Pesticidas y plaguicidas prohibidos - Genocidio silencioso. Desechos, químicos peligrosos y pesticidas prohibidos en Colombia y el mundo - Libros y Revistas - VLEX 748479449

Pesticidas y plaguicidas prohibidos

AutorHamsa Cárdenas
Páginas47-68

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Los efectos de estas sustancias producidas por el hombre sobre el planeta son ampliamente nocivos y también desconocidos. En este capítulo nos adentramos en algunos temas técnicos que nos permitan entender la gravedad del caso.

3.1. Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes

El Convenio de Estocolmo busca implementar medidas para reducir o eliminar la producción y uso de los poco conocidos y extremadamente dañinos contaminantes orgánicos persistentes, también conocidos como POP (por sus siglas de inglés persistent organic pollutant). Los POP son sustancias químicas orgánicas altamente contaminantes creadas por el hombre. El hecho de ser orgánicas significa que son basadas en carbón y que se pueden enlazar con otras moléculas, lo que facilita su propagación. Además, las propiedades altamente tóxicas de los POP no se biodegradan, o tardan mucho en hacerlo, de ahí el término “persistente”. Esta característica lleva a que se acumulen con el paso del tiempo.

La mayoría de los POP son poderosos pesticidas, diseñados para que al ser liberados en el ambiente permanezcan intactos y se mantengan funcionales por largos periodos, pues son dispersados en zonas extensas para envenenar o

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destruir aspectos específicos de un ecosistema. Otros POP son químicos producidos para servir a algún propósito industrial, y otros son liberados involuntariamente como productos derivados de procesos industriales (Kurukulasuriya, 2006)1.

Los efectos negativos que ejercen los POP sobre el ambiente y la salud se representan de dos formas. En primer lugar, su capacidad para transportarse por el aire a larga distancia desde el lugar en el que fueron utilizados, y segundo, la bioacumulación, que permite su concentración en niveles peligrosos.

Transporte a larga distancia: Bajo ciertas temperaturas, los POP se volatilizan2a su estado gaseoso, desde los suelos, vegetación y cuerpos de agua en los que fueron esparcidos. Debido a que resisten la descomposición, pueden viajar por el aire largas distancias, antes de quedar depositados en otro lugar. Esto resulta en la acumulación de POP en áreas en las que incluso nunca han sido utilizados, en especial el Ártico y el Antártico, donde quedan depositados por la helada temperatura. En el estado gaseoso se presentan como vapores en la atmósfera y también se adhieren a partículas sólidas. Esta capacidad de transportarse a larga distancia lleva a que la contaminación por los POP sea extensiva; además, van a permanecer así incluso después de su prohibición, por su resistencia a la degradación (Boethling, 1999).

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Bioacumulación: Los POP son un compuesto químico orgánico con gran solubilidad en los lípidos, esto significa que tienen la habilidad de acumularse en el tejido graso de organismos vivos por largos periodos. La acumulación dietaria es una característica icónica de los POP, ya que se mueven hacia arriba de la cadena alimenticia, lo que incrementa su concentración a medida que son procesados y metabolizados en ciertos tejidos de organismos. De esta forma, no solo persisten en el ambiente, sino, también, en los animales, por medio de la bioacumulación, lo que incrementa su concentración y toxicidad con el paso del tiempo (Astoviza, 2013).

Estas dos características, junto con su resistencia a la degradación, permiten que los POP se hayan extendido por todo el globo terrestre, transportados por el agua a través de las corrientes oceánicas, por el aire y también por medio de las especies migratorias. Además, como se acumulan en el tejido graso de los organismos vivientes, se encuentran en concentraciones más elevadas, en los niveles más altos de la cadena alimenticia, incluyendo aves, osos, lobos, ballenas, focas y al ser humano (Secretariado del Convenio de Estocolmo, 2008).

