer
el valor incalculable que tienen las creaciones, en la medida en que reejan el
proceso de construcción de la civilización, y hoy, gracias a los museos que custo-
dian como las más valiosas joyas de la humanidad innidad de objetos que son a
la vez pruebas y testigos –porque hablan por sí solas– de las jornadas de grandes
culturas, constatamos que la genialidad, la creatividad y el emprendimiento hacen
parte de nuestra esencia.
Sobre estos legados y su relación con los primeros vestigios de esta disciplina,
menciona Javier Díaz (2007) que en la antigüedad, se pensaba que el creador no
era un sujeto de quién podía desprenderse una “individualidad”, pues en el caso
de las obras como grabados, pintura, escultura, poesía, su producción no era el
resultado de un acto de “autocreación”, sino el producto de una “recreación” de la
vida que se desarrollaba en su medio social, por ello un halo de superioridad los
rodeaba al pensarse que eran los elegidos por los dioses para vivir la experiencia
del misterio de la creación, y es esta la fuente de la –identidad colectiva– pues
las obras hacían posible la inmortalidad, entendida como el conocimiento que
futuras generaciones podrían tener de sus días. No lejano está el reconocimiento
a los inventores, aquellas personas que a partir de conocer y explicar el mundo,
los fenómenos naturales, explotar los recursos naturales, entre otros, mejoraban
las condiciones de vida de su sociedad gracias a sus inventos.
Así como los estudiosos de la historia de la propiedad intelectual registran la
edad clásica, en términos generales, como un momento de esplendor, también
anotan como momento de oscurantismo los primeros siglos de la Edad Media y
consolidación del sistema feudal; este fue un periodo en el cual reinaba el temor
por el saber y de ahí la necesidad de controlarlo a través de los tribunales de la
Inquisición, y para aquellas creaciones que superaron los rígidos controles, su
comercialización se realizaba a través de lo que se llamó “sistema de privilegio”
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