¿Paradoja o contradicción? La interpretación de Chantal Mouffe al concepto de lo político de Carl Schmitt - Núm. 119, Julio 2013 - Revista Facultad de Derecho y Ciencias Políticas - Libros y Revistas - VLEX 521624466

¿Paradoja o contradicción? La interpretación de Chantal Mouffe al concepto de lo político de Carl Schmitt

AutorGuillermo Andrés Duque Silva
CargoInvestigador principal. Licenciado en Historia de la Universidad del Valle, Especialista en Gerencia de Instituciones Educativas de la Universidad del Tolima
Páginas801-818

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Introducción

Sobre Chantal Moufe, vale decir que es una de las principales teóricas posfundacionalistas con inluencia en América Latina.3 Una de sus principales virtudes en las obras de su autoría: El retorno delo político (1999), La paradoja democrática (2003) y En torno a lo político (2007) es que llega a convencer al lector que la apuesta liberal y republicana contemporánea, representada en John Rawls (1974) y JürgenHabermas (1973, 1998 y 1999), tiende eludir en la juricidad y el procedimentalismo el concepto de lo político como sinónimo de conlicto.

En esos libros la autora expone que la teoría liberal es básicamente una teoría moral o una teoría económica de la competencia en el mercado, en la que se ignora la imposibilidad de llegar a un 'consenso sin exclusiones', ni excluidos. (Moufe, Ch. 2007, p. 93)Desconociéndose sobre estos últimos, que consecuentemente pudieran constituirse en un 'nosotros' político; incontenible por parte de las fuerzas que apuestan por el in del conlicto político en la sociedad posindustrial.

Moufe(1999) se basa en la interpretación antagónica de lo político de Carl Schmitt y casi setenta años después de El concepto de lo político (1932)

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y Teología política, (2 vol.: 1922, 1998) escribe sus dos grandes obras en contra de los grandes cuerpos ideológicos que caracterizan a la sociedad contemporánea. Distanciándose del marxismo y después de reconstruir los argumentos centrales de John Rawls, Moufe(1999) airma que en Teoría de la Justicia, hay una Filosofía política sin política, ya que Rawls(1974) reduce lo político a "la persecución de intereses diferenciados y deinidos con prioridad a, e independencia de su posible articulación de discursos alternativos y en competencia" (Moufe, 2003 p. 75). Luego, haciendo una sagaz interpretación del concepto schmittiano de lo político, Moufe airma que Rawls busca la legitimación de un razonamiento especíico de negociación de intereses desde una perspectiva moral, perdiendo de vista lo político, pues descuida el papel que cumplen el conlicto, el poder y el interés en las relaciones sociales, la democracia y la construcción misma del Estado.

Según Moufe, "en Rawls, el sujeto es un origen, existe independiente de las relaciones en que está inserto" (p. 84).En ese sentido, el concepto de ciudadanía rawlseano borra de tajo la posibilidad de un encuentro conlictivo de colectividades con diversas ideas del bien. Aunque Moufe reconozca que Rawls, (1974) por un lado y los demócratas deliberativos por otro lado, no niegan el pluralismo y las distintas perspectivas que puede haber del bien, critica la posibilidad en el pluralismo radical del presente siglo, de lograrla reivindicación de la dimensión moral en la política a través de un consenso que vaya más allá de "un mero acuerdo sobre los procedimientos" (p. 97). Si para Rawls, (1974) en buena medida basándose en Kant, es posible de algún modo alcanzar un consenso moral en decisiones especíicas, para Moufe esto es irrealizable. De hecho señala que en Ralws no se sustenta una teoría susceptible de servir de base para el advenimiento de un acuerdo racional último y deinitivo, pues la ciudadanía, a pesar de aceptar un compromiso, continúa buscando poder, proyectando conlictos y re-deiniendo intereses (p. 85)

En suma, para Moufe lo que Rawls plantea es una ilosofía de la moral pública que se gesta en el seno del liberalismo con el objetivo de regular la

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estructura básica de la sociedad (p. 85) La pretensión universalista y esen-cialista de su Teoría de la Justicia, niega premeditadamente las pertenencias e identidades para acceder a una óptica donde prima el individuo y una visión de lo político sin conlicto y por ende sin decisiones.

Habermas: crítica y privilegio

Por el lado de la crítica a Habermas existe cierta concesión por parte de Moufe (1999 & 2003). Sin demostrar la misma determinación con que reprocha a Ralws, la belga alcanza a realizar una fuerte indagación en torno al concepto de consenso, cuestionando que con él, más que pretender el establecimiento de condiciones para un consenso «racional», lo que se busca es "desactivar el antagonismo potencial que existe en las relaciones sociales. Justiicando la creación de instituciones que permitan "transformar el antagonismo en un agonismo" (p. 13) que ignora la presencia del excluido y el papel que cumple en el supuesto consenso.

Sobre Habermas (1999) sostiene que el privilegio a la racionalidad en la perspectiva deliberativa, deja a un lado un elemento central: el de las pasiones y los afectos que se producen en la interacción con otros. Según Moufe (2003), la incapacidad de la teoría democrática habermarsiana para hacer frente a la ciudadanía deliberativa, se debe a que esta opera con un concepto de sujeto: 1) anterior a la sociedad, 2) portador de derechos naturales y 3) sujetos a una de estas dos posibilidades; a) ser agentes para la optimización de la felicidad y b) ser sujetos racionales. En ningún momento, según Moufe, estas concepciones de sujeto dan reconocimiento a las relaciones sociales y de poder en que los mismos están inmersos. (p. 46)

Moufe culmina su obra destacando las bondades de su interpretación del concepto habermarsionano de Democracia Radical. La ilosofa preten-

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de ofrecer una alternativa ideológica con la cual se rescate el concepto de lo político de la 'retórica liberal', no pretende resolver con ella la histórica tensión entre igualdad y libertad, por el contrario la plantea como una paradoja sobre la cual cobra sentido la democracia misma. Sostiene que el pluralismo agonístico es el mejor modo de reconocer la tensión intrínseca entre liberalismo y la democracia.

Mouffe: Con Schmitt y contra Schmitt

En este punto se divorcia por completo de Carl Schmitt. Todo lo que pudo haberle permitido la conceptualización del alemán resulta refutado en el momento de enfrentarse a la necesidad de asumir una postura ideológica. Schmitt considera de manera explícita en todas sus obras que la Democracia liberal es un régimen no viable, dado que el liberalismo niega la democracia y que la democracia el liberalismo. Para Schmitt las diferentes formas en que la lógica universalista liberal se opone al concepto democrático de la igualdad y a la construcción de un demos político, dan cuenta del carácter contradictorio de la democracia liberal. Según Moufe, lo irreconciliable para Schmitt, es a su modo de ver una paradoja que hace posible visualizar la auténtica fuerza liberal (Moufe, 2007, p. 26).

Según Moufe, la tensión entre "liberalismo y democracia no debe entenderse como la tensión de dos elementos externos el uno del otro, en el sentido de una negociación, sino en el sentido de una contaminación, en la que una vez se ha efectuado la articulación de los dos principios, cada uno de ellos cambia la identidad del otro". Los regímenes de identidades colectivas que resultan de allí permitirían una forma pluralista de la coexistencia humana en que "la libertad y la igualdad pueden arreglárselas para coexistir de algún modo" (p. 27).De ahí la necesidad de renunciar a la ilusión de algún

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consenso racional, puesto que en cualquier caso dicho consenso implica la eliminación de las tensiones naturales de la democracia...

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