El objetivo del Convenio de Róterdam es proteger la salud humana y el ambiente, al reducir y eliminar las emisiones y descargas de los contaminantes orgánicos persistentes (POP), pues, como resultado del amplio y constante uso durante las últimas décadas hasta la actualidad, los POP se encuentran dispersos alrededor de todo el mundo. Viajan desde zonas de clima tropical, donde son más comúnmente usados, mediante la evaporación y la destilación, hacia regiones más frías en

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los polos, lugar en que las concentraciones suelen ser más elevadas, porque hay menos evaporación. Por esta razón, los pueblos indígenas del ártico tienen uno de los registros más altos de contaminación por POP, a pesar de nunca haberse beneficiado con el uso del químico.

El Convenio de Estocolmo se apoya en los convenios de Basilea y Róterdam en la esfera del manejo ambientalmente racional y el procedimiento de consentimiento fundamentado previo (PIC). Por lo tanto, al igual que los demás convenios, propende por un intercambio amplio de comunicación, transferencia de tecnologías, responsabilidad especial hacia los países en vía de desarrollo y soberanía estatal, para implementar el Convenio. Adicionalmente, incentiva la participación y la responsabilidad de los fabricantes de contaminantes orgánicos persistentes, con miras a reducir los efectos adversos causados por sus productos, al exigir que suministren información completa a los usuarios, a los gobiernos y al público en general, acerca de las propiedades tóxicas y peligrosas de estos productos químicos.

Si bien el Convenio reconoce la importancia de idear y emplear procesos alternativos, así como productos químicos sustitutivos, con base en criterios ambientalmente racionales, lo primero que pretende es eliminar los POP más dañinos y erradicar aquellos almacenados y los equipos contaminados. Inicialmente, se reconocieron 12 POP, conocidos como la “docena sucia”; estos se encuentran listados en los anexos del tratado, clasificados en: A (eliminación), B (restricción) y C (producción no intencional). Esta última categoría incluye los que se encuentran almacenados y los residuos. Sobre estos se ha dicho que deben ser efectivamente catalogados y eliminados, de tal forma que el contaminante orgánico persistente se destruya o se transforme (Kurukulasuriya, 2006).

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Consecuentemente, los Estados parte están obligados a prohibir y a adoptar medidas jurídicas y administrativas para eliminar los productos químicos listados en el anexo A (cuando el Estado no haya propuesto exenciones para actividades específicas), y medidas para restringir la producción y utilización de los productos químicos en el anexo B. Para efectuar este mandato, los Estados deben primero, registrar en instrumentos escritos cuáles productos químicos van a prohibir en su territorio y sobre cuáles va a haber exenciones especiales (de acuerdo con actividades específicas previstas en el anexo A). Posteriormente, cada Estado debe presentar un plan de cumplimiento de las obligaciones del Convenio y comunicarlo a las partes.

Dentro del plan de cumplimiento se debe incluir la forma de propagación de información, sensibilización y formación del público, capacitaciones a trabajadores y personal científico, mediante la aplicación de programas educativos. La investigación, asistencia técnica y deberes de vigilancia son de obligatorio cumplimiento para los Estados, quienes ejercen estas obligaciones por medio de sus entidades y autoridades nacionales designadas. Estas instituciones deberán presentar informes y someterse a evaluaciones de eficacia. La evaluación la lleva a cabo la COP cada cuatro años, teniendo en cuenta la capacidad de los Estados para hacer frente al problema, al analizar el desempeño de las entidades institucionales y el mecanismo financiero implementado, con el fin de incrementar la eficacia del instrumento. Lastimosamente, como se verá más adelante, este sistema no resulta nada efectivo.

3.2. El efecto de los POP sobre la vida

Debido a la expansión de POP por todo el mundo, muchas especies animales han sido expuestas por largo tiempo, lo que

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les ha ocasionado consecuencias nocivas que se extienden en el tiempo, incluso a través de las generaciones. Se puede encontrar POP en peces, mamíferos grandes y pequeños, aves predatorias y humanos, quienes absorben estas sustancias a través del tejido adiposo.

Los POP causan cáncer, alergias, hipersensibilidad, daño al sistema nervioso central y periférico; además, algunos son nocivos para el sistema endocrino y metabólico, lo...

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