Papel de la mujer en la minería - Actualidad y desafíos del derecho minero colombiano - Libros y Revistas - VLEX 650405585

Papel de la mujer en la minería

AutorLeonardo Güiza Suárez - Cristhian David Rodríguez Barajas - Sara Sofía Moreno - Eduardo Del Valle Mora - César A. Ipenza Peralta
Páginas627-643
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XXII. Papel de la mujer en la minería
1. Introducción
Durante siglos, en América Latina y en general en todos los continentes,
ha existido la generalizada creencia de que la minería es una actividad eco-
nómica reservada a los hombres, por lo que esta se ha considerado tradi-
cionalmente una labor propiamente masculina (Bermdez Rico, 2011). Lo
anterior, debido a la existencia de prejuicios y cuestionamientos acerca de
la capacidad física e intelectual de las mujeres, así como una injusticada
actitud de rechazo cultural a su presencia en las minas, por la ancestral le-
yenda de la mala suerte (Chaparro Ávila & Lardé, 2009). Así, en los países
latinoamericanos, la minería no está dentro de las actividades que puede
realizar una mujer, pues existe la creencia de que la montaña se disgusta si
una mujer entra a un socavón y un trabajador podría morir, y además, porque
requiere de cierto nivel de fuerza física (Rojas Caro, 2011).
No obstante, según estudios de la Organización Internacional del Tra-
bajo () del ao 1999, las mujeres representaban entre el 5 y el 50 % de
la fuerza de trabajo en la minería en pequeña escala, pero ellas no reciben
una cantidad de dinero proporcional a su trabajo, por lo que no hay equidad
en la distribucin de los benecios (Chaparro Ávila & L ardé, 2009). Por el
contrario, a diferencia de la alta participación de las mujeres en la pequeña
minería, en las grandes operaciones ellas cuentan con una menor interven-
cin, aunque no por el lo su participacin es menos importante (Chaparro
Ávila & Lardé, 2009).
En los últimos años, en América Latina hay una presencia más activa
de las mujeres en el sector minero. Ejemplos de lo anterior, se encuentran
en países como Argentina, en donde la asesoría legal del Tratado Bilateral
Chileno Argentino de Complementación Fronteriza para la Minería fue
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ideada por un grupo de mujeres abogadas al servicio de la Subsecretaría de
Minas (Chaparro Ávila, 2005). También, en países como Chile, Colombia,
Panamá y Perú, en las últimas décadas, la dirección de instituciones públicas
mineras ha estado a cargo de mujeres y muchas de ellas han desempeñado
labores de directoras de servicios nancieros o legales en empresas privadas
mineras (Chaparro Ávila, 2005).
Sin embargo, el crecimiento de la participación de las mujeres en la mi-
nería no se predica de todos los niveles de dicha actividad (Chaparro Ávila,
2005). Si bien es cierto que las mujeres han asumido labores y cargos que
antes solo podían ser ocupados por hombres, en los países latinoamericanos
todavía existe la creencia de que la presencia de una mujer en una mina es
sinónimo de mala suerte, y además, que no son capaces de afrontar situa-
ciones riesgosas y de extrema tensin o miedo (Chaparro Ávila, 2005). Por
lo anterior, las mujeres pertenecientes a poblaciones campesinas o indíge-
nas no tienen la posibilidad de acceder a trabajar en la minería a pequeña y
mediana escala, con sueldos apropiados y en condiciones laborales dignas e
iguales a las de los hombres que se desempeñan en esta actividad; es decir,
en América Latina no hay un trato equitativo para mujeres y hombres en
cuanto a responsabilidades, salarios y desarrollo profesional en la minería
(Chaparro Ávila, 2005).
La igualdad de género y la autonomía de la mujer fueron reconocidas co-
mo uno de los objetivos de la Declaración del Milenio de la Asamblea General
de las Naciones Unidas en septiembre del año 2000. En dicha Declaración, se
reconoce la equidad de género como un derecho fundamental que constituye
un n en sí mismo y la relevancia de la mujer como medio para combatir la
pobreza, el hambre, las enfermedades y estimular un desarrollo sostenible.
No se trata solo de incorporar más mujeres a la fuerza de trabajo, la meta es
vincularlas a mejores empleos, con buenos ingresos, mayor productividad y
mejores condiciones de trabajo (Chaparro Ávila & Lardé, 2009).
Desde el punto de vista minero, hay indicaciones que muestran que
la participación de las mujeres en la minería a gran escala es inversamente
proporcional a su presencia en la minería a pequeña escala y artesanal. Así,
se puede observar en diferentes regiones del mundo, que en cuanto es más
pequeña la industria minera, es más grande y de mayor importancia la parti-
cipacin femenina en esta actividad (Chaparro Ávila, 2005). Segn esti-
maciones de la Organizacin Internacional del Trabajo (), en el ao de

